Edwin Reyes
Psicólogo e investigador
Durante los últimos dos años y medio la población Salvadoreña ha experimentado la vivencia de convivir en la pandemia del COVID-19, en donde se establecieron nuevas reglas de convivencia e interacción social, comenzando con la restricción de la movilidad social, las personas fueron restringidas de sus actividades cotidianas, es decir que tenían que permanecer en sus casa, y dejar de realizar sus actividades cotidianas, como trabajar, ir a la escuela, actividades religiosas y sociales, grupos de convivencia, amigos, deportes entre otras. Las personas tenían que permanecer en sus casas, ocupándose de diversas cosas para entretenerse y formar una nueva rutina.
Muchas personas perdieron sus empleos porque las empresas donde laboraban cerraron sus puertas, otras personas tuvieron que adaptarse a laborar remotamente desde su casa, los niños y adolescentes tuvieron que recibir sus clases de forma virtual y remota. Las nuevas convivencias en un espacio definido, la casa.
La adaptación de pasar a tener una rutina establecida o una nueva rutina en cuestión de días, de pasar a convivir en un solo espacio con las mismas personas género en las personas al inicio lo visualizaran como un descanso en un primer momento, sin embargo, la noticia colectiva del momento era el Covid-19, en la cual los medios de comunicación transmitían las noticias desgarradoras de todas las partes del mundo, las noticias de caos, de muerte, de histeria, tristeza y desamparo ante la letalidad de la enfermedad, las plataforma digitales mostraban las películas y documentales referentes a pandemia y virus similares a la del Covid-19, las redes sociales como Facebook, Instagram , Twitter estaban llenas de malas noticias, testimonios, video en vivo de los hechos, imágenes de las realidad que se estaba viviendo, una preocupación generalizada, una sensación de impotencia ante las situaciones que estaban siendo más afectadas, las personas compartiendo toda clase de información y desinformación sobre las noticias de la pandemia del Covid -19, las redes sociales han jugado un papel de doble función una para informar y la otra para desinformar en algunos caso. Las personas en su nueva rutina con restricción en su movilidad dedicaban mucho tiempo a nuevas actividades o quehaceres tales como: en su mayor parte del tiempo usar su teléfono y sus diversas aplicaciones, ver televisión en cualquiera de sus modalidades, televisión abierta, cable o plataformas virtuales, visualizando el contenido del momento. Otra parte del tiempo fue destinado a los oficios de la casa y mejoras en sus hogares, así como actividades como cocinar, actividades artísticas como pintura, dibujo, colorear, jardinería, ejercicio, entre otras, pero siempre en presencia de las noticias más relevantes de la Pandemia del Covid -19. Las actividades varían dependiendo del nivel económico de las familias, pero para el caso de este artículo me enfocaré en las familias promedio.
