@JoakinSalazar
El Sistema penitenciario de la región contiene muchas similitudes y características que reflejan el crecimiento de la delincuencia e inseguridad en países como Guatemala, cialis Honduras y El Salvador, tema que sirvió de análisis para el Instituto Universitario de Opinión Pública (IUDOP), de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas que realizó un foro que permitió conocer la experiencia de diversos países sobre el hacinamiento y criminalidad.
El foro denominado “Violencia Juvenil, criminalidad y Sistemas Penitenciarios en el Triángulo Norte Centroamericano”, permitió conocer la génesis de una problemática que continúa creciendo en los diferentes países de Latinoamérica.
De acuerdo a Benjamín Lessing, representante del departamento de Ciencias Políticas de la Universidad de Chicago, el conflicto penitenciario inició durante los años 90´s en la región, como respuesta a medidas represivas generadas por los gobiernos en turno, como en el caso de El Salvador “la Mano dura” del 2003 y la “Súper Mano Dura” en el año 2005.
Lessing considera que los gobiernos de la región generaron más violencia a través de la represión, pero también a raíz de la falta de tratamiento de los privados de libertad ocasionando que grupos delincuenciales controlen desde las cárceles la inseguridad y violencia en las ciudades.
Asimismo, los países no cuentan con sistemas carcelarios adecuados, ni programas que permitan la reinserción de miles de privados de libertad que son retenidos en centros penitenciarios.
“En nuestros países no existe un control de los reos condenados ni los que se encuentran en proceso, esto ocasiona conflictos”, comentó Bejamín Lessing. Zoel Franco, coordinador del Programa Justicia Penal Juvenil, del Instituto de Estudios comparados en Ciencias Penales, de Guatemala, explicó que su país es uno de los países con mayores niveles de personas privadas de libertad con un promedio de 19 mil reos con una capacidad para ocho mil.
“Como se le puede atender a 19 mil personas cuando ni siquiera se tiene capacidad para albergarles y teniendo menos personal penitenciario que podría atenderlo”, comentó Franco durante su ponencia.
Según Franco, el sistema penitenciario de Guatemala tiene un conflicto de hacinamiento, no existe una infraestructura adecuada, con un promedio de 50% de privados de libertad condenados y el resto en proceso judicial; un total de un mil 68 personas pertenecen a pandillas.
En Guatemala no existe una actualización de datos, por lo que a juicio del expositor, ha generado conflictos, dado que imponen políticas que generan más violencia sin tener censado a toda la población penitenciaria.
En el Caso de El Salvador, el expositor fue el Sub director de Centros Penales, Orlando Molina, quien destacó que El Salvador pese a que mantiene un sistema penitenciario con hacinamiento mayor a su capacidad, ya se están haciendo proyectos que permitan la reinserción de los reos en los 19 centros penales y dos granjas penitenciarias.
Según datos de la Dirección de Centros Penales, la población penitenciaria en El Salvador es de 23 mil 142 condenados y siete mil 68 privados de libertad en procesos judiciales.
Molina destacó el Proyecto de inserción “Yo Cambio”, como un modelo penitenciario que permite incentivar al privado de libertad en actividades culturales, deportivas y laborales dentro del centro penal.
Finalmente, Molina explicó que de los 19 centros penales del país, siete de ellos ya cuentan en un promedio del 100% con el programa “yo Cambio” y el resto sobrepasa el 40% de desarrollo.
Pese a las dificultades de la región, El Salvador forma parte del uno por ciento de los países de Latinoamérica que invierte económicamente en el sistema penitenciario y sobre todo en reinserción del reo.