AFP/Agencias/Redacción Internacionales
Las primeras cien maletas electorales faltantes ingresaron el domingo a las 3:00 de la tarde, para iniciar el escrutinio especial que definirá al ganador de las elecciones presidenciales de Honduras, cuya tardanza en da el resultado ha provocado acusaciones de fraude y violentas protestas, por lo que el gobierno decretó Estado de Sitio.
El conteo se paralizó el viernes con 94,45% de las mesas escrutadas, que daban una pequeña ventaja a Hernández, del derechista Partido Nacional, de 42,92% sobre 41,42% de Nasralla.
El Tribunal Supremo Electoral (TSE), estimó en 7 a 8 horas para completar la operación. Sin embargo, el tiempo podría alargarse ya que este conteo es voto por voto.
El TSE, informó antes que los representantes del partido Alianza de Oposición contra la Dictadura, Patricia Rodas y el expresidente Manuel Zelaya, llegaron a la sede del TSE en busca de un consenso.
Más tarde el presidente del TSE, David Matamoros Batson, anunció que llegó a un acuerdo satisfactorio con la representación de la oposición, lo que fue desmentido por Zelaya a través de un Tweet.
«El pueblo debe mantenerse firme en defensa de la victoria que obtuvimos en las urnas. No se ha logrado ningún arreglo con el tribunal de elecciones», escribió Zelaya.
Por su parte, la representación del partido gobernante, retiró sus observadores del escrutinio para evitar que se piense que influyen en el resultado.
El escrutinio es supervisado por los observadores de la Unión Europea, la OEA y el Cohep, además de otras organizaciones.
Sospechas de irregularidades
El expresidente Manuel Zelaya, líder de la alianza opositora, manifestó a UneTV que exige la revisión de al menos 5.174 actas transmitidas al TSE en forma sospechosa y que dieron vuelta al resultado, después de que un primer conteo parcial de votos, del 57% de las actas, daba a Nasralla una ventaja de 5 puntos sobre Hernández.
Esa primer resultado parcial fue divulgado la madrugada del lunes, 10 horas después del cierre de mesas de votación.
Sin embargo, cuando comenzaron a actualizarse las cifras el martes, la ventaja fue cayendo, y Hernández se puso al frente del conteo el miércoles, después de una serie de interrupciones en sistema de cómputo del TSE, una de ellas de cinco horas.
Tal situación provocó airados reclamos de fraude que desataron violentas protestas en toda Honduras, con saqueos de negocios. Las sospechas de fraude se han visto estimuladas porque Hernández se postuló a un nuevo mandato amparado en un cuestionado fallo judicial, a pesar de que la Constitución hondureña prohíbe la reelección.
La Constitución de Honduras, dice en su artículo 239 que «El ciudadano que haya desempeñado la titularidad del Poder Ejecutivo no podrá ser Presidente o Vicepresidente de la República. El que quebrante esta disposición o proponga su reforma, así como aquellos que lo apoyen directa o indirectamente, cesarán de inmediato en el desempeño de sus respectivos cargos y quedarán inhabilitados por diez años en el ejercicio de toda función pública».
El magistrado suplente del TSE, Marco Ramiro Lobo, mostró su extrañeza con el cambio de tendencia en la votación.
«El sistema se cayó y lo extraño es que la tendencia que teníamos se revirtió» beneficiando «a un solo candidato», dijo Lobo la noche del sábado a UneTV, en alusión a que las tendencias de votación de todos los demás candidatos se mantuvieron tras las interrupciones.
Ante ello, el expresidente Zelaya, derrocado en el golpe de estado de 2009, consideró que «si es necesario revisar las 18.000 actas, pues hagámoslo».
Dijo que en tres departamentos poco poblados del oeste del país, incluyendo Lempira, donde nació Hernández, aparece un volumen de votos exagerado por encima de la media nacional, lo que llama a sospechas.
Matamoros insistió en revisar únicamente 1.006 actas que tienen inconsistencias, de 18.000 en total.
«El que sale electo de esta forma ilegal no podría gobernar a un pueblo (…). Nadie debe obediencia a un gobierno usurpador, así dice la Constitución», sentenció Zelaya, quien convocó a una nueva jornada de protestas este domingo.
«Desobediencia civil»
«Haría un escalada de desobediencia civil, no quisiera yo gobernar con el 70% de la gente que lo rechaza y está en la calle, no podría establecerse un gobierno en esas condiciones», expresó el exmandatario.
Las protestas que estallaron el miércoles con barricadas de neumáticos incendiados en todo el país y saqueos en negocios en las principales ciudades fueron contenidas con un estado de sitio, con toque de queda nocturno, decretado el viernes por el presidente Hernández.
Al menos una persona murió y decenas resultaron lesionadas en medio de enfrentamientos entre manifestantes con policías y militares, que usaron bombas de gases.
Pero los hondureños encontraron nuevas formas de protestar en medio del toque de queda.
La noche del sábado se escuchó el sonido de cacerolas, petardos y bocinas de vehículos en los barrios de las ciudades e incluso en los lugares más recónditos del país, según reportes en redes sociales.
En algunas colonias de Tegucigalpa, como Centroamérica Oeste, opositores salieron a las calles con antorchas encendidas sonando cacerolas y gritando: «Fuera JOH», por las iniciales de Hernández.
La Constitución hondureña no prevé una segunda vuelta, por lo que el TSE proclamará como nuevo presidente al candidato más votado, es decir, a Hernández, de 49 años, o a Nasralla, presentador de televisión de 64 años.