La Paz/PL
Un informe de la ONU divulgado aquí refleja los avances en la reducción de los cultivos de coca registrados en Bolivia, el país que tiene hoy las menores plantaciones de la hoja a nivel regional.
Si en 2010 había 31 mil hectáreas de sembradíos de esa planta, en 2015 el área se redujo a 20 mil 200, señala el estudio realizado por la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc).
La cifra es la más baja desde que la Unodc inició el monitoreo de los cultivos de la hoja en este país en 2003, precisó el representante de ese organismo de la ONU en Bolivia, Antonino De Leo.
Imágenes satelitales y verificaciones en el campo revelaron que entre 2014 y 2015 hubo reducciones en la región de los Yungas de 14 mil 200 a 14 mil hectáreas y en el Trópico de Cochabamba, de seis mil 100 a seis mil, zonas donde se registra el 99 por ciento de los cultivos de la milenaria hoja.
«Hemos tenido un proceso de erradicación sostenido, permanente, progresivo y ascendente desde el punto de vista de los objetivos a alcanzarse», dijo el ministro de Gobierno, Carlos Romero.
Precisó Romero que Bolivia se ha consolidado como el país de menor superficie de cultivos de coca en la región, y la estrategia quinquenal antidrogas 2011-2015 alcanzó su objetivo en 95 por ciento.
El ministro de Gobierno abogó por una responsabilidad compartida entre productores y consumidores para un combate eficaz contra el narcotráfico.
Estamos cumpliendo nuestros deberes, pero hace falta que se cumplan también en otras latitudes para reducir la demanda, declaró.
Explicó el titular que los elevados indicadores de consumo de drogas en Estados Unidos y Europa muestran la necesidad de hacer también esfuerzos en ese ámbito.
Mientras, el viceministro de Defensa Social y Sustancias Controladas, Felipe Cáceres, recordó que este país produce menos del 15 por ciento de la coca de toda la región.
«Lastimosamente aquí hay un problema de fondo, el tema de la demanda», dijo Cáceres, quien abogó por la corresponsabilidad entre productores y consumidores en el enfrentamiento a este flagelo.
En ese mismo sentido se pronunció el ministro de Relaciones Exteriores, David Choquehuanca, quien recordó que «el compromiso no sólo tiene que ser de unos, sino de todos».
El canciller lamentó que en Occidente la coca se convierta en droga, cuando en Bolivia es un cultivo milenario, una hoja sagrada, utilizada como alimento y medicina.