Por Jean-Luc Renaudie/Jerusalén/AFP
El parlamento israelí aprobó en primera lectura un proyecto de ley que obliga a las ONG a publicar los aportes financieros recibidos de gobiernos extranjeros, una medida que según sus críticos apunta a las organizaciones pacifistas.
El texto presentado por el gobierno de Benjamin Netanyahu y calificado de caza de brujas contra las organizaciones opuestas a la colonización de los Territorios Palestinos ocupados y defensoras de los derechos humanos, obtuvo 50 votos a favor y 43 en contra al término de un tenso debate.
Para que el proyecto se convierta en ley son necesarias dos votaciones más de la Knesset, el parlamento israelí.
La Paz Ahora, una de las ONG a las que apunta el proyecto de ley, denunció el peligro que representa ese texto para la democracia israelí.
«Es un hostigamiento a las voces disidentes», afirmó La Paz Ahora.
«La aprobación de este proyecto es un acto violento y discriminatorio que alienta la venganza popular contra aquellos que critican al gobierno», dijo La Paz Ahora, una organización que denuncia la colonización.
«Diga lo que diga Netanyahu, el proyecto de ley se inspira en lo que pasa en Rusia y no en lo que impera en Estados Unidos o en cualquier otro país democrático», agregó la organización pacifista.
La ministra de Justicia, Ayelet Shaked, del partido religioso nacionalista de extrema derecha Casa Judía, defendió su proyecto diciendo que no estaba dirigido contra ninguna ONG.
Sin embargo, en la práctica, las ONG consideradas de izquierda son de lejos el objetivo del texto, ya que las organizaciones de derecha, especialmente las favorables a la colonización, se benefician sobre todo de donaciones privadas, provenientes en gran parte de Estados Unidos.
Entre las principales ONG en el punto de mira de la ley y apoyadas económicamente por la Unión Europea aparecen La Paz Ahora; B’Tselem, defensora de los derechos humanos en los Territorios Palestinos ocupados, o Breaking The Silence, que reseña las denuncias de los soldados sobre las violencias antipalestinas del ejército israelí.
El proyecto estipula que las ONG que reciban más de la mitad de su financiación de gobiernos extranjeros deberán mencionarlo en todos sus informes oficiales.
«Pienso que se debe exigir que cada ONG revele las contribuciones que recibieron desde el primer dólar», afirmó recientemente Netanyahu.
Sin embargo, a pedido de Netanyahu, la ministra de Justicia renunció incluir una cláusula que preveía que los miembros de las ONG acreditados ante el parlamento debían inscribir en sus pases el nombre de los países que las financian.
El proyecto de ley generó una oleada de críticas internacionales.
Estados Unidos expresó su preocupación sobre el texto el mes pasado a través de su embajador en Israel, mientras que su homólogo de la Unión Europea, Lars Faaborg-Andersen, expresó directamente a Shaked las reservas de la UE.
Los dirigentes de las organizaciones en la mira de la ley afirman que recibieron amenazas de muerte y que son hostigados hasta en sus domicilios.
Además denunciaron que las ONG estaban infiltradas y espiadas por falsos militantes, a sueldo de las organizaciones de extrema derecha israelíes.
La actual ofensiva de la derecha y la extrema derecha israelíes apunta también contra artistas y escritores, como el célebre Amos Oz, acusados de «topos hostiles» en afiches colgados en internet por la ONG de extrema derecha Im Tirtzu, que finalmente se disculpó.