Red para un Constitucionalismo Democrático
Desde las primeras elecciones luego de los acuerdos de paz, case entre otros temas relevantes para la democratización del sistema electoral, seek se enfatizó en la necesidad de impulsar la implementación de la los concejos municipales pluripartidistas en concordancia con lo establecido en la Constitución, sobre el carácter representativo y pluralista en la forma de gobierno. En 1994 los candidatos Armando Calderón Sol y Rubén Zamora suscribieron un compromiso para que quien asumiera la presidencia impulsara reformas fundamentales como el voto residencial, el documento único de identidad a través de la modernización del registro civil y la integración plural de los concejos municipales, entre otras.
Durante veinte años algunos partidos pero sobretodo organizaciones representativas de la sociedad civil, impulsaron la reforma del código electoral para hacer realidad la pluralidad en la integración de los gobiernos locales, los cuales, siguiendo una tradición excluyente y autoritaria, estaban sujetos al control unipartidario ya que la fórmula ganadora aun por mayoría simple asumía todo el gobierno quedando excluidas del mismo las demás propuestas partidarias, las cuales, en la mayoría de casos, habían recibido los votos de la mayoría de los electores. La modalidad era idéntica a lo que ocurría en la integración de la Asamblea Legislativa cuando el partido ganador en un departamento lograba la totalidad de los diputados, lo cual cambió con la implementación de la representación proporcional en 1964.
Hace más de un año se logró la aprobación de la reforma para la implementación de la integración plural de los concejos municipales a partir de 2015. A escasos cuatro meses de las elecciones del próximo año y a pesar que la reforma aprobada en 2013 fue con los votos de todas las fracciones legislativas, varios partidos políticos, aduciendo las demandas de integrantes de los gobiernos locales, pretendían prorrogar la entrada en vigencia de dicha normativa hasta las elecciones de 2018. En el marco del último congreso de alcaldes, se presentó la petición señalando razones poco fundamentadas como son que podría haber inconstitucionalidad en la reforma, que era una amenaza a la gobernabilidad y que entramparía la toma de decisiones en los gobiernos locales. Detrás de todo, los verdaderos motivos eran más bien de temor a perder el control unipartidario e incluso unipersonal de las alcaldías.
Una reforma especialmente importante, pues El Salvador constituía el único país en América Latina con esta carencia de la democracia representativa pero sobretodo por lo que implica en términos del desarrollo de capacidades y sensibilización para gobernar en una perspectiva de pluralidad con inclusión de diversas fuerzas políticas en el municipio, generando así la necesidad de gestionar los asuntos públicos sobre la base del diálogo y concertación para la construcción de acuerdos.
Los concejos municipales plurales fortalecen el sistema de representación asegurando que todos los votos como expresión del ejercicio de un derecho ciudadano se reflejen en la integración del gobierno local. En la modalidad anterior los votos ciudadanos emitidos por los partidos no ganadores eran considerados “inútiles” y quienes así habían sufragado carecían de representación. Tratándose de formas colegiadas de gobierno, tanto la Asamblea Legislativa como los gobiernos municipales deben expresar una proporcionalidad en su integración conforme a los votos obtenidos por cada uno de los partidos contendientes, contribuyendo a desarrollar un ejercicio de tolerancia política, intercambio de ideas diversas así como el desarrollo de aptitudes apropiadas para lograr consensos, ayudando así a la despolarización política y a la priorización del bien común, más allá de los intereses partidarios. No cabe duda que esta forma de gobierno incentiva la participación ciudadana ya que las ciudadanas y ciudadanos al sentirse representados en el concejo municipal e incluso identificando al concejal o concejales afines a su opción política, tiene adonde acudir para expresar problemas de su comunidad, quejas, críticas, propuestas o sugerencias a los gobernantes. Por otra parte, las autoridades del gobierno deben desarrollar la práctica de escuchar y atender las demandas ciudadanas dando lugar a volver más efectivas las normas que a propósito establece el código municipal.