@pmeza1
El primer país en abrir las puertas a los productos japoneses fue El Salvador, stuff en mayo de 1953, con los famosos autos Land Cruiser que llegaron al país, convirtiéndose en los primeros Toyota en arribar al continente americano.
Esta apertura dio paso a que ambas naciones tomaran iniciativas para iniciar lazos comerciales, que tenían a la base el establecimiento de las relaciones diplomáticas, el 15 de febrero de 1935, durante el mandato del general Maximiliano Hernández Martínez.
En 1955 la producción de algodón y exportación del mismo hizo que Japón invirtiera por vez primera en un país latinoamericano mediante la instalación de una importante empresa textil.
Los esfuerzos continuaron y en 1968 El Salvador recibe al primer grupo del Programa de Voluntarios Japoneses para la Cooperación en el Extranjero (JOCV, por sus siglas en inglés).
Desde entonces la ayuda, cooperación, solidaridad y hermandad de esta nación asiática hacia los salvadoreños, no ha faltado y se ha visto reflejada en proyectos educativos, agrícolas, de seguridad, de cooperación y fortalecimiento e integración regional.
Cada proyecto ha acompañado el desarrollo del país, desde la visión y ejecución de hacer las cosas juntos, aprendiendo mutuamente y estableciendo relaciones recíprocas, para otorgar la cooperación japonesa, el intercambio cultural y sobre todo extendernos la mano en tiempos de crisis.
“A lo largo de nuestra exitosa historia de relaciones diplomáticas, Japón se ha consolidado como un socio estratégico para el pueblo y gobierno de El Salvador”, dijo el canciller Hugo Martínez, quien también destacó que la nación japonesa ha estado durante 80 años, en los momentos claves de ésta nación, sobre todo apoyando los procesos económicos, comerciales y políticos del país.
Durante décadas, Japón se convirtió en el socio estratégico para El Salvador y con la firma de la Paz en 1992, el apoyo de la nación nipona, ha contribuido a la consolidación de estos acuerdos.
Japón ha marcado esa diferencia en cooperación, ya que los nexos bilaterales se ven reflejados en la construcción de obras que el país ha necesitado, pero por su magnitud no se habían realizado.
Ahora, se puede atraer la inversión extranjera con el aporte que han dado tanto al Aeropuerto Internacional de El Salvador Oscar Arnulfo Romero (1976), como en el 2009 el financiamiento para la construcción del Puerto de La Unión y el más reciente anuncio sobre el financiamiento para el by pass de San Miguel.
Así también la Agencia Internacional de Cooperación para el Desarrollo de Japón (JICA), a través de sus proyectos ha respondido a las necesidades sensibles de los salvadoreños.
Su aporte en capacitaciones, inversión reembolsable y no reembolsable, apoyo a la educación, a la producción, la agricultura entre otros, han fortalecido el desarrollo de este país centroamericano.
En el caso de las tragedias que han azotado el país, esta nación asiática siempre ha extendido su mano durante y después de éstas, como la ocurrida durante los terremotos del 13 de enero y 13 de febrero de 2001, que dejaron a miles de víctimas mortales y desaparecidas, más de 300 mil damnificados y miles de viviendas destruidas. O en las tormentas Stan e Ida y la depresión 12E.
Además, al ser miembro observador extra regional del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA), Japón ha logrado coincidir en asuntos de interés mutuo que han permitido fortalecer los lazos políticos, culturales, económicos y de cooperación.
“Los resultados de nuestros vínculos me permiten augurar que los próximos años nos verán trabajando aún más de cerca, en una relación enriquecida con más experiencias y fortalecida de muchas maneras… envío nuestra más sincera gratitud al pueblo y gobierno de Japón”, agregó Martínez.
Japón tiene como lineamientos básicos de la cooperación promover el desarrollo autónomo y sostenible, la reactivación de la economía y ampliación del empleo.
Dada la vulnerabilidad del país uno de los componentes de la cooperación es la prevención de desastres y conservación del medio ambiente, ya que el país enfrenta problemas de inundaciones y derrumbes debido al cambio climático, teniendo ahora la tarea de superar la vulnerabilidad ante fenómenos naturales que ocasionan tragedias.
Es por esto que en las tragedias que han afectado al país como el Huracán Mitch, en noviembre de 1998, la erupción del volcán Ilamatepeq, la tormenta Stan, entre otros, se ha visto a los japoneses colaborando y cooperando.
A la larga, este apoyo ha beneficiado a ambos países que coinciden en promover el desarrollo integral de sus sociedades, teniendo a la base la paz, la justicia, la democracia, la seguridad humana, la libertad económica y el respeto a la diversidad cultural.
El Embajador del Japón, Masataka Tarahara, agradeció y mostró su respeto al gobierno y pueblo salvadoreño por el trabajo mutuo en estos años, ya que ambos países han mantenido y fortalecido las relaciones de amistad, diplomacia y cooperación.
Así como también dijo sentir un profundo agradecimiento por el esfuerzo de aquellas personas o empresas que se han dedicado a fortalecer las relaciones bilaterales, entre las que destacó la inversión manufacturera y el respeto a su cultura a través de la fundación Ikebana, a cargo de la salvadoreña María de Martínez.
“El pueblo japonés es como nuestro hermano mayor, generoso, comprensivo, atento y preocupado por el desarrollo, no solo económico, si no cultural y educativo”, agregó Martínez, quien destacó que las becas otorgadas por esta nación han sido fuentes de apoyo a la niñez y juventud, que de manera práctica aprenden disciplinas y hacen surgir la creatividad.
En la actualidad, El Salvador sigue mostrando esa apertura de 1953, pero también de agradecimiento por los 80 años de relaciones con el pueblo y gobierno japonés, el gobierno salvadoreño le dedicará próximamente los sellos postales a Japón, el lanzamiento será este viernes.
Los sellos tendrán un círculo rojo conformado por grullas que asemejan la bandera japonesa. “La grulla es símbolo de paz, libertad, buen augurio y sobre todo larga vida, pero en este caso, también representan la relación sólida, transparente y solidaria entre los pueblos de El Salvador y Japón y su vocación pacifista”, señaló el canciller Martínez.