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Por Adalys Pilar Mireles
Bogotá/PL
Unas tres mil víctimas del conflicto y siete mil indígenas marchan en esta capital para exigir un acuerdo inmediato que ponga fin a la guerra en Colombia, confirmaron coordinadores de la movilización.
En la manifestación participarán pobladores de varias zonas del país perjudicados de forma directa por la confrontación bélica así como integrantes de pueblos originarios quienes viajarán también hasta esta ciudad para sumarse a la iniciativa, precisó la convocatoria difundida por noticiarios locales y las redes sociales.
Uno de los propósitos de la caminata hasta la Plaza Bolívar será pedir al presidente Juan Manuel Santos y a las insurgentes FARC-EP que no dejen morir el acuerdo de paz logrado en La Habana y suscrito oficialmente en Cartagena de Indias el pasado 26 de septiembre, comentó el diario El Espectador.
La Organización Nacional Indígena de Colombia, agrupaciones de mujeres, el movimiento estudiantil y representantes de otras instituciones preparan una suerte de corredor humano para recibir con flores a los nativos y víctimas a su llegada a Bogotá.
A la demostración podrían sumarse campesinos con la consigna: Del campo vengo yo, con mi familia, mi sombrero y mi corazón.
Ni un minuto más para la guerra, reza la exhortación del campesinado divulgada en Twitter, en la que invitan a marchar también el 12 de octubre.
El pasado miércoles millares de universitarios caminaron en silencio por 13 ciudades colombianas para clamar por el término de la larga conflagración, la cual ha dejado unos 300 mil muertos, casi siete millones de desplazados de sus lugares de origen y al menos 45 mil desaparecidos.
La peregrinación realizada aquí finalizó en la colonial Plaza Bolívar, convertida ahora en un campamento por la paz donde pernoctan decenas de personas con la finalidad de demandar a los políticos de turno que no dilaten la posibilidad histórica de concluir el conflicto con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP), dijeron a Prensa Latina varios de los ciudadanos acampados en esa explanada.
Con la victoria del No en el plebiscito, se creyó que se iban a parar todos de la mesa, que no iba a haber intención alguna de renegociar, que los años de proceso se iban a tirar a la basura (…) sin embargo a partir de entonces mucha gente ha participado en movilizaciones con el mensaje claro de que se mantenga el diálogo, explicó Diego Cedel, profesor de la Universidad de la Sabana, citado por el periódico Vanguardia.
El presidente Juan Manuel Santos y el líder de las FARC-EP, Timoleón Jiménez, firmaron el llamado Acuerdo Final con el que se comprometieron a terminar los enfrentamientos entre ambas partes con medidas como el cese el fuego bilateral por tiempo indefinido y la dejación de armas o desarme de esos guerrilleros.
Poco después venció el No en el plebiscito convocado para refrendar por la vía popular el conjunto de consensos, resultado que abrió una interrogante sobre el futuro de las gestiones por la distensión y la vigencia de los pactos con dicha guerrilla.
Si las movilizaciones se mantienen y logran conseguir gran participación de la gente en las diferentes ciudades, presionarían a la clase política para que se llegue a un rápido acuerdo, aseguró el politólogo Ariel Ávila.
Luego del revés sufrido en el plebiscito, Santos convocó a un diálogo nacional con distintas fuerzas, entre ellas los simpatizantes del voto negativo, a fin de escuchar sus opiniones y analizarlas luego con los equipos (del Gobierno y las FARC-EP) que elaboraron el documento conclusivo de casi cuatro años de conversaciones.
