Carlos Burgos
Profesor Normalista
Miguel Ángel Azucena, nurse obrero, ensayista, poeta y profesor universitario, ha despegado como solista con su poemario «Canto a la vida y al amor», ya en su Otoño florecido.
Azucena nació en enero de 1932, cuando reventó la insurrección campesina que fue aplastada con una terrible masacre. Su padre era obrero carpintero, miembro del Socorro Rojo Internacional que en El Salvador lideró Farabundo Martí.
Con su padre aprendió el oficio de carpintero y afianzó sus primeras ideas socialistas. Enseguida se desempeñó como obrero litográfico, y por la noche estudiaba Bachillerato.
Nos conocimos cuando él trabajaba en imprentas privadas y operaba impresoras Offset, y sopesé la solidez de su pensamiento revolucionario.
Enseguida trabajó en la Editorial de la Universidad de El Salvador como impresor editor, aquí tuvo la oportunidad de estudiar Licenciatura en Letras con admirable aprovechamiento tal que fue nombrado como Catedrático a tiempo completo de Lenguaje y Literatura en el departamento de Letras de la UES.
Su cátedra fue una fuente permanente del ideario revolucionario a través de la literatura universal. Llegó a ser director del departamento de Letras y posteriormente desempeñó el cargo de Secretario General de la Universidad de El Salvador, durante uno de los períodos más álgidos del movimiento revolucionario de la década de los ochenta.
Desde los años sesenta se integró a colectivos literarios o peñas, donde comenzó su producción de ensayos, cuentos y poemas. Fue miembro del Taller Literario «Francisco Díaz», de la Comunidad de Escritores Salvadoreños (CES), y desde 1988 del colectivo AMATE junto con Miguel Ángel Chinchilla, Luis Melgar Brizuela y Joaquín Meza. Este grupo publicó «La Flor del Amate». 2008, como antología de los cuatro poetas.
En su trayectoria literaria dentro de colectivos, escribió los ensayos didácticos: «Realismo y magia, una polémica», «El relato testimonial, nuevo género literario», «Análisis de la novela Cenizas de Izalco», y los cuentos «La clave del éxito», «El espacio vacío», y «Brevicuentos» y otros, publicados en antologías, revistas y periódicos.
En la década de los setenta nos reencontramos en el aula de la UES: era un hombre serio que sonreía levemente, puntual, orientador y exigente con buenas maneras. Fue mi profesor de Arte y Literatura Estudiamos a George Luckas, quien sostiene que la belleza no es la base del arte sino que existen otras categorías estéticas; el arte debe crear las condiciones para el análisis y razonamiento que lleven a la comprensión de su totalidad.
En 2013, Azucena y sus amigos escritores, fundaron el nuevo colectivo «Grupo Tlamatinis» (en nahuat, tlamatinis significa «los que saben»). No abandona su sentido gregario.
Este año, se animó a ser solista y lanzó su «Canto a la vida y al amot». 2014, dividido en cinco secciones: 1. Poesía para chicos y grandes. 2. Canto a la naturaleza. 3. Poesía amorosa. 4. Poesía social. 5. Elegías. Un recorrido de su sentimiento poético desde los niños, la naturaleza, el amor, sus inquietudes sociales y el más allá. Toda una vida poética.
Ese poemario fue recibido por sus compañeros poetas con albricias: «un nuevo manojo de poemas en la floración de la poesía salvadoreña». Luis Melgar Brizuela redactó una interesante presentación donde asegura «En general, el efecto sonoro resultante es de sobriedad, moderación y serenidad en la línea vérsica», y concluye que «Miguel Ángel Azucena, hombre fuerte, lúcido, consecuente y amador de las letras… ¡Enhorabuena!: ¡Hasta la poesía siempre».
Cuando me entregó su poemario «Canto a la vida y al amor», le pregunté ¿cómo puedes ser poeta si eres muy serio? La poesía está en el alma, me dijo, entonces lo vi reír a carcajadas, y decidimos tomar café con empanadas de frijol.
Los lectores interesados en esta obra pueden llamar al teléfono 2277 0119.