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Rolando Alvarenga
@DiarioCoLatino
Encontrarnos en persona con nuestras “Estrellas Terrenales” es una de las máximas emociones que nos puede pasar en nuestro paso por esta vida. Lo experimenté cuando en Enero de 1967 conocí al “Rey Pelé”; en Agosto de 1977 al tri campeón olímpico y mundial de box amateur, Teófilo Stevenson, de Cuba; en Diciembre de 1982 a la actriz, Lucía Méndez; en Marzo de 1983 al Papa y en Julio de 1988 a la Madre Teresa de Calcuta. Fueron increíbles e impactantes momentos en que me faltó la respiración, sudé helado y estuve hecho un manojo de nervios, con el corazón al borde la explosión.
Fue justo lo que la semana anterior le ocurrió en algún lugar de Los Angeles, Estados Unidos, al exitoso basquetbolista salvadoreño, Mario “Iverson” Flores al encontrarse saludar y cambiar rápidas impresiones con el original Allen Iverson, quien hace varios años y por su calidad brilló con luz propia en varios equipos de la NBA. El Mario de este cuento fue “bautizado” con el “Iverson” por el entrenador René Montalvo, desde que una vez le vio el apellido Iverson en una camisola y desde entonces, Flores quedó identificándose y admirando al citado basquetbolista que destacó en los finales de los años noventa y principios de los dos mil.
Sobre este inédito encuentro, el varias veces campeón, Mario Flores narró a Co Latino que: “casualmente y estando yo en la ciudad angelina, Allen llegó a reaperturar una de sus tiendas de ropa deportiva y calzado, causando cierto revuelo. Entonces aproveché para acercármele y en nerviosamente le dije en inglés: “Hola, mucho gusto, me llamo Mario Flores, vengo de El Salvador y desde hace años he admirado su alto nivel profesional, tanto que en el baloncesto de mi país se me identifica popularmente como Mario “Iverson”. Al escuchar mis palabras se me quedó viendo, sonrió diplomáticamente y me respondió con un “mucho gusto” y estrechamos las manos. Cambiamos rápidas impresiones y le pedí que nos tomaramos una foto y aceptó gustosamente.
El “Iverson salvadoreño” admite que sintió una gran felicidad conocer personalmente y estrechar la mano de uno de los mejores jugadores que ha tenido la NBA, porque no todos los días se encuentra uno a su jugador favorito y referente. Revela que en los pocos momentos que estuvo frente a él se le vinieron a la mente los recuerdos de los días en que se motivaba antes de sus partidos viendo los videos de las jugadas de Allen. “Solo alguien que es fanático de la NBA sabe que es eso”, sostiene.
