César Ramírez
@caralvasalvador
La lectura del éxodo hondureño puede ser la siguiente: conspiración (planificada, financiada y ejecutada por organismos externos con objetivos electorales que afecten a demócratas y beneficien a republicanos), económica, política, subversiva, desestabilizadora, antisistema, acción social y colectiva, etc., el episodio marca la iniciativa de cientos de personas que renuncian a su nación para abrazar un destino (incierto) imaginario en Estados Unidos; no es la antigua decisión familiar de siglos pasados, ahora es un evento colectivo de los sectores excluidos económicamente; su decisión parece coincidir con un momento de ruptura social: 1° no aceptan un gobierno (ilegal) auspiciado por una reelección fraudulenta y protegida por Estados Unidos; 2° niegan el Estado de derecho de su nación (puesto que no tienen seguridad individual o comunitaria); 3° huyen de la represión (institucional o ilegal); 4° es una subversión (desarmada) pacífica contra la realidad hondureña y la corrupción; 5° niegan su destino capitalista (no desean morir en la pobreza manifiesta); 6° expresan su rebelión al orden (jurídico, militar, político) en Honduras, etc. Es un acto de desobediencia civil internacional que involucra los derechos de los refugiados, afecta a la comunidad jurídica internacional, renuncian a su calidad de “ciudadano” en territorio extranjero e incluso arriesgan sus vidas o la de sus familias.
Mientras tanto en Estados Unidos, el tema se convierte en la bandera política del presidente para comunicar miedo y mentiras: “son pandilleros, terroristas de medio oriente”, “los gobiernos de El Salvador, Honduras, Guatemala no hacen nada”. “Les quitaremos los fondos de ayuda económica”, etc.
Las migraciones acontecen desde la prehistoria de la humanidad, los Estados Unidos han recibido a millones de emigrantes, ahora como en el siglo XIX y XX, se trata de una acción humana para aliviar su marginalidad social y económica.
Si el conjunto de la acción es financiada, organizada o dirigida por manos millonarias desde Estados Unidos, el final de este drama será la tragedia: separación de familias, muerte en las carreteras, secuestros por bandas delictivas o narcotraficantes, una saga conocida de sangre, dolor y atropellos a sus derechos en territorios sin ley. Será un viaje a la nada.
Un antiguo éxodo refiere el Maná del cielo y una nube les protege en el desierto, ahora México protege a los emigrantes y brilla por su solidaridad popular, no será la última emigración, ya vendrán otras… la solución posible es la inversión estadounidense para el desarrollo económico en cada pueblo emigrante.
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