@GloriaCoLatino
A 180 kilómetros de San Salvador, store en la zona Oriental del país, search el departamento de La Unión se eleva a tan solo 10 metros sobre el nivel del mar, hospital lo que origina un clima de altas temperaturas que solo lo mitiga la brisa de la Bahía de La Unión.
Poseedor de envidiables paisajes y calmos oleajes de las playas en el corazón del Golfo de Fonseca, el departamento de La Unión también cuenta con su cadena montañosa y su encumbrado volcán de Conchagua con un mil 243 metros de altura sobre el nivel del mar. Su nombre de origen Lenca significa “Valle Estrecho”. La última erupción fue registrada en 1892; desde donde se puede divisar las islas Meanguera, Meanguerita y Amapala.
En ese contexto la Cooperación Internacional de Japón, a través del JICA, busca potenciar la zona Oriental del país, por medio de diversos proyectos de emprendedurismo, protección de recursos naturales, rescate de ecosistemas, y la participación solidaria de sus voluntarios en el departamento de La Unión.
“Queremos cooperar para que engrandezcan su país, y queremos acompañarlos en el proceso”, afirmó Ryo Kinoshita, Tercer Secretario Cooperación Técnica y Financiera de la Embajada de Japón en El Salvador.
“La cooperación del JICA es un pilar fundamental”, declaró Enrique Méndez, Alcalde de Intipucá, quien junto a las comunidades impulsan diversas iniciativas de desarrollo económico y social como: el “Tour del Manglar”, en el contexto del ecoturismo y proyectos de introducción del agua potable en las comunidades, creando un tejido social.
“El JICA nos acompaña en proyectos que benefician a la comunidad y vienen a engrandecer el desarrollo del municipio; los visitantes extranjeros o nacionales se van complacidos con el proyecto de turismo y otros de protección ambiental, que se forman como un ejemplo para engrandecer al municipio de Intipucá”, afirmó.
Este plan integral de la cooperación japonesa se combina con el “Programa de Voluntarios Japoneses para la Cooperación con el Extranjero” (JOCV) que entre sus directrices primarias enfoca conocimientos y educación ambiental entre la población.
Este intercambio entre los voluntarios y los saberes de los pobladores han permitido, nuevas dinámicas en la protección de los recursos naturales de la zona que habitan y la concienciación para el rescate del ecosistema marino y la barrera del manglar que se extiende en su costa.
Yuhei Ohno (voluntario de JICA) trabaja junto al responsable de la Unidad de Medio Ambiente de la Alcaldía de Intipucá, Omar Blanco, que junto a la comunidad educativa y la población han establecido nuevas líneas de convivencia ecológica.
Entre logros prominentes se encuentra una campaña de reciclaje en la que participan estudiantes de diversos centros escolares recolectando plásticos, para que no terminen en los cuerpos de agua como el mar, ríos o las zonas de recarga acuífera.
La colecta de plásticos que se venden a posterior, ha generado recursos económicos para los centros escolares, y la siembra de la semilla del manglar ha permitido que una nueva generación de reforestación del bosque salado de la barrera del mangle; así como un trabajo en conjunto para el desarrollo de un municipio limpio y productivamente económico.
Yuhei Ohno, con una Licenciatura en Economía de la Universidad de Aichi, Japón, y larga experiencia en mercadotecnia y negocios, ahora forma parte de este grupo de profesionales que integran el voluntariado del JOCV, como especialista en Educación Ambiental y acciones como reciclar, reutilizar y reducir.
“Trabajo como voluntario de JICA en este bello municipio, nuestros proyectos y actividades ambientales están desde el año 2014, cuando llegué e iniciamos con la concienciación del medio ambiente y que hemos trabajado a través, de pinturas y dibujos con los estudiantes de los centros escolares y con charlas a la población”, comentó.
Ohno consideró importante también la reforestación del manglar en las playas El Esterón e Icacal por los mismos estudiantes, pobladores y autoridades locales, que fortalece el tejido social.
“Mi voluntariado es mejorar la iniciativa y la conciencia ambiental para que a través de un medio ambiente limpio en playas, la ciudadanía y los pescadores artesanales puedan disfrutar. Estamos convencidos que con pequeñas acciones se hacen grandes cambios y esta es mi experiencia; queremos cambiar la idea sobre medio ambiente desde la realidad y lo vamos hacer juntos”, explicó.
La preocupación por el rescate y conservación ecológica no es gratuita, el gobierno local ha solicitado un proyecto de cooperación a la Unión Europea (UE) por 300 mil euros, solo para proteger la tala del mangle tierra adentro de la playa de El Esterón que sufre depredación.