Con el pasar de los días con una conciencia colectiva de desesperanza, malas noticias, angustia, incertidumbre, desánimo, temor, muerte, con una intensidad constante, obteniendo contenido por diversos medios de comunicación sobre el tema de la pandemia del Covid-19, los niveles de estrés comenzaron a subir, el encierro y la falta de una rutina establecida comenzaron a provocar que las personas experimentaran cambios de humor, mayor niveles de ansiedad, sensación de miedo, desesperanza, deficiencia en las relaciones interpersonales, sobresaltos, la convivencia en algunos casos se volvió estresante debido al encierro y la convivencia por muchos tiempo prolongado, aburrimiento y pereza. Las personas estaban acostumbradas a una rutina establecida y definida a lo largo de mucho tiempo, sin embargo el cambio de las misma, desencadenó algunas situaciones en las nuevas convivencias, en algunos caso se elevó el nivel de violencia intrafamiliar, en otros situaciones el nivel de estrés, depresión y ansiedad han sido elevados, algunos psicólogos dedicados a la atención clínica en el país, han expresado durante el año 2022, que los motivos de consulta más atendidos han sido depresión, estrés y ansiedad generalizada, asimismo como lo ha mencionado la OPS/ OMS en su artículo “Estudio advierte sobre elevados niveles de depresión y pensamientos suicidas en personal de salud de América Latina durante la pandemia” “La pandemia aumentó el estrés, la ansiedad y la depresión de los trabajadores de la salud y dejó al descubierto que los países no han desarrollado políticas específicas para proteger su salud mental. Existe una deuda sanitaria que se debe saldar”, consideró Rubén Alvarado, académico del programa de salud mental de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile y uno de los investigadores principales del estudio”. Estos efectos aún no registrados sistemáticamente como efectos de secundarios de la Pandemia de Covid-19, están apareciendo de manera paulatina en las Sociedades, es por ellos que puede existir una relación muy estrecha entre los efectos psicológicos desencadenados por la Pandemia del Covid-19 y la intolerancia y niveles de agresividad en la sociedad. últimamente hemos visto casos de violencia física entre conductores de automóviles, por el hecho de no ceder el paso o querer llegar más rápido a nuestro destino, es frecuente que cosas pequeñas desencadenan violencia e intolerancia entre las personas, al punto de agredirse.
En la cultura salvadoreña ha existido el componente de violencia para la resolución de conflictos en sus relaciones interpersonales desde la conquista hasta la fecha, además hemos tenido una cultura machista que fomenta la violencia entre hombres, y además últimamente se ha percibido un aumento de caso de violencia física entre mujeres, es decir que se han tenido antecedentes de violencia pero sumando a eso los efectos psicológicos de la Pandemia de Covid-19, afectando la Salud Mental de las personas y provocando diversas manifestaciones de las afectaciones psicología que posiblemente se han generado por la vivencia de la Pandemia, algunas situaciones psicológicas se no dan de manera consciente en las personas, en muchas ocasiones son sentimientos y una serie de acontecimientos que desencadenan en una acción violenta, es difícil poder tipificar y estandarizar los comportamientos de cada persona, pero lo que es observable son las agresiones físicas por intolerancia que se observan en redes sociales a diario, sin importar condiciones como edad y sexo.
En la cultura salvadoreña hay un dicho que se expresa: “si no trabajo, no como” es por ello que existe una tendencia a que las personas salvadoreñas son “trabajadoras” y es sabido por la comunidad internacional que las personas de El Salvador les gusta trabajar mucho, hemos sido educados de esa forma y es algo cultural, sin embargo no existe una educacion hacia la recreación de las personas, hacia la distracción, hacia los pasatiempos, pareciera que la cantidad de tiempo para la recreación y los pasatiempos es mínima en la vida de algunas personas, la pregunta es ¿cuánto tiempo dispongo para recrearse y hacer mis pasatiempos?, ¿cuánto tiempo dispongo para cuidar de mi Salud Mental?
Muchas personas han vivido a lo largo de sus años sin estar consciente de cuidar su salud mental y tomar tiempo para su recreación y sus pasatiempos, cuando se le pregunta a algunas personas cuál es su pasatiempo, algunos lo que expresan es: cuidar a mi hijos, hacer los oficios de la casa, entre otras cosas, el tiempo personal e individual es necesario para fomentar la Salud Mental, conocer y hacer conciente nuestros pensamientos, sentimiento y emociones es necesario para tener un equilibrio en nuestra mente, además para poder fomentar nuestra Salud Mental es necesario, mantener relaciones interpersonales saludables, tener pasatiempo y recreación activa, comer saludablemente y rico, practicar actividades físicas, mantener relaciones íntimas saludables y responsables, practicar ejercicios de relajación y respiración, expresar nuestros sentimiento a los sere queridos, no abusar de los aparatos electrónicos, viajar, y practicar las actividades placenteras de la vida con responsabilidad. Este tipo de acciones nos llevan a tener un control de nuestras emociones y conductas, y así podremos actuar mejor en un momento de intolerancia o violencia social