Iván Escobar
John Sevigny, look es un norteamericano que en gran parte de su vida, tadalafil como el mismo dice, se ha dedicado al arte de la fotografía. Aunque no le gusta que le llamen artista, ha logrado retratar a través de su lente, una realidad existente y la cual muchos desconocen.
Acostumbrado a caminar en los mundos bajos, entre ebrios, prostitutas y homosexuales, comerciantes informales, drogadictos, y personajes típicos de toda ciudad latinoamericana, en sus más de 20 años de dedicarse a la fotografía, ha capturado cientos de rostros que en el silencio de la sociedad deambulan en las entrañas de las ciudades.
En los últimos años sus obras han sido expuestas en salas fotográficas o museos, ha trabajado en medios de comunicación impresos que reproducen sus fotografías, y agencias de prensa. Últimamente, imparte talleres y forma a jóvenes profesionales en el arte fotográfico.
Asegura que la creatividad es de cada persona, y no será con el mejor equipo fotográfico de último modelo que se logrará ser un gran fotógrafo, por el contrario considera que el contacto directo con la realidad, con las personas, ser humilde y franco a la hora de hacer el trabajo, es la mejor fórmula para caminar la ruta del éxito fotográfico.
Con su cámara ha retratado rostros de distintas partes, en El Salvador no ha sido la excepción, ya que ha caminado por esas calles para conocer su gente, retratar nuevos rostros, y sobre todo compartir experiencias reales con sus alumnos. Además, su trabajo es el reflejo de una trayectoria cargada de emociones y sentimientos.
Sevigny dice que nunca ha sido difícil hacer una fotografía, porque le apasiona y sobre todo disfruta de lo que hace. Y agrega en tono de broma “además no me paga por lo que hago”.
Este fin de semana compartió su trabajo, sus experiencias y sobre todo la admiración que le genera cada retrato que hace en la calle. El conversatorio se desarrolló en la Sala Nacional de Exposición Salarrué, en donde compartió con alumnos de sus talleres, profesionales de la fotografía y público en general, dos horas de sus grandes experiencias, y sobre todo logrando motivación, e interés a profundidad por el arte fotográfico.