Por Siavosh Ghazi
Teherán/AFP
El presidente iraní, see Hasan Rohani, physician reafirmó que su país continuará cooperando con la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) al reunirse en Teherán con su jefe, Yukiya Amano, pero no aceptará ninguna restricción más allá de las leyes internacionales.
«Solo aceptaremos un control legal de la AIEA en el marco del Tratado de No Proliferación (TNP), y cualquier vigilancia más allá de las reglas legales sentaría un precedente contra el interés de todos los países en desarrollo», añadió.
Yukiya Amano llegó este domingo a Teherán para una visita de un día para «impulsar el diálogo y la cooperación» con Irán, según la agencia de la ONU.
La AIEA verifica que Irán respete el congelamiento de las actividades nucleares más controvertidas como parte de un acuerdo provisional con el grupo 5+1 (Estados Unidos, Rusia, Reino Unido, Francia, China y Alemania), vigente desde enero y que debe conducir a un acuerdo definitivo.
Amano se reunió por la mañana con el ministro de Relaciones Exteriores, Mohamad Javad Zarif, y con el presidente, Hasan Rohani, y lo hará más tarde con el jefe de la Organización Iraní de la Energía Atómica, Ali Akbar Salehi.
Zarif también insistió en la «voluntad de la República Islámica de Irán de cooperar con la AIEA, la única instancia internacional competente en materia nuclear».
La última visita de Amano a Irán fue en noviembre de 2013, cuando la agencia inició una serie de negociaciones para obtener pruebas «creíbles» de que Irán llevó a cabo investigaciones con el objetivo de fabricar una bomba atómica antes -y quizás también después- de 2003.
Irán desmiente enérgicamente estas acusaciones, pero el 23 de mayo, la AIEA informó de que Teherán había aportado, por primera vez desde 2008, informaciones sobre la posible dimensión militar de su programa y, concretamente, sobre ensayos de detonadores.
Teherán tiene hasta el 25 de agosto para responder a un serie de preguntas de la Agencia referidas sobre todo a la experimentación de explosivos a gran escala.
Durante su encuentro este domingo con el presidente Rohani, Amano expresó su deseo de que «esta cooperación prosiga con un espíritu más constructivo», según la televisión estatal.
«El objetivo de la Agencia es avanzar paso a paso para solucionar las cuestiones en suspenso, y no quiere que este proceso se alargue», añadió.
Rohani repitió que «las armas de destrucción masiva no tienen cabida en la doctrina de defensa» de Irán y deseó que la AIEA desempeñe «un papel más activo».
«Confianza» para los iraníes
En lo relativo a las negociaciones con las grandes potencias, Rohani esperó que el grupo de los 5+1 «actúe de forma que dé la confianza necesaria al pueblo y al Parlamento iraní para continuar las discusiones».
Irán «no quiere nada más allá de sus derechos», dijo Rohani, que añadió que «la capacidad balística de Irán no es negociable a ningún nivel», como reclama Estados Unidos.
Tras seis rondas de negociaciones desde febrero con el grupo de los 5+1, las dos partes parecen haber aproximado posiciones sobre ciertos puntos, como el reactor de agua pesada de Arak, que podría suministrar plutonio, y sobre el aumento de las inspecciones a las plantas nucleares iraníes.
En julio, ambas partes prolongaron hasta el 24 de noviembre el período de negociación para alcanzar un acuerdo definitivo que garantice el carácter pacífico del programa nuclear iraní, a cambio de un levantamiento de las sanciones internacionales adoptadas contra Irán.
Pero de momento sigue habiendo divergencias importantes sobre la cuestión del enriquecimiento de uranio (proceso que puede llevar a la fabricación de una bomba atómica) y el levantamiento de las sanciones.
El equipo de negociadores dirigido por Zarif también se enfrenta a la oposición de algunos ultra-conservadores, que consideran que Irán ha cedido demasiado frente a las grandes potencias.
«Aunque alcancemos un acuerdo global en las negociaciones con el grupo 5+1, nos hará falta más tiempo para negociar los detalles. Así que es improbable que alcancemos un resultado definitivo antes de un plazo de cuatro meses», declaró Zarif recientemente.