Madrid/dpa
¿Isco o Bale? Este será el debate en el Real Madrid hasta el 3 de junio, el día en el que Zinedine Zidane deberá resolver la gran cuestión para la final de la Liga de Campeones, una decisión nada pequeña.
El equipo blanco se encuentra ante el reto de lograr su primer doblete -Liga española y Copa de Europa- por primera vez desde aquel remoto 1958. Además, aspira a entrar en la historia de convertirse en el primer equipo en ganar dos Ligas de Campeones desde que este torneo existe como tal, desde 1992.
Tal expectativa se debe en buena parte a un jugador como Isco. Con una participación casi testimonial en la actual edición de la Liga de Campeones, la lesión de Bale lo puso en el foco y el miércoles tuvo una actuación decisiva ante el Atlético de Madrid en la vuelta de la semifinal. No solo marcó el gol que sofocó el sueño de la remontada rojiblanca, sino que gobernó el duelo hasta el fin. Fue el líder de su equipo. Durante toda la temporada, se especuló con la posibilidad de que el centrocampista abandonara el Real Madrid al final de esta temporada. Su actual contrato expira en 2018 y la prensa habló incluso de la Premier League como destino. Pero los rumores se apaciguaron y ahora parece próxima su renovación ante el clamor de la hinchada blanca.
Su rendimiento puso en jaque a Zidane, pues Bale está finalizando su proceso de recuperación y reaparecerá en breve. El galés tiene en el punto de mira la final de la Liga de Campeones, que será en Cardiff, su ciudad natal.
El técnico del Real Madrid nunca ocultó su deseo de jugar “siempre” con la llamada “BBC” -Bale, Benzema y Cristiano-, pero Isco levantó la voz con sus actuaciones. Además, es un favorito de su afición, por encima del galés. Y más después de actuaciones como las del miércoles.
La elección no es simple, pues también determina el estilo de juego. Es utilizar un 4-4-2 o un 4-3-3. Es decir, apostar por tener el balón, gracias a poblar el centro del campo con un futbolista más, o decantarse por las transiciones más rápidas y el valor de la pegada. Cuando Bale ha estado sano, Zidane siempre apostó por él.
Para muestra está lo que ocurrió en el último clásico entre Real Madrid y Barcelona, jugado el 23 de abril. Bale acababa de salir de una lesión y Zidane lo puso de titular. “Le apetecía jugar”, justificó el entrenador francés. Y ahora no hay nada que anhele más que disputar la final de la Liga de Campeones en su querida Cardiff.
Por lo pronto, Zidane llena de elogios a Isco. “Nos ha dado muchísimo. Todos los de arriba, pero Isco en particular. Su posición molestó al rival”, dijo tras el choque ante el Atlético.
Pero luego deslizó la duda para la final: “Queda mucho. Tenemos tres partidos de Liga en una semana. Hoy vamos a pensar en lo que hemos hecho y luego veremos lo que va a pasar”.
Fueron declaraciones que enseguida alimentaron un debate que se intensificará a medida que llegue la final. Ahora mismo, resulta intocable el trío de centrocampistas formado por Carlos Casemiro, Luka Modric y Toni Kroos. Por ello, y salvo lesiones, la elección del once de la final solo presenta una duda a día de hoy: Isco o Bale.