Las medidas han sido contundentes explicó Omar Blanco, al comentar sobre una ordenanza municipal que prohíbe la tala del mangle y prohíbe a los pobladores talar bosque salado o quemar porciones de bosques no salados tierra adentro.
“Antes la gente arrancaban los mangles u otro árbol a diestra y siniestra, pero ya no los dejamos, hay sanciones fuertes por agredir al medio ambiente. La idea es protegerlos -y quizá- somos de los municipios más forestados en el área natural; toda la parte Norte del municipio de Intipucá está forestado”, informó.
La reforestación es la gran apuesta para las playas El Esterón e Icacal comentó Blanco, y al involucrar a la población las acciones se efectúan más integrales y sostenidas en el tiempo de su ejecución.
“No podemos obviar la parte del Cambio Climático, esto es una realidad y debemos mejorar y ampliar iniciativas que den conservación a los recursos naturales; el desarrollo de un árbol de mangle está entre 10 a 15 años así que, este trabajo nuestro lo verán los nietos de los jóvenes que participan, sembrar las candelillas (semilla del mangle) es por la vida de todos y todas”, acotó.
La Ruta del Kayak en El Esterón
Las aguas calmas y casi transparentes de la Playa El Esterón e Icacal contrastan con la arena negra volcánica, una marea de llena y un sol brillante marcan la salida para un tour ecoturístico en kayak (embarcación liviana de uso deportivo), que es el principal atractivo de estas playas, indicó Noél Rivera, presidente del Gran Arco de la Boca de Intipucá de R.L.
Desde 2011, afirmó Rivera, trabajan en este proyecto del “Tour del Kayak”, este grupo emprendedor cuenta con 10 de estas embarcaciones donadas por la cooperación japonesa; quienes han sido capacitados además, como guías turísticos por el Ministerio de Turismo (MITUR) con lo que, se benefician a 18 familias de forma directa.
El Tour del Kayak se desplaza en la “Ruta del Mangle” en donde el rápido kayak realiza una travesía de navegación tranquila que cuenta con avistamientos de aves migratorias, cangrejos y otras especies marinas que se alimentan de esa barrera viva.
“Este recorrido interpretativo, que puede tomar entre 1 ó 3 horas o lo que disponga el turista; aquí se les explica sobre las especies de las aves migratorias anidan y las permanentes de la zona; brindamos información sobre la importancia de cuidar el manglar y la reforestación que estamos realizando para mantener el lugar siempre esplendoroso en todo su conjunto árboles, las especies animales y el agua de mar, que son bellezas naturales”, expresó.
“Un Pueblo, Un Producto” : Playa Las Tunas
La Playa Las Tunas se distingue por sus formaciones rocosas y olas elevadas que permiten a visitantes extranjeros o residentes el disfrute de deportes acuáticos o simplemente descansar dentro de una poza natural ; enclavada entre la Bocana de El Esterón y Playas Negras, Las Tunas desarrollan junto al JICA y CONAMYPE el proyecto “Un Pueblo, Un Producto” (OVOP).
Este concepto de desarrollo local nació en una prefectura pequeña de Oiita, Japón en 1979, movimiento que se ha extendido alrededor del mundo y que en El Salvador, impulsa el JICA en manos de Tomonori Uchikawa, junto a CONAMYPE que pretenden fortalecer el desarrollo económico y sostenibilidad social, a partir de los productos autóctonos e identidad cultural para convertirlo en parte del “orgullo salvadoreño”.
“Este concepto de desarrollo económico social puede impulsar varios productos locales tangibles e intangibles; esto significa no solo ver el producto como tal, sino incorporar las tradiciones, la cultura, la música y tomar en cuenta los recursos humanos, -todo esto genera- identidad comunitaria y orgullo de un pueblo”, indicó Uchikawa.
El producto emblema en la Playa Las Tunas se encuentra en la “Mariscada” una sopa que contiene todos los productos del mar como crustáceos y peces, un platillo tradicional que el JICA y CONAMYPE impulsan como emblema de las playas de la zona Oriental del país. La combinación de estos lazos sociales, productivos y económicos pueden generar lazos de relaciones sociales, al crear una identidad nacional y regional.
Gloria Escobar de CONAMYPE afirmó que al sumarse al desarrollo del programa “Un Pueblo, un Producto” El Salvador, les ha permitido introducir varias iniciativas desde este concepto en otros municipios como: Conchagua, El Carmen, Meanguera del Golfo; así como en el departamento de Morazán en los municipios de Osicala, Perquín, Meanguera y Cacaopera.
“Iniciamos en el año 2013, con la facilitación de una transferencia tecnológica de metodologías a los alcaldes y alcaldesas que quisieron participar y algunos actores locales; luego realizamos jornadas de sensibilización comunitaria, identificación de liderazgos locales y el registro de productos de la zona, para introducir el proyecto Un pueblo, un Producto”, dijo.
