Alma Vilches
@AlmaCoLatino
El Sábado Santo se caracteriza por no celebrarse ninguna eucaristía, try case ya que es un día de reflexión y silencio pues se está a la espera de la vuelta del Señor, quien ha permanecido en el sepulcro por tres días.
La noche del Sábado Santo es la celebración de la Vigilia Pascual, que tiene tres partes importantes, la celebración del fuego nuevo, la liturgia de la Palabra y la liturgia Bautismal. Asimismo, la Vigilia Pascual permite renovar las promesas bautismales y acercarse a la Iglesia con un espíritu renovado.
Era costumbre, durante los primeros siglos de la Iglesia, bautizar por la noche del Sábado Santo, a los que querían ser cristianos. Ellos se preparaban durante los cuarenta días de Cuaresma y acompañados por sus padrinos, ese día se presentaban para recibir el Bautismo.
Al iniciar la celebración, el sacerdote apaga todas las luces de la Iglesia, enciende un fuego nuevo y con el que prende el cirio pascual, que representa a Jesús. Sobre el cirio, marca el año y las letras griegas «Alfa» y «Omega», que significan que Jesús es el principio y el fin del tiempo y que este año le pertenece.
El sacerdote bendice el fuego, posteriormente en procesión hacia el templo, se van encendiendo las velas y las luces de la Iglesia, luego se canta el pregón pascual que es un poema muy antiguo, escrito alrededor del año 300, que proclama a Jesús como el fuego nuevo.
Después de la Celebración del fuego nuevo, se sigue con la liturgia de la Palabra, donde se acostumbra leer siete lecturas, empezando con la Creación hasta llegar a la Resurrección de Jesús. Posteriormente se desarrolla la liturgia bautismal, momento en el cual se bautizan a quienes están preparados para recibir el sacramento que los hace formar parte de la familia de Dios.