Por Cyril Julien
Teherán/AFP
Irán suspendió este lunes por seis meses una parte de sus actividades nucleares a cambio de un levantamiento parcial de las sanciones que pesan sobre su economía, viagra help un primer paso hacia la negociación de un acuerdo global sobre su polémico programa.
La suspensión del programa de enriquecimiento de uranio al 20%, rx la principal medida del acuerdo alcanzado en noviembre en Ginebra entre Teherán y las grandes potencias, empezó a media jornada en presencia de los inspectores de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), encargada de hacer un informe sobre las operaciones.
El paso es mesurado, pero el objetivo final es ambicioso: poner fin a diez años de pulso entre Irán y las grandes potencias acerca del programa nuclear de Teherán. Y eso que el camino por recorrer en los seis próximos meses está sembrado de obstáculos y las negociaciones sobre un acuerdo global están limitadas a un año.
«Irán suspendió la producción de uranio enriquecido al 20% […] en las instalaciones de Natanz y Fordo», declaró el director general para la Organización de la Energía Atómica Iraní, Mohamad Amiri, citado por la agencia Irna.
«El proceso de disolución y de transformación de la reserva de 196 kilos de uranio al 20% en óxido también ha comenzado», agregó.
La AIEA, establecida en Viena, señaló que «se cumplieron todas las exigencias», según un diplomático occidental que confirmó otras declaraciones diplomáticas.
La portavoz del departamento de Estado norteamericano, Marie Arf, declinó comentar esta primera medida iraní y afirmó que «Estados Unidos, nuestros socios del 5+1 (China, Francia, Reino Unido, Rusia y Alemania) y la Unión Europea están estudiando el informe» de la AIEA.
El enriquecimiento, efectuado con ayuda de centrifugadoras, preocupa a la comunidad internacional porque un uranio altamente enriquecido puede servir para fabricar una bomba atómica, incluso si la República Islámica siempre ha negado quererse dotar de un arsenal nuclear.
Irán se comprometió a limitar el enriquecimiento de uranio al 5%, a transformar sus reservas de uranio al 20%, a congelar a su nivel actual sus actividades en las plantas de Natanz y Fordo así como en el reactor de agua pesada de Arak, y a poner fin a la instalación de nuevas centrifugadoras en esas instalaciones.
En contrapartida, las seis potencias diplomáticas levantarán durante seis meses una parte de las sanciones económicas equivalente a 7.000 millones de dólares (más de 5.000 millones de euros).
Esto incluye principalmente el levantamiento de las restricciones a las exportaciones petroquímicas, el comercio del oro, el mantenimiento de las exportaciones de petróleo a su nivel actual, el levantamiento de las sanciones contra la industria automovilística y el desbloqueo gradual de 4.200 millones de dólares de activos iraníes congelados en el mundo.
La parte visible del iceberg
La parte más importante de las sanciones, que por el momento se mantiene, privará sin embargo a Irán de 30.000 millones de dólares procedentes del petróleo durante los seis meses, mientras que la mayoría de los activos iraníes en el extranjero (unos 100.000 millones de dólares) seguirán congelados, subrayó la Casa Blanca.
Para poder acceder a estos fondos y para que puedan levantarse todas las sanciones, Teherán tendrá que aceptar restricciones más importantes y permanentes de sus actividades nucleares.
Según Mark Fitzpatrick, exfuncionario del departamento de Estado y ahora analista del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS), las potencias occidentales querrán una reducción drástica del número de centrifugadoras a 3.000 o 4.000, contra 19.000 actualmente.
Deberían pedir también la suspensión definitiva de la central de enriquecimiento de Fordo, modificaciones del reactor de agua pesada de Arak actualmente en construcción para que no pueda producir plutonio para una bomba nuclear, y la reducción de las reservas de uranio enriquecido hasta el 5% de manera que sea insuficiente para la fabricación de un arma atómica.
Los partidarios de la línea dura en Irán, donde el programa nuclear es motivo de orgullo nacional, podrían considerar exageradas estas exigencias.
El diario conservador Vatan-Emruz calificaba este lunes las primeras medidas de «holocausto nuclear en el que la mayoría de las actividades de Irán se pararán».
Mohammad Amiri también advirtió que Irán retomará su programa de enriquecimiento si «la otra parte no respeta su parte del acuerdo».
En el otro bando, las exigencias podrían ser consideradas demasiado tibias en Estados Unidos y en Israel.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, que trata de convencer al Congreso de que no vote nuevas sanciones, estimó en diciembre en «50-50» las posibilidades de llegar a un acuerdo.