Madrid/dpa
El Barcelona perdió a un futbolista posiblemente irremplazable con la salida de Neymar, pero a cambio recibió un suculento cheque de 222 millones de euros (unos 262 millones de dólares) que tendrá que invertir en nuevos fichajes para mitigar el adiós del brasileño.
El conjunto azulgrana se encuentra en una situación que pocos imaginaban hace unas semanas. La «MSN», esa delantera formada por Neymar, Lionel Messi y Luis Suárez que hizo temblar a todas las defensas del mundo, ya es historia. Siguen Messi y Suárez, dos estrellas mundiales, pero el tridente perdió su tercera punta.
Hay dos opciones desde el punto de vista táctico para reinvertir esos 222 millones: apostar por otro delantero crack y mantener el sistema 4-3-3, o regresar a la esencia del mejor Barcelona y fichar a un centrocampista para devolver el protagonismo al medio del campo. Aunque bien es cierto que semejante cantidad de dinero da para un delantero, un medio, un defensa y un portero.
Sin embargo, el fichaje de Neymar por el PSG, el más caro de la historia, podría inflar el mercado y el jugador que el jueves costaba diez millones hoy posiblemente cueste 15. Y el resto de equipos de Europa saben que el Barcelona tiene la necesidad de fichar y dinero en el bolsillo.
Así, no extrañó ver hoy a medios internacionales asegurar que el Borussia Dortmund pide 100 millones de euros por Osumane Dembele, al parecer el preferido del Barcelona para que ocupe el puesto de Neymar en la delantera.
El francés de 20 años dijo hace un año en una entrevista que su sueño era jugar algún día en Barcelona. Dembele, potencia, velocidad y gol, parece una opción más que posible. Hoy cuesta unos 100 millones de euros, un año después de que el Dortmund pagara 15 al Rennes por sus servicios.
Otra opción para la delantera parece Kylian Mbappé, que hace unas semanas, antes de que arrancara la novela de Neymar, parecía que iba a convertirse en el fichaje más caro de la historia. Se habló de que el Real Madrid iba a pagar más de 150 millones por el atacante del Mónaco.
Según medios franceses, Mbappé, de 18 años, tiene decidido abandonar el Mónaco en este mercado de traspasos, justo después de la temporada su explosión. Tiene hechuras de crack mundial y algunos le comparan con el brasileño Ronaldo, pero apenas jugó un año en la élite.
Para el medio del campo hay muchas más opciones. El brasileño Philippe Coutinho, el italiano Marco Verrati o los argentinos Paulo Dybala y Ángel di María, dos centrocampistas más ofensivos, son los nombres que aparecen estos días en los medios de comunicación.
Coutinho, del Liverpool, costaría en torno a los 80 millones de euros pese a que el entrenador de los «reds», el alemán Jürgen Klopp, calificó recientemente al jugador de 25 años como intransferible.
El Barcelona ya lo habría intentado en las últimas semanas con Verrati sin éxito alguno. El fichaje de Neymar podría acercar al internacional italiano de 24 años al Barcelona, pues el PSG necesita vender jugadores para poder cumplir con el «fair play» financiero. En una situación similar está Di María, de 29 años, propiedad del PSG. A su favor contaría Messi, con el que tiene una buena relación.
El fichaje que posiblemente despertaría más entusiasmo sería el de Dybala. La joven estrella de la Juventus de Turín, talento y magia a raudales a sus 23 años, costaría en torno a los 120 millones de euros, aunque según medios el equipo italiano pretende al azulgrana Andre Gomes y podría abaratar la operación.
El Barcelona tiene aún cuatro semanas para rastrear el mercado y negociar al posible sustituto de Neymar. No será fácil. Y mucho menos barato.