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El presidente de la Asamblea Legislativa, healing Sigfrido Reyes, pidió el miércoles a la Corte Suprema de Justicia (CSJ) que indulte a 17 mujeres encarceladas por supuesto aborto, lo que nos parece una petición acertada, y que muchos debemos pronunciarnos a favor.
Y es que, tal como lo han comprobado activistas de los derechos humanos de las mujeres, lo que les ocurrió a esas desdichadas mujeres fueron partos imprevistos, por lo que algunas han sido condenadas hasta por 40 años.
En los países civilizados, el aborto no es delito, y no digamos cuando se trata de malos partos, ocasionados por diversas dolencias o problemas obstétricos de las féminas.
La organización no gubernamental “Unaflorporlas17” ha solicitado este año al congreso el indulto para las 17 mujeres, quienes fueron acusadas por la Fiscalía General de haber cometido el supuesto delito de “homicidio agravado”, porque presuntamente se habrían provocado un aborto.
Y que bueno que el Presidente del Órgano Legislativo, el diputado Reyes, se haya pronunciado a favor del indulto, que va en coherencia no solo con su formación académica, sino con su profundo humanismo.
Todos los sectores que luchan por las justicia en el país, deberían sumarse a la campaña a favor del indulto de las 17, pues muchas de estas mujeres tienen otros hijos, que los han dejado prácticamente en abandono por cumplir una pena de cárcel inmerecida.
La Corte Suprema de Justicia, más allá de su creencia, y dado que el indulto es una prerrogativa de ley, bien haría también en otorgarlo. Estas 17 mujeres sirven más a su familia en libertad que en la cárcel.
Y es que, además, el escarmiento “moral” que promulgan algunos grupos y que profesan algunos jueces, no debería ser el instrumento para castigar a las mujeres que han pasado por una delicada situación como el aborto terapéutico.
“Las 17 mujeres para las que se solicita el indulto sufrieron lo que médicamente se llama un parto precipitado y, en el lenguaje popular, conocido como mal parto”, afirman las defensoras de los derechos de las 17 mujeres encarceladas.
Los sectores sociales que no actúan con doble moral, deberían compartir este criterio, y sumarse a la campaña para que esas indefensas mujeres sean beneficiadas con el indulto.
Y es que, según las organizaciones feministas: “Cuando a estas mujeres les ocurrió este problema obstétrico, estaban lejos de un hospital, por lo que tuvieron un parto extra-hospitalario”.
