Río de Janeiro/Brasil/AFP
Lo crucificaron por su mal papel en el Mundial Rusia-2018 y lo criticaron por no tener goles con la selección. Pero Gabriel Jesús resucitó para darle redención a Brasil en la final de la Copa América 2019, aunque tuvo que entregar su vida para ello.
En el Maracaná, el atacante del Manchester City salió para redimir las almas que buscaban alcanzar el paraíso. Asistió, anotó y fue el Nazareno que sacó a la Canarinha de un Vía Crucis de doce años sin ganar este torneo.
Apoyándose en la banda derecha de Dani Alves, Jesús entró con majestad por el camino de palmas y encontró al apóstol Everton en el segundo palo, listo para anotar el primer gol de Brasil y enviar al confesionario al portero Gallese.
Y estaría allí cuando el peruano Renato Tapia perdió la bola con Firmino, que mandó para Arthur mientras el zaguero Zambrano resbaló. Jesús recibió en posición de 9, allí donde aprendió a jugar en el Palmeiras, y llevó a Brasil al cielo del campeón.
Fue decisivo en la creación de ataque y desequilibrio. Sin embargo, el Salvador de Brasil terminó dando su vida por el equipo.
Tal vez el exceso de adrenalina por darle el triunfo a su país le hizo ir fuerte al encuentro de Yotún a los 31 minutos y luego chocar con Zambrano a los 70, acumulando dos amarillas y ganándose la expulsión.
Se fue golpeando el monitor del VAR antes de descender a las duchas. Tras el tercer gol de Brasil, de penal gracias a Richarlison, todo estaba consumado. Brasil campeón y Gabriel resucitó de los vestuarios para celebrar.
La redención de Jesús
Tite resolvió contar con él como titular recién al tercer partido de fase de grupos, precisamente contra Perú, allí donde vencieron 5-0, aunque el atacante de 22 años falló el penal que pudo ser el sexto tanto.
Alineó después ante Paraguay, en donde vencieron por penales, y fue en semifinales ante Argentina donde convirtió el agua en vino.
El 3 de julio, en el estadio Mineirao, se libró una batalla sin cuartel.
La Canarinha de Tite tuvo la redención en Gabriel Jesús que abrió el marcador a los 19 minutos y luego habilitaría a los 71 minutos a Roberto Firmino para el segundo tanto. Sus milagros estaban de vuelta, cuando más lo necesitaban.
A sus 22 años, Gabriel Jesús tiene la verdad en sus manos, siguiendo su filosofía de vida, sacada de la canción ‘La vida es desafío’ del grupo de hip-hop brasileño Racionais MC’s: “Siempre fui un soñador, eso es lo que me mantiene vivo, de niño mi sueño era ser jugador de fútbol, vayan viendo …”.