México / AFP
La coalición de Andrés Manuel López Obrador, que el domingo llevó a la izquierda por primera vez al poder en la historia reciente de México, ganó cinco de nueve gobernaturas, se aseguró la mayoría en la cámara baja y tendría más de la mitad de los legisladores en el Senado.
Además de elegir a su nuevo presidente que iniciará funciones en diciembre, los mexicanos renovaron el Congreso bicameral, nueve gobernaturas y alcaldías. Con 18.000 puestos en juego, estos comicios fueron los más grandes en la historia del país.
Con poco más del 50% de las actas electorales contabilizadas, 213 diputados federales de 500 eran para la coalición liderada por López Obrador, Juntos Haremos Historia, conformada por Morena, el Partido del Trabajo y Partido Encuentro Social.
En la Cámara de Senadores, en el último informe del Instituto Nacional Electoral (INE) de esta mañana, la coalición encabezada por Morena había ganado 30 escaños de 128. Sin embargo, según las encuestas privadas de boca de urna, la coalición liderada por López Obrador tendrá más de la mitad de las bancas cuando concluya el registro de los sufragios.
Dados esos resultados en ambas cámaras, ninguna de las otras dos alianzas, una encabezada por el conservador Partido Acción Nacional (PAN) -segundo en la presidencial-, y la otra por el oficialista Partido Revolucionario Institucional (PRI), «podría frenar por sí sola una reforma constitucional», dijo Roy Campos, director de la encuestadora Consulta Mitofsky.
Esa firma prevé que la coalición de Morena alcance la mayoría en el Senado.
De nueve estados en disputa, la coalición ganó cinco. En su natal Tabasco la victoria fue apabullante con más del 60% de los votos, de acuerdo con los conteos rápidos -muestras representativas irreversibles- hechos entre la noche del domingo y la madrugada del lunes para las elecciones estatales.
En la Ciudad de México, que López Obrador gobernó entre 2000 y 2005, su candidata, Claudia Sheinbaum, obtuvo entre 46% y 47%.
Ante esa abrumadora victoria, que se espera que el INE oficialice en los próximos días, López Obrador reiteró que no es «un dictador», en entrevista con la cadena local Televisa.
«El poder solo tiene sentido y se convierte en virtud cuando se pone al servicio de los demás. En efecto, el poder es una tentación cuando no hay principios, yo estoy muy anclado y no me voy a marear», afirmó.
«Estoy muy consciente de mi responsabilidad histórica», dijo la noche del domingo en el zócalo (la plaza principal) frente a miles de seguidores el izquierdista López Obrador, donde festejó su histórico triunfo.
Los retos de la izquierda
Trump y el TLCAN
La relación de México con Estados Unidos se ha tensado desde que Donald Trump llegó a la Casa Blanca y amenazó con abandonar el vital Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y construir un muro entre ambos países.
Sin embargo, el trato entre Trump y López Obrador tuvo un inicio cordial. Este lunes, el presidente estadounidense dijo que habló con López Obrador por teléfono con quien anticipó «una muy buena relación».
«Creo que va a tratar de ayudarnos con la frontera», dijo tras meses de un tenso vínculo por la dura postura antiinmigrante de su gobierno.
López Obrador confirmó la llamada en Twitter y dijo que propuso un acuerdo de proyectos de desarrollo que generen empleos en México y reduzcan la migración. «Hubo trato respetuoso y dialogarán nuestros representantes», dijo.
Sin embargo, entre los mayores nubarrones económicos en el horizonte está el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que México revisa actualmente con Estados Unidos y Canadá.
Para México es vital llevar la negociación a buen puerto pues 80% de sus exportaciones tienen como destino a Estados Unidos, su mayor socio comercial.
Se espera que las negociaciones se retomen en algún momento de julio y que continúen hacia 2019, para encontrar solución a las propuestas más duras de Estados Unidos como su exigencia de revisar el acuerdo cada cinco años.
«Alcanzar algún acuerdo depende que Estados Unidos suavice su postura y abandone algunas de sus posturas más controvertidas», según la firma Eurasia.
Violencia
Tras su triunfo, López Obrador prometió cambiar la actual estrategia militar para combatir a los cárteles de las drogas y la violencia.
«Más que el uso de la fuerza atenderemos las causas que originan la inseguridad», dijo en su primer mensaje tras conocerse los resultados oficiales preliminares, al referirse a la desigualdad y la pobreza, aunque no especificó detalles. Agregó que elaborará un plan de reconciliación en el país.
El 2017 fue el año más violento desde que se tienen registros con 25.324 homicidios, según cifras oficiales. La campaña electoral dejó 145 políticos asesinados en menos de un año.
«Los grupos criminales se siguen peleando por el control de los cultivos de amapola, de la distribución de la heroína y creo que la violencia no va a mermar por un buen rato», dice a la AFP el exagente de la DEA Mike Vigil, afirmando que una nueva estrategia es urgente.
Vigil llama a capacitar a las policías locales y combatir la corrupción entre los gobernantes que han permitido la explosión del crimen.
«Tiene que atacar a todo el grupo desde arriba hasta abajo, a la gente que está metida en la corrupción, que está protegiendo a estos grupos criminales».
Corrupción
El tema que más rabia y hartazgo generan entre los mexicanos, la corrupción fue una parte vital de las campañas electorales y el eje por el cual López Obrador construyó su candidatura.
Este domingo reiteró que su gobierno se concentrará en «combatir la corrupción», aunque no dio detalles de cómo lograrlo.
El gobierno saliente se vio manchado por escándalos que incluso salpicaron al propio presidente, Enrique Peña Nieto, como la casa que su esposa compró a un contratista del gobierno, un cuadro que provocó que el PRI terminara repudiado en las urnas.
«Hay una mucho más alta percepción de más corrupción. Nadie puede decir cuánto, pero tuvimos escándalos que involucraban al señor presidente y a su esposa, a secretarios de Estado», recuerda Arturo Sánchez, académico del Tecnológico de Monterrey.
«El tema de la corrupción fue un canal a través del cual se canalizaron muchas de las inconformidades y del hartazgo que tiene la sociedad», agrega.
Por ello los electores no dejarán de demandar al nuevo gobierno una solución a ese problema, afirma Sánchez: «Creo que la sociedad estará esperando inmediatamente de que algo se resuelva de una forma más tangible».
Migración
La migración acaparó los reflectores internacionales por los cientos de familias que huyen de la violencia en Centroamérica para pedir asilo en México o en Estados Unidos.
El fenómeno se complicó ante la fuerte postura antiinmigración del gobierno de Donald Trump, que momentáneamente instituyó una política de separación de familias en la frontera que generó indignación mundial.
López Obrador se refirió al tema al mencionar que bajo su gobierno, «quien desee migrar, lo haga por gusto y no por necesidad».
Para los expertos el nuevo gobierno debe atender las causas que provocan que México sea un país expulsor de migrantes, una nación de tránsito y un lugar de destino para muchos de ellos.
«Debe dar las condiciones y potenciar el desarrollo regional para que la gente no se vaya, debe dar garantías a todos los que quieran pasar por México y darles un trato humanitario y apoyar a todos aquellos extranjeros que quieran venir a México a través de un proceso legal», agrega Laborde.