Samuel Amaya
@SamuelAmaya98
El sacerdote jesuita Andreu Oliva, rector de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA), fue el encargado de presidir la misa de este domingo en la Cripta de Catedral Metropolitana de San Salvador; en la homilía recordó las palabras de Monseñor Oscar Arnulfo Romero cuando denunciaba las injusticias y abusos del poder contra la gente. “Lo hacía con un espíritu cómo el de Jesús, con un espíritu plenamente evangélico, con el deseo de que cesaran esos abusos e injusticias y de que el mal fuera apartado de nuestra sociedad y sustituirlo con el bien”.
El padre Oliva recordó que Romero lo que buscaba era la conversión de aquellas personas que estaban haciendo el mal y atropellando al pueblo. “Así vemos hoy también la acción de Jesús con Zaqueo, este, era conocido en Jericó no como un hombre ni bueno ni justo, sino todo lo contrario, era conocido como un publicano rico”.
Un publicano eran aquellos que cobraban los impuestos, “impuestos que eran injustos para el imperio romano, no eran como los impuestos deberían de hacer antes y ahora, los impuestos son la materia de contribuir todos para que el Estado pueda ofrecer los servicios de educación, salud y seguridad, etc., que la población necesita”.
En los impuestos en la época de Zaqueo, eran impuestos para el imperio romano, no benefician en nada a la población judía, y por eso el pueblo sabía que era algo totalmente injusto y los que cobraban esos impuestos, lo que hacían era quitarle lo poco que tenía el pueblo para hacer más fuerte y poderoso al imperio romano, comentó Oliva en la homilía.
Lo que hacía Zaqueo es lo que se conoce ahora, como un “corrupto”, ya que se quedaba también con una parte de los impuestos. “Era alguien que se aprovechaba y abusaba de su gente y por ello iba acumulando riqueza. La gente lo señalaba como pecador”, dijo Oliva.
Jesús y Zaqueo se acercaron; ambos mostraron interés sobre el otro; “al final del evangelio, Jesús le dice, ´he venido a traer la salvación y buscar lo que estaba perdido´, justamente Zaqueo andaba perdido, Zaqueo había puesto su corazón en el dinero; toda su vida estaba centrada en el dinero, no estaba centrada en Dios, en sus semejantes ni en hacer el bien”, relató Oliva.
Jesús, por su parte, hace ver a Zaqueo que existe un camino en el que sí puede encontrar la felicidad y por ello le dice a Zaqueo “baja que quiero hospedarme en tu casa”; luego de esa situación, Zaqueo cambió para bien.