Por Sarah Benhaida
Jerusalén/AFP
Por primera vez en varios meses, Israel autorizó a miles de musulmanes, sin restricciones de ningún tipo, a rezar en la Explanada de las Mezquitas, en Jerusalén Este, con el objetivo de rebajar la tensión de las últimas semanas.
Unos 40.000 fieles franquearon sin dificultad las puertas de la Explanada. Los hombres llenaron completamente la mezquita de Al Aqsa y las mujeres la Cúpula de la Roca, indicaron periodistas de la AFP en el lugar.
Miles de fieles que no pudieron entrar a las mezquitas desplegaron en la explanada tapices para la oración, que se desarrolló sin incidentes.
Durante el sermón, el imán denunció las «agresiones israelíes» y acusó a Israel de buscar «una escalada que podría llevar a una explosión».
«Hacía cuatro meses que no podía rezar el viernes en Al Aqsa, incluso durante el mes sagrado del Ramadán», dijo a la AFP Amir, 18 años.
«Cada vez que lo intentaba había un policía druso o un árabe como yo que me prohibía ir a rezar», añadió.
Una palestina de unos sesenta años dijo que en los últimos tiempos «le daba miedo venir», mientras se hacía una foto delante de la Cúpula de la Roca, un templo musulmán, para enviársela a sus hijos en Alemania.
«¡Al fin puedo rezar en Al Aqsa!», exclamó.
La policía israelí seguía desplegada masivamente en las puertas de la Explanada y en la Ciudad Vieja, que domina la Explanada, pero se limitaba a controles esporádicos, en particular de los hombres más jóvenes.
«No hay límite de edad en el Monte del Templo, esperamos que hoy habrá calma y tranquilidad», declaró a la AFP el portavoz de la policía Micky Rosenfeld, utilizando el término judío para llamara a la Ciudad Vieja, donde se han registrado enfrentamientos desde hace varios meses.
Rosenfeld vinculó la decisión de eliminar las restricciones de edad a la reunión del jueves en Jordania entre el secretario de Estado estadounidense John Kerry y el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu.
En esa reunión se asumieron «compromisos firmes», según el jefe de la diplomacia norteamericana, para tratar de disminuir las tensiones en Jerusalén Este.
Mantener el ‘statu quo’ en la Explanada
Kerry se entrevistó con el presidente palestino Mahmud Abas y luego con Netanyahu y el rey Abdala II de Jordania, que supervisa la gestión de la Explanada.
Netanyahu reafirmó «su compromiso de mantener el statu quo» de la Explanada, según el cual judíos pueden visitarla pero no pueden rezar en el lugar, indicó Kerry.
Las partes se comprometieron además a tomar «medidas constructivas, medidas reales, no retóricas» para que las tensiones «no se transformen en un incendio imposible de controlar», añadió.
La Explanada, donde se encuentra la mezquita Al Aqsa, es el tercer lugar santo del islam y también el sitio más sagrado para los judíos.
En las últimas semanas, los extremistas judíos multiplicaron la visitas al lugar, provocando enfrentamientos que condujeron al cierre de la Explanada durante un día entero, algo muy poco frecuente.
Los enfrentamientos diarios en Jerusalén Este, los atentados contra israelíes y a la agitación en la Cisjordania ocupada hacen temer una nuevo intifada, un levantamiento popular palestino.
La segunda intifada empezó a finales del año 2000 por una visita a Al Aqsa de Ariel Sharon cuando era jefe de la oposición. Los enfrentamientos duraron cinco años.
Las medidas acordadas en Ammán son un «test» sobre las intenciones reales de los israelíes y los palestinos, según Kerry.
La situación sigue siendo muy tensa en Jerusalén tras los enfrentamientos de la noche del jueves, particularmente en el barrio de Esauiya.
Israel cerró cuatro de las cinco calles que llevan a ese barrio situado frente al Monte Scopus, un enclave israelí en Jerusalén Este. Los habitantes de Esauiya denuncian un «estado de sitio» y el jueves un niño palestino fue gravemente herido por una bala de goma disparada por la policía.