Un elemento histórico además de las playas mencionó Escobar es la Iglesia Colonial de Conchagua con 472 años de construida, pueden enlistarse otros asentamientos y hallazgos de la Colonia española y precolombinos, reflejados en otras artesanías como la maderas, conchas y el barro.
“Los productos se identifican localmente porque es la población la que debe imprimir y elevar su calidad de trabajo para comerciar su trabajo artesanal, también, el JICA permitió la oportunidad de becar a líderes de la comunidad, para aprender sobre el concepto de “Un pueblo, un Producto”, reiteró.
Héctor Alfredo Melgar exbecario del JICA estuvo en el año 2013 en Japón, para conocer “in situ” el concepto “Un Pueblo, un Producto” que le permitió aprender a reconocer y rastrear los recursos , productos nativos y atractivos naturales, para lanzar impulsar dinámicas de crecimiento económico y social.
“Aquí tenemos a un grupo de jóvenes que trabajan con los kayak tienen conocimientos en primero auxilios, saben nadar muy bien, están preparados como guías turísticos para atender al turista, estamos generando trabajo y están y lo mejor los estamos alejándolos de la violencia”, dijo Melgar.
Asimismo, comentó que están por incorporar otro proyecto relacionado con la historia del lugar, como la salinera en la Playa Las Tunas que data 200 años antes de Jesucristo (AC), que ha documentado la Secretaría de la Cultura (SECULTURA).
“Sabemos que en esa salinera los indígenas agarraban agua de mar y la ponían a herver hasta filtrar la sal en grueso, para hacer los panes de sal -recordemos- que este condimento era valioso y escaso en aquella época, además tenemos unas piezas de alfarería y algunos instrumentos que utilizaban en la manufactura de los panes de sal, por ahora los estamos resguardando”, comentó.
El sabor del Mar: El cultivo de ostras japonesas
En la Cabecera del Departamento de La Unión, el bullicioso ajetreo del mercado local da un espacio a la “Tienda Antena” que aglutina a varias cooperativas de pescadores artesanales dedicados al mejoramiento de la acuicultura y la producción de “semillas de bivalvas” (ostras) japonesas y conchas.
Estos hombres de mar comparten sus saberes y aprenden nuevas experiencias junto a técnicos del JICA y el apoyo del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) a través de CENDEPESCA, que desde el 2013, buscan generar mayor productividad en la zona Oriental del país.
El proyecto de la Tienda Antena es el centro de acopio de la ostra japonesa que procede de las cooperativas acuícolas, para su proceso de depuración, comercialización y despacho a varios puntos de venta del área y en San Salvador, así como, la participación en ferias, explicó Cristóbal Ortiz encargado del proyecto.
“Todo esto ha sido ha sido gracias al aporte del JICA, que nos ha apoyado con diferentes tecnologías y CENDEPESCA que han estado de la mano con nosotros apoyándonos, contamos con el plus de la depuración de producto que permite el consumo de las ostras más sanas, sin el riesgo de ingerir Escherichia coli”, subrayó.
El proceso de depuración de las ostras japonesas comienza con el acopio que realiza la Tienda Antena, desde las cooperativas que cosechan los moluscos, luego pasan un lapso de 48 horas en un tanque ambientado a la temperatura y el entorno de los bivalvas y son depuradas de cualquier carga bacteriana a través, del agua que pasa por filtros ultravioleta de forma permanente, lo que garantiza el aseo de los moluscos.
El proceso del cultivo de la semilla de la ostra japonesa, aclaró Saúl Pacheco, de CENDEPESCA, es una importante cooperación del JICA, para ampliar las oportunidades de producción a mayor escala y con la apropiación de nuevas técnicas. Entre ellas, la capacitación con expertos japoneses en producción de semillas de ostra, la extensión de la acuicultura, la capacitación en Japón y la donación de equipos para la depuración de la bivalva.
“La Estación Acuícola de Moluscos fue fundada en el año 2009, con la cooperación de JICA, junto al CENDEPESA/MAG iniciamos en la playa La Pirrayita (Usulután) y luego nos trasladamos la Estación Acuicola de Moluscos, allá en Puerto El Triunfo, actualmente producimos semilla de ostra y de concha y continuamos un estudio con el casco de burro, para terminar maduración y a futuro producir semilla de forma masiva”, argumentó.
Semanalmente la Estación La Antena vende un aproximado de 15 docenas entre los comerciantes y esperan inaugurar a finales del presente año, otra estación para depurar los moluscos en la isla Meanguera, convenio que se firmará junto a su gobierno local y productores del Golfo de Fonseca en La Unión .
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