Cuernavaca / AFP
Cientos de personas, encabezadas por líderes de una comunidad mormona víctima de cruel ataque del crimen organizado, iniciaron el jueves en Cuernavaca la denominada Caminata por la Paz a Ciudad de México para exigir al gobierno que combata a la delincuencia.
El poeta y activista Javier Sicilia, que ya organizó una caminata similar tras el asesinato de su hijo en 2011, encabeza la marcha a la que se sumó Julián LeBarón, familiar de los nueve mormones mexico-estadounidenses asesinados en noviembre pasado en una de las peores masacres que ha visto México en años recientes.
«Las víctimas, la sangre, el horror, la miseria, las calles tomadas por el crimen organizado, el Estado tomado y cooptado por el crimen organizado no es un show, es la realidad del país», dijo Sicilia a la prensa antes de iniciar el recorrido de unos 70 kilómetros, la mayoría a pie.
«Nosotros no podemos ir detrás de los criminales armados (…). La ciudadanía debe aprender a ir con la autoridad, decirle ‘tú tienes las armas, las herramientas para resolverlo'», dijo de su lado Julián LeBarón, líder de una comunidad mormona asentada en el norte de México por generaciones.
Los líderes de la caminata, que llegará a la capital mexicana este viernes, buscaban entrevistarse el domingo con el presidente Andrés Manuel López Obrador, pero el mandatario ha adelantado que serán recibidos por miembros de su gabinete de seguridad.
Según las autoridades mexicanas, el asesinato de las tres mujeres y seis niños mormones en un camino rural del norteño estado de Sonora fue resultado de una confusión, aunque las familias afectadas, que tienen la doble nacionalidad mexicana y estadounidense, rechazan esta versión y consideran que fue un ataque directo.
Una de las mayores exigencias de este movimiento es que el gobierno implemente una estrategia efectiva contra la violencia ligada al crimen organizado en momentos en que México, nuevamente, rompió las cifra de asesinatos en 2019 con 34.582, según cifras oficiales.
«No estoy pensando en quiénes están muriendo, yo quiero luchar por quienes están viviendo», dijo Adrián LeBarón, quien perdió a su hijo y algunos nietos en el ataque en Sonora.
Pero el mandatario mexicano dijo el lunes que no los recibirá personalmente a fin de «cuidar la investidura presidencial», y que en su lugar, los atenderá el gabinete de seguridad.
México ha registrado cerca de 275.000 asesinatos desde que en diciembre de 2006 el gobierno lanzó un polémico operativo militar antidrogas, según cifras oficiales que no detallan sin embargo cuántos casos estarían ligados a la criminalidad.