Finalmente, la compañía Apple respondió a las quejas de sus usuarios sobre la discrepancia existente entre cómo debería funcionar el procesador de los iPhone y cómo responde en la realidad. La firma, cuyas oficinas centrales están en California, admitió el jueves 21 de diciembre que una actualización del software puesta a disposición de sus clientes el año pasado hace que el teléfono opere con mayor lentitud.
La empresa aseguró que la actualización reduce la capacidad de reacción de la batería cuando el teléfono demanda más energía, lo que redunda en la ralentización del funcionamiento del iPhone. “El año pasado lanzamos una función para limitar los peaks de energía para evitar que el aparato sufra desconexiones inesperadas”, dijo la firma en un correo electrónico enviado a la agencia de noticias Reuters. La fabricante del iPhone agregó que esta función se ha aplicado también al iPhone 7 y será utilizada en otros productos en el futuro.
¿Qué dicen los test independientes?
A comienzos de esta semana, Primate Labs, una firma que creó una aplicación que mide la velocidad del procesador del iPhone, informó que había detectado una ralentización y menor performance en los modelos antiguos de este teléfono inteligente. El fundador de Primate Labs, John Poole, aseguró que todo parecía indicar que el sistema operativo de Apple perdía capacidad cuando la batería llegaba a un cierto nivel de deterioro.
“El problema se debe, al menos en parte, a un cambio en el sistema operativo iOS. La diferencia entre (las versiones) 10.2.0 y 10.2.1 es demasiado grande para deberse solo a una condición de la batería”, escribió. “Yo creo (así como otros) que Apple introdujo un cambio para limitar el funcionamiento cuando la batería se deteriora pasado cierto punto”, añadió. Poole incluso predijo que más usuarios se verían afectados en el futuro.
¿Es parcialmente cierta la teoría?
Los reclamos de que los iPhones se volvían más lentos a medida que pasaba el tiempo han sido registrados periódicamente desde la primera versión de estos smartphones, hace más de una década. Los usuarios llevan mucho tiempo diciendo que empresas como Apple utilizan la llamada “obsolescencia planeada”, en la cual los aparatos se deterioran mucho más rápido de lo esperado, forzando a los usuarios a comprar el nuevo modelo que las mismas compañías lanzan al mercado.
Pero Apple insiste en que la actualización del software que es sindicada como la sospechosa de provocar la ralentización fue liberada solo después de que se hizo masivo un problema que hacía que los teléfonos se apagaran sin previo aviso, y que el software buscaba proteger los procesadores de ser dañados por estas oscilaciones repentinas provocadas por las baterías.
Al parecer, las baterías de litio utilizadas por todas las empresas que fabrican teléfonos pueden enfrentar problemas en la medida que envejecen, se enfrían o pierden su carga. Muchos sitios web tecnológicos recomiendan que en vez de derrochar dinero comprando teléfonos nuevos, los usuarios inviertan en una batería de reemplazo, que se puede encontrar por 79 dólares en Estados Unidos o unos 89 euros en Europa.