Teherán / AFP
Marc Jourdier
Irán anunció el miércoles que dejará de aplicar «algunos» de sus «compromisos» del acuerdo internacional sobre su programa nuclear de 2015, en respuesta a la decisión unilateral de Estados Unidos de retirarse de ese pacto hace un año y restablecer sanciones.
Teherán amenazó además con renunciar a otros compromisos si los restantes signatarios no encuentran una solución en un plazo de 60 días para aliviar los efectos de las sanciones estadounidenses contra Irán, en particular en los sectores petrolero y bancario.
El anuncio tiene lugar en un clima de tensiones exacerbadas entre Irán y Estados Unidos, que indicó el martes que enviaba bombarderos B-52 al golfo.
Washington ha hecho de Irán su enemigo número uno en Oriente Medio.
El secretario de Estado estadounidense Mike Pompeo, de visita sorpresa en Bagdad, acusó el martes a Teherán de preparar «ataques inminentes» contra las fuerzas norteamericanas.
Desde este miércoles, Irán suspende el compromiso de limitar sus reservas de agua pesada y uranio enriquecido estipuladas en el acuerdo concluido en Viena en 2015 que limitaba drásticamente su programa nuclear.
«La República Islámica de Irán no se considera en este momento comprometida a respetar las restricciones concernientes a las reservas de agua pesada y uranio enriquecido», afirmó el Consejo Superior de Seguridad Nacional en un comunicado.
El presidente Hassan Rohani señaló que estas medidas son conformes al acuerdo de Viena que permiten a las partes suspender parcial o totalmente algunos de sus compromiso en caso de incumplimiento de otra de las partes.
– «Operación quirúrgica» –
El acuerdo «necesitaba sufrir una operación quirúrgica luego de que un año de sedantes no produciese ningún efecto», declaró Rohani en una metáfora médica.
«Estas operación quirúrgica está destinada a salvarlo, no a destruirlo», insistió.
El presidente ruso Vladimir Putin denunció el miércoles la «presión irracional» que sufre Irán a raíz de «decisiones irreflexivas y arbitrarias», que provocan «medidas enojosas», declaró a la prensa el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
De su lado, Pekín aseguró que «mantener y aplicar el acuerdo es responsabilidad de todas las partes», según el portavoz de la diplomacia china, Geng Shuang.
Israel, feroz enemigo de Teherán y del acuerdo, afirmó el miércoles que no permitirá a Irán fabricar armas nucleares.
Alemania llamó a Irán a respetar la «totalidad» del acuerdo nuclear con las potencias y para el Reino Unido, la decisión de Irán es un «paso inoportuno».
Convalidado por una resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, el acuerdo permitió a Irán obtener un levantamiento parcial de las sanciones internacionales a las que estaba sometido.
A cambio, Teherán aceptó limitar de manera drástica su programa nuclear y se comprometió a no buscar dotarse el arma nuclear.
Pero al juzgar que el acuerdo no ofrecía garantías suficientes, el presidente estadounidense Donald Trump retiró a su país hace exactamente un año y restableció sanciones contra Teherán.
Esto afectó duramente a la economía de la República Islámica y a sus relaciones comerciales con los otros países involucrados.
Los europeos, China y Rusia reiteraron su compromiso, pero se mostraron incapaces de respetar su promesa de permitir que Irán se beneficie de las ventajas económicas del acuerdo.
La Unión Europea intentó crear un mecanismo para permitir a Irán que continúe comerciando con sus empresas eludiendo las sanciones estadounidenses.
– Poco tiempo –
«Nuestros amigos en Rusia y China mantuvieron muy buenas relaciones con nosotros este año. Pero el resto de los participantes no cumplió ninguna de sus obligaciones», dijo el miércoles el canciller iraní Mohammad Javad Zarif durante una visita a Moscú.
Por su lado el canciller ruso Serguei Lavrov aseguró que Moscú va a «esforzarse» para «convencer» a los europeos de que cumplan con sus promesas.
Teherán advirtió que si al cabo de 60 dias los otros países no encuentran una solución, dejará de respetar las restricciones sobre el grado de enriquecimiento de uranio o las medidas relativas a la modernización del reactor de agua pesada de Arak, en el centro de Irán.
La República Islámica agregó que las medidas anunciadas pueden reverse «en cualquier momento» si las exigencias de Irán «son tomadas en cuenta».
«La ventana que está abierta para la diplomacia no permanecerá de este modo mucho tiempo, y la responsabilidad del fracaso y sus probables consecuencias incumbirán por completo a Estados Unidos» y a las otras partes del acuerdo, agregó Teherán.
Robert Kelley, un ex inspector nuclear de la ONU que trabaja ahora en el Instituto Internacional de Estocolmo de Estudios para la Paz (SIPRI), afirmó que los compromisos que dejaría de cumplir Irán no tenían relevancia en su capacidad de desarrollar la bomba atómica.
A cargo de verificar la aplicación del acuerdo por parte de Irán, la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) certificó hasta el momento que Teherán respetaba sus compromisos.