Por Anna Malpas/ Germain Moyón
Kirovske/Kiev/AFP
Varias decenas de inspectores internacionales llegaron este viernes al lugar donde se estrelló el avión malasio en Ucrania para investigar esta tragedia, sovaldi pese a la reanudación de los mortales enfrentamientos en el este del país.
Al menos diez paracaidistas ucranianos figuran entre las 14 víctimas de una «emboscada» en la madrugada del viernes de los rebeldes cerca de Shajtarsk, buy a 25 kilómetros del lugar del accidente, pills indicó el Estado Mayor ucraniano.
Otros 11 militares desaparecieron y 13 resultaron heridos, precisó el portavoz del Consejo Nacional ucraniano de Seguridad y Defensa, Andri Lisenko.
Las fuerzas ucranianas reanudaron el operativo contra los separatistas prorrusos tras suspenderlo el jueves para favorecer la investigación internacional sobre la tragedia aérea, que provocó también la adopción de sanciones occidentales contra Rusia, acusada de armar a los rebeldes.
Un pequeño grupo de expertos holandeses y australianos logró llegar el jueves hasta el lugar donde se estrelló el Boeing de Malaysia Airlines, donde todavía quedan restos humanos y del avión, más de dos semanas después del drama que dejó 298 muertos el 17 de julio.
Un convoy de 14 vehículos partió en la misma dirección el viernes por la mañana, acompañados de hombres y material procedente de Jarkov (este).
Disparo y columnas de humo
En total, un grupo de 70 expertos holandeses y australianos, liderados por los observadores de la Organización para la Cooperación y la Seguridad en Europa (OSCE) llegaron durante la mañana al lugar de la tragedia aérea, confirmó la OSCE en su cuenta Twitter.
Los expertos internacionales, que «terminaron por hoy su trabajo», recogieron nuevos «restos morales», indicó en un comunicado durante la tarde el ministerio de Seguridad y de Justicia de Holanda, donde ya se enviaron más de 200 cadáveres días después del derribo del vuelo MH17.
El gobierno holandés indicó que se pudo identificar a una segunda víctima y reiteró que los trabajos de identificación de los cuerpos «podrían durar meses».
En su labor en el terreno, el parlamento ucraniano autorizó el jueves a los policías holandeses y australianos a portar armas, lo que para Andrei Purguin, un jefe separatista, significa «una intervención militar de facto», denunció a la agencia Interfax.
La tarea de los expertos internacionales en el este de Ucrania se anuncia difícil a causa de los combates. La ofensiva militar ucraniana lanzada a principios de julio avanza, en especial, en algunos bastiones de los prorrusos, como las ciudades de Donetsk y Lugansk, y en la zona fronteriza con Rusia.
A una decena de kilómetros del lugar donde cayó el avión malasio, una periodista de la AFP escuchó un disparo de tanque cerca de la localidad de Kirovske y vio columnas de humo elevarse en el cielo de Shajtarsk.
Las fuerzas ucranianas reivindicaron el viernes la toma de la ciudad de Novyi Svit, a unos 25 kilómetros al sur de Donetsk, que cuenta con 8.000 habitantes, y afirmaron que la aviación rusa violó el espacio aéreo ucraniano.
Lugansk sin agua ni electricidad
En Lugansk, los combates dejaron cinco muertos, entre ellos un menor, y nueve heridos civiles en 24 horas, según las autoridades municipales. La ciudad no cuenta ni con agua corriente ni electricidad.
En Donetsk, el ayuntamiento indicó que un pasajero de un minibus murió el jueves por la noche por una explosión producida por un disparo de artillería.
El jueves, en un encuentro en Minsk entre representantes ucranianos, separatistas y rusos, bajo la supervisión de la OSCE, las diferentes partes acordaron «garantizar un acceso seguro a los investigadores internacionales» durante su trabajo en el lugar del siniestro aéreo, indicó la OSCE en un comunicado.
El ex presidente ucraniano Leonid Kushma, que representa a Kiev en las negociaciones, afirmó que los rebeldes prorrusos, quienes controlan la zona donde se estrelló el avión, aseguraron que entregarían «los efectos personales de los fallecidos».
Ambas partas se comprometieron a liberar a 20 prisioneros cada una, añadió en un entrevista a la agencia Interfax-Ucrania.
Los combates han dejado más de 1.100 muertos, según Naciones Unidas, sin contar a las víctimas del avión, y han supuesto un duro golpe para las relaciones entre los países occidentales y Moscú.
Rusia, cuya economía se encuentra al borde de la recesión, restó importancia a las últimas sanciones occidentales contra sectores clave como finanzas, defensa y energía, y advirtió que estas medidas podrían volverse en contra de los intereses de Europa y Estados Unidos.
El opositor ruso y ex campeón mundial de ajedrez, Garry Kasparov, lamentó que los países occidentales hayan «esperado demasiado tiempo» para reaccionar contra Putin.