Por Adel Zaanoun/Laurent Lozano
Gaza/Jerusalén/AFP
La diplomacia egipcia se esforzaba este lunes en poner de acuerdo a Israel y a Hamas sobre una tregua en Gaza, medical donde seguían las hostilidades con cuatro muertos en nuevos ataques aéreos israelíes.
El Cairo, vecino y mediador habitual, ha propuesto un nuevo alto el fuego en Gaza para detener una guerra que en 49 días ha causado más de 2.100 muertos del lado palestino, civiles en un 70% según la ONU, y 68 del lado israelí, todos soldados salvo cuatro.
«La idea es un alto el fuego temporal que permitiría abrir los puestos fronterizos y hacer entrar ayuda humanitaria y material de reconstrucción. Los puntos litigiosos se abordarían dentro de un mes», dijo un funcionario palestino a la AFP.
«Estaríamos dispuestos a aceptar, pero esperamos la respuesta israelí a la propuesta», añadió el responsable, que prefirió el anonimato.
Según otro funcionario palestino, los egipcios podrían invitar a ambas partes a reanudar las conversaciones en 48 horas.
«Se están haciendo esfuerzos para alcanzar un acuerdo», confirmó a la AFP un portavoz de Hamas en Gaza, Sami Abu Zuhri.
Daud Shihab, portavoz de la Yihad Islámica, la segunda fuerza gazatí y participantes en las conversaciones indirectas con Israel, advirtió que «el éxito de los contactos dependerá de que se tengan o no en cuenta las exigencias palestinas».
Mark Regev, un portavoz del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, no quiso hacer comentarios y se limitó a repetir la posición de principio de que Israel no negociará mientras sigan los disparos de cohetes palestinos.
Desde hace semanas, Egipto está mediando para propiciar una paz duradera entre Israel y el movimiento islamista palestino Hamas.
El último alto el fuego entró en vigor el 11 de agosto y fue respetado durante nueve días. En este lapso los egipcios intentaron convencer a ambos de acordar una tregua prolongada.
Pero las negociaciones, indirectas (ya que Israel se niega a sentarse en la misma mesa que los delegados de Hamas) toparon con unas exigencias hasta ahora irreconciliables: las garantías de seguridad de los israelíes y el levantamiento del bloqueo israelí por parte de los palestinos.
Israelíes y palestinos retomaron las hostilidades el 19 de agosto, los primeros con una lluvia de ataques aéreos, los segundos con cohetes y obuses de mortero. Desde entonces han muerto 104 palestinos y un israelí.
Este lunes murieron en Gaza cuatro palestinos, entre ellos una madre y su hijo de tres años, en dos ataques israelíes, según fuentes médicas.
En Beit Furik, en el norte de Cisjordania, un adolescente palestino herido de bala el viernes por soldados israelíes durante una manifestación de solidaridad con Gaza falleció este lunes.
Según la ONU, al menos 20 palestinos han muerto en Cisjordania desde que empezó la campaña israelí en Gaza el 8 de julio.
Un inicio de curso incierto
El ejército israelí indicó este lunes que bombardeó al menos 16 objetivos y que 39 cohetes fueron disparados desde la Franja de Gaza contra territorio israelí, sin causar víctimas.
Según testigos, los aviones israelíes destruyeron dos mezquitas, una en Beit Hanun, en el norte del enclave, y la otra en la ciudad de Gaza.
El domingo, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, advirtió que la campaña «Barrera Protectora» seguirá «hasta que haya alcanzado su objetivo (…) lo cual puede llevar un tiempo».
Según él, Israel podría proseguir sus operaciones después del inicio del año escolar el lunes próximo.
El detalle es importante ya que la opinión pública teme que los niños del sur de Israel retomen las clases bajo la amenaza de los cohetes gazatíes.
En Gaza, medio millón de niños palestinos no pudieron volver a las aulas el domingo, tal y como se preveía, a causa de la guerra, según varias organizaciones humanitarias.