Alma Vilches
@AlmaCoLatino
Luego de finalizado el temporal y después de una semana de intensas lluvias que causaron grandes estragos en el país, el ministro de Gobernación, Mario Durán informó que comienza la etapa de reconstrucción y ayuda directa para las personas afectadas por las tormentas tropicales Amanda y Cristóbal.
Durán dijo que ya se les pidió a los alcaldes enviar los datos de las afectaciones en sus municipios, para evaluar los daños y comenzar los trabajos de reconstrucción. Advirtió a los alcaldes que no atendieron el llamado de Protección Civil a colaborar en la emergencia por las lluvias, que se les hará una sanción, pues era un momento de unirse a la emergencia.
“El Salvador tiene que ser reconstruido a partir de ahora, vamos a continuar los esfuerzos de ayuda humanitaria para la población. Agradezco a todos los miembros del Sistema Nacional de Protección Civil, han hecho una labor incansable, superaron cada obstáculo; nuestro respeto y admiración”, destacó el ministro de Gobernación.
Reiteró que aunque el sol haya salido desde ayer en varias zonas, no significa que la emergencia finalizó, la alerta roja continúa en todo el país; hizo un llamado a quienes se encuentran albergados a no regresar a sus hogares hasta ejecutar en las viviendas las obras de proyección y estén seguras.
El informe final preliminar da cuenta de 37 deslizamientos, 18 muros colapsados, 23 cárcavas, 10 puentes dañados y cuatro puentes colapsados, 947 derrumbes, retiro de 49,179 metro cúbicos de tierra, 30 fallecidos y una persona desaparecida. Además, 13,217 personas evacuadas de lugares vulnerables que permanecen 358 albergues.
Uno de los muros colapsados es el de la carretera Panamericana que conduce de Santa Tecla a San Salvador, en la comunidad La Cuchilla de Antiguo Cuscatlán, La Libertad, donde se ha impermeabilizado el lugar y ahora entra la etapa de reconstrucción. Se estima que para reconstruir los puentes dañados se necesitará 1.7 millones de dólares.
Pese a que las lluvias cesaron durante el fin de semana, cerca de 100 familias de los caseríos El Espino y La Pelota, en San Miguel, quedaron aisladas, debido al desbordamiento del río Grande, ni maquinaria pesada pudo ingresar por lo difícil del terreno, por lo cual, la alcaldía solicitó la ayuda de una lancha o balsa para facilitar la evacuación.
El desbordamiento del río Grande afectó 14 comunidades aledañas, 350 familias fueron evacuadas por la comisión municipal de Protección Civil, entre ellas varias familias de la colonia Jardines del Río, otras del caserío Casamota, cantón el Brazo.
Debido al desbordamiento de una quebrada varias familias del caserío Huiscoyol, cantón Anchico, fueron trasladadas a un lugar más seguro. Mientras tanto, voluntarios de Cruz Roja auxiliaron a un conductor que quedó varado por las inundaciones en el cantón La Canoa, San Miguel, sobre la carretera Panamericana.
Asimismo, evaluaron preventivamente a varias personas de Puerto Parada, Usulután.