Madrid/PL
El líder de Podemos, Pablo Iglesias, descartó la conformación en España de un gobierno progresista con el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) para impedir la continuidad en el poder del conservador Mariano Rajoy.
Iglesias reconoció que el deseo de la coalición Unidos Podemos de sacar adelante -junto al PSOE y el apoyo de los nacionalistas vascos y catalanes- un ejecutivo alternativo al de Rajoy, del conservador Partido Popular (PP), es ya prácticamente inviable.
En declaraciones a Televisión Española, el secretario general de la agrupación de centroizquierda dio por imposible ese gobierno de corte progresista, tras los acuerdos que el pasado martes configuraron la composición de la Mesa del Congreso de los Diputados.
Ese día, durante la sesión constitutiva del parlamento, 10 diputados de Convergencia Democrática de Cataluña (CDC) y del Partido Nacionalista Vasco (PNV) presuntamente apoyaron al PP en la formación del máximo órgano de la Cámara baja.
Aunque ahora se avergüencen, el PNV y CDC fueron los que dieron los 10 votos a los populares, enfatizó el líder de Podemos (tercera fuerza parlamentaria detrás del PP y el PSOE), que concurrió a las elecciones generales del 26 de junio en alianza con Izquierda Unida. Si bien el voto para la elección de la Mesa es secreto, diversos medios apuntaron a que esos 10 inesperados sufragios procedieron del PNV y CDC, con los que Rajoy podría estar negociando para desatascar su investidura a la presidencia.
Aunque fue el candidato más votado en los comicios de junio al lograr 137 escaños en el Congreso, el actual jefe del Ejecutivo en funciones quedó lejos de las 176 bancas establecidas como mayoría absoluta.
Para la designación de la presidenta de la Cámara baja, la popular Ana Pastor, Rajoy recibió el respaldo de los 32 parlamentarios del centroderechista Ciudadanos, cuarta fuerza política.
«La votación de la Mesa del Congreso reveló como imposible lo que nosotros intentamos: un acuerdo con el PSOE, CDC, PNV y Esquerra Republicana de Cataluña», remarcó Iglesias.
Creo que es enormemente difícil construir una alternativa de izquierda luego del acuerdo alcanzado entre el PP y Ciudadanos con el aval de esos «votos fantasma», que los propios conservadores adjudican a los nacionalistas vascos y catalanes, sentenció.
Preguntado sobre las dificultades de Podemos para negociar con los socialistas, opinó que la centenaria organización socialdemócrata nunca digirió bien que en estos dos años apareciera un partido que le superara en tantos sitios.
Es normal, apostilló, para agregar que tarde o temprano el PSOE asumirá que para gobernar necesitará a Podemos, así como la llamada formación morada requerirá de la socialdemocracia española.