Jerusalén / AFP
Israel contempla autorizar la construcción de viviendas palestinas en la parte de la Cisjordania ocupada bajo su control, al mismo tiempo que continúa la expansión de sus colonias, declaró el martes un responsable israelí.
El plan prevé la construcción de 700 casas palestinas en la Cisjordania ocupada y de 6.000 viviendas en las colonias israelíes, declaró el responsable, que pidió el anonimato.
Les colonias israelíes en Cisjordania, territorio palestino ocupado por Israel desde 1967, son ilegales según el derecho internacional.
La colonización continuó bajo todos los gobiernos israelíes desde hace más de 50 años.
El anuncio de estas nuevas construcciones se da días antes de la visita de Jared Kushner, yerno y consejero principal del presidente estadounidense Donald Trump, que prepara una iniciativa diplomática con miras a la solución del conflicto israelo-palestino.
Estas nuevas viviendas serían construidas en la zona C, bajo control de cuerpos de seguridad y civiles israelíes donde están situadas las colonias.
La zona C representa más de 60% de Cisjordania, territorio palestino ocupado que, en teoría, hace parte de un futuro Estado palestino en el marco de la solución llamada de dos Estados.
Según los medios israelíes, ninguna construcción importante fue autorizada por Israel para los palestinos en esta zona en los últimos cuatro años y por lo general los permisos de construcción son escasos.
Por el contrario, Israel destruye con frecuencia edificios que considera ilegales en la Cisjordania ocupada.
Este plan, aunque restringido y desequilibrado en lo que respecta a la proporción de las construcciones planeadas en las colonias, podría facilitar al Primer ministro israelí Benjamin Netanyahu afirmar que hace esfuerzos con miras a la iniciativa estadounidense.
Los palestinos acusan a la administración Trump de estar a favor de Israel, y boicotean la iniciativa estadounidense rechazando a Estados Unidos cualquier papel de mediador por la paz.
Desde el inicio de su presidencia, el presidente Trump ha tomado varias iniciativas pro israelíes, entre ellas la transferencia de la embajada estadounidense a Jerusalén, reconociendo de esta manera la Ciudad santa como la capital de Israel.
La Autoridad palestina desde entonces rompió cualquier contacto con la Casa Blanca.
La administración estadounidense también tomó una serie de medidas contra los palestinos, en especial al suprimir centenares de millones de dólares de ayuda y cerrar su representación en Washington.