Fausto Triana
Madrid/Prensa Latina
La emblemática Squadra Azurra de Italia, en honor al estandarte de la familia real de los Saboya, y la fogosa Furia Roja de España tendrán que buscar equilibrio este martes en la primera semifinal de la Eurocopa de Fútbol.
Si colores tuvieran aromas, entonces el vaticinio huele azurri (azul) por esa combinación casi perfecta que ha logrado Roberto Mancini de veteranos y jóvenes talentos, para nada apegados al antiguo sistema defensivo del catenaccio.
Hermética la línea zaguera con los veteranos Bonucci y Chiellini en el control, el buen portero Donnarumma, la brújula en el mediocampo, el italo-brasileño Jorginho, y luego los jóvenes Locatelli, Barella, Chiesa, y el experimentado Inmobile en ataque.
Dudas por la lesión del ascendente defensor Spinazzola, y un grupo de jugadores capaces de inquietar en el ataque, como Verrati, Belotti y hasta el propio Di Lorenzo.
España no es segundo de nadie en estos momentos, y la mejor prueba es su llegada a semifinales. Acumula dos prórrogas consecutivas (Croacia y Suiza) y un juego que a ratos brilla y en ocasiones se desconcierta.
En estadio londinense de Wembley, el técnico Luis Enrique, que no ha repetido alineación en todo el torneo, redoblará su apuesta a quien se antoja una suerte de figura fetiche, Alvaro Morata, con la esperanza de que Busquets, Koke y Pedri generen ocasiones desde el mediocampo.
Necesita más precisión de Dani Olmo, Ferrán, Sarabia o Gerard Moreno, porque Italia, lo ha demostrado, no perdonará.