INTERPRETACIÓN FILOSÓFICA DE LEER Y ESCRIBIR, OBRA DE ALBERTO MASFERRER
Por: Alfredo Josué Ortez Canales, estudiante de filosofía
Alberto Masferrer es uno de los intelectuales más importantes de El Salvador, prolífico en su producción teórica, desde la cual puntualizó las formas más pulidas de su pensamiento y a la vez trató de llevarlas a la práctica, fiel a la actitud filosófica de quien vive conforme a lo que predica. Un vistazo apresurado a la oba del pensador nos dará una idea más clara sobre cómo se fue construyendo
el pensamiento del mismo y cómo el contexto nacional e internacional fueron catalizadores, como ya lo observan varios investigadores de su obra.
Su obra ha sido analizada desde diversas aristas y ha dado diversos tópicos de los cuales hablar; política, sociedad, literatura, poesía, narración, historia, entre otras, han sido las áreas desde las cuales se le trata con frecuencia. El esfuerzo del presente escrito va en la dimensión filosófica, poco tratada, pero de esencial importancia. Se cree que abordando su pensamiento desde esa dimensión se podrá explicar, desde sus fundamentos, algunas posiciones que tenía el escritor salvadoreño.
El análisis del que partimos para brindar estas opiniones se inicia y termina con la lectura del ensayo Leer y escribir, escrito a finales de 1913 y principios de 1914, el cual da elementos que pueden ser caracterizados como la filosofía social de Alberto Masferrer. Se sabe que no es el único ensayo que da elementos de esas características, pero se ha querido hacer un análisis solo de dicha obra en vista que el presente es un artículo corto. Lo que se hará es evidenciar las problemáticas que aborda el escritor y las bases desde las cuales
las aborda, queriendo probar que estas son de carácter filosófico.
La obra es sumamente interesante, escrita con la maestría ensayística que caracteriza a Masferrer y por la cual es reconocido. Desde un inicio se pueden identificar dos temas clave: la crítica a la cultura salvadoreña y una propuesta cultural para subsanar los males de la actual. No obstante, inmerso en el desarrollo de estos dos temas se pueden identificar otros que son complementarios, como lo pueden ser: la importancia de educar y ser educado, la importancia de la acción humana en sociedad, el papel de la política y el gobierno, el papel de la cultura en la construcción de un mejor país, entre otros muchos.
El proceder, por decirlo de una forma, metodológico de Alberto Masferrer según el análisis hecho, es partir de la identificación de un problema, con ello puede alcanzar el nivel de la crítica, desarrollando así los puntos límites del objeto estudiado (delimitación), para
que después pueda proponer soluciones concretas según la delimitación del mismo. Básicamente esos son los niveles que recorre su disertación, lo cual es típicamente filosófico, ya que muchos proceden de esa forma a la hora de enfrentarse a un problema.
En forma concreta, el problema identificado es la falta de educación en nuestro país, problema que a inicios del siglo XX ya identificaba nuestro pensador y que probablemente aún nos siga afectando en la sociedad que vivimos. Es un problema en la medida
en que la educación fundamenta a la cultura, de hecho se puede observar que existe una relación recíproca, dado que el nivel cultural también afecta a la educación; lo cual lo hace uno de los temas de mayor interés para la filosofía y para las reflexiones de Masferrer.
El proceder crítico estriba en encontrar los factores que han posibilitado tal crisis educativa, se trata de delimitar el problema lo más que se pueda para llegar al fundamento del mismo y que eso permita vislumbrar una resolución o al menos un camino por el cual iniciar dicha cuestión. Las reflexiones de Masferrer le permiten encontrar el fundamento del problema, y es un tema que también será de interés: la falta de una nación (pueblo, país, patria, parecieran ser sinónimos del término). Sin una visión clara de lo que se quiere como comunidad que comparten valores y costumbres en común, difícilmente será posible dar una educación adecuado a aquellos que viven en el país.
La construcción de la nación se convierte, ahora, en un asunto esencial que tratará Masferrer en sus reflexiones en este ensayo, como en otros más adelante en su vida. La cultura funge como eslabón fundamental en la construcción de nación, pero ya dijimos que para la misma es imprescindible que haya educación (saber leer y escribir), por lo que esto dificulta la construcción de tal cosa, dado el déficit educativo que ya apuntó el pensador. ¿Es acaso esto algo irresoluble? ¿Cómo desarrollar la cultura sin buena educación?
¿Cómo construir una verdadera nación sin una cultura elevada?
En el ensayo de Masferrer, si bien es cierto no se plantea como tal este problema, probablemente pudo intuir tal cosa, debido a que ya en el proceso propositivo; es decir, en la búsqueda de resolución a dicho problema, agrega otro elementos de análisis: el papel del
humano en la formación de los otros; es decir, en el proceso de educar. Manifiesta que no es tan importante que el gobierno impulse leyes o reformas en torno a la educación del pueblo, dado que más importante es que hombres de elevados sentimiento y elevados conocimientos se dediquen a la enseñanza y tomen como suyo el proyecto de hacer nación.
No es que se tenga un juicio nulo del gobierno o que no se quiera que interfiera en los procesos formativos, si lo hace, está bien, pero no debe ser el motor primordial que haga posible la construcción de la nación. Claramente dicha posición es debatible y puede ser criticada, posturas como estás le valieron muchos críticas en la posteridad salvadoreña. Lo que es innegable, es que el papel activo del humano en los procesos políticos y sociales es de suma importancia, cuestión que ya ha sido tratada por diversidad de corrientes
filosóficas.
Resumiendo, desde el planteamiento del problema a la resolución de dicho problema, se han dado los siguientes elementos: el problema es la poca educación en nuestro país, la cual provoca una paupérrima cultura, factor fundamental a la hora de construir nación, dicha nación es un fantasma, en realidad no existe debido a que no hay ningún nivel de correspondencia con las personas que habitan el territorio salvadoreño. Para poder solventar los diversos niveles problemáticos deben haber individuos comprometidos que emprendan un proyecto renovador, un proyecto educativo que permita incrementar el nivel cultural y así se haga posible la construcción de una verdadera nación.
El proceder metodológico y los temas abordados hacen que se concluya que Alberto Masferrer está haciendo filosofía social. El proceder por medio de la crítica, entendida como delimitación de un objeto de estudio, para luego alcanzar propuestas para su resolución, es un proceso característico de la filosofía. Los temas, por su parte, son propios de la concreción salvadoreña, inclusive latinoamericana, y en esto se fundamenta su originalidad.
Siguiendo con la idea, Masferrer parte de lo concreto o lo que es lo mismo: de las determinaciones concretas e históricas, la cuales permiten el filosofar. Además de eso, hace uso de las funciones críticas, históricas y concretas que tiene la filosofía, las cuales le son esenciales a todo filosofar. La filosofía latinoamericana se conoce precisamente por tener como características la concreción e historicidad, como cualquier otra filosofía del mundo, pero los resultados que se derivan de ellas tendrán sus matices en la medida que darán cuenta de concreciones e historicidades distintas.
Así, para concluir, se ha mostrado una faceta de Masferrer poco tratada, que nos permite ver las dimensiones de su pensamiento y, además, si se contextualiza con la filosofía latinoamericana nos permite ver el desarrollo del pensamiento del mismo en el marco del desarrollo de la filosofía latinoamericana, cuestión de esencial interés para todo estudioso de la disciplina.