Licda. Norma Guevara de Ramirios
@guevara_tuiter
El 18 de enero iniciará el año lectivo 2016, prescription la escuela pública abre sus puertas a niñas y niños, thumb adolescentes y jóvenes. Más de 20 mil maestros han dedicado tiempo a aprender cómo mejorar la enseñanza de ciencias, matemáticas, lenguaje y otras. Más de mil maestros en edad de jubilarse se retiraran con un beneficio extraordinario equivalente a 12 salarios bases y más de 500 empleados administrativos del Ministerio de Educación harán lo mismo con igual prerrogativa de compensación por servicio en virtud de una Ley Especial. Será sin duda un año importante, el séptimo bajo un enfoque de cambio desde la escuela.
Cualquier persona que ve en serio los cambios educacionales sabe que los impactos de empeños sostenidos en el tiempo requieren de más de un quinquenio para advertir el resultado de los mismos. El apoyo a la familia y a los estudiantes inició en el año lectivo 2010 con el programa Vamos a la Escuela, así como el programa de apoyo a la familia mediante la dotación de uniforme, zapatos, útiles escolares y alimentación; el primero implica un esfuerzo organizativo y administrativo, el segundo como una manera de introducir factores de apoyo económico directo a la familia e impacto en la seguridad emocional de las y los educandos.
Por séptimo año, la comunidad educativa recibirá estos beneficios y ha venido experimentando otros cambios graduales como la introducción de tecnología en los centros educativos cuya expresión más alta es el programa presidencial Un Niño, Una Niña, Una Computadora que supone colocar en cada escuela en un proceso gradual, la disponibilidad de computadoras, enseñanza del uso de las mismas por maestras y maestros, la preparación de condiciones físicas para su instalación y funcionamiento.
Nuestra escuela ha venido cambiando, ya antes se creó el bono de gratuidad, lo que representa la posibilidad de transferencias financieras a la escuela según el número de estudiantes atendidos en el año lectivo anterior, lo que constituye manejo por el Consejo Directivo Escolar de dinero para funcionamiento. Este recurso sustituye lo que en otros tiempos representaba el cobro de matrícula por estudiante que la familia pagaba y que hacía difícil a algunas familias con varios hijos en edad escolar, matricularlos a todos, adquirir útiles, uniformes y calzado entre otros.
Estos cambios van asegurando por el Estado la gratuidad y la facilidad para permanecer en el centro educativo, conforme a los requerimientos. Son importantes pero a ellos debe unirse el apoyo de la familia, el sentido de cuerpo que la propia comunidad en cada escuela, en cada instituto debe cobrar forma como producto de la convivencia armoniosa y formadora que el magisterio debe procurar.
Un experto chileno recordaba recientemente en el Consejo Nacional de Educación, que un maestro o maestra está llamado a tener el dominio de tres profesiones: el de conocer al estudiante y su entorno que supone un fuerte dominio de la sicología del aprendizaje, de los procesos cognoscitivos en las diferentes edades; dominio de las disciplinas que se imparten y un dominio pedagógico suficiente para hacer del proceso algo gradual, sustantivo y agradable. Mucho es lo que demanda la sociedad de las y los maestros, por eso el proceso emprendido para alcanzar los objetivos de una educación de calidad requieren de apoyo político, financiero y social acorde a la exigencia de nuestras expectativas y a la necesidad de mejora.
Ahora la importancia del apoyo de familia, maestros y del Estado es mayor por cuanto las niñas, niños, adolescentes y jóvenes son el blanco de un ataque perverso de la criminalidad, de las mafias que les ven como potenciales para consumir drogas, o para enrolarles en estructuras de distribución de esos estupefacientes, o como cómplices de quienes se dedican a la disputa de espacios para su actuación delictiva.
La familia y la escuela debemos trabajar por la capacidad de rechazar esos caminos, debemos utilizar el tiempo y el espacio de manera sana, positiva, el talento natural se expresara en sus aprendizajes, en el gusto por la lectura, en el sentido de responsabilidad, en la expresión deportiva y artística. Ese es el real sentido de la escuela.
Muchos centros educativos son apoyados por iglesias o por entidades interesadas en la educación, hay que aplaudir esos esfuerzos y articular sus buenas experiencias con las buenas experiencias de los miles de centros educativos oficiales. La cooperación es sin lugar a dudas una práctica necesaria para avanzar.
La Visión de un país productivo, educado y seguro demandan la mayor cooperación interinstitucional.
Quienes en 2010 iniciaron su primer grado de primaria estarán ahora iniciando su tercer ciclo; constituyen ya una generación que se está formando en esta ruta de cambio positivo, del cual solo se debe seguir avanzando. En la medida que más centros educativos puedan pasar a atender por más tiempo al estudiante, el impacto formativo será mayor y mejor. E allí la importancia de invertir cada vez más en la planta docente, en ampliación o mejora de infraestructura, en procurar que llegue a cada centro educativo el apoyo de recursos tecnológicos.
Las autoridades educativas incluyendo el magisterio deben abrirse a la búsqueda de esta cooperación que permita hacer de este año escolar y del proceso educativo una verdadera transformación social.