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Pintura de José Mejía Vides.

«José Mejía Vides, un artista desconocido». Tania Primavera

Tania Primavera

José Mejía Vides uno de los artistas más sobresalientes del arte salvadoreño. Fue pintor, escultor, grabador; el máximo representante del retrato autóctono, el costumbrismo, el paisajismo. Pero su legado, al parecer, no es conocido popularmente, culturalmente, solo en el medio o el gremio artístico, al preguntar a la gente, no saben quién es. Como todo se olvida, si no se recuerda, podría ser un artista desconocido. Presento este breve boceto para no olvidar.

Un día, caminando por los senderos del Cementerio de Los Ilustres, me tope una tumba, solo sobresalía como una pieza cuadrada cilíndrica color gris, y decía algo. FAMILIA MEJÍA VIDES. Al reconocer su nombre brinqué, y dije, ¡es la tumba del pintor! solo aparece el día de su muerte, dice 22 de agosto de 1993. Aunque en biografías escritas se lee 21 de agosto.

Nació en San Salvador, El Salvador, el 19 de marzo de 1903, José Mejía Vides, era el mayor de siete hijos del señor José Mejía y la señora Jesús Vides Navarro. Vivió la mayor parte de su vida en Los Planes de Renderos, muy cerca del pueblo de Panchimalco.

José Mejía Vides, retrato realizado por el japonés Tamiji Kitagawa.

Inició su formación formal como artista a los 15 años, estudiando dibujo y pintura de 1918 a 1922 en la Escuela Nacional de Artes Gráficas “Carlos Alberto Imery”. En 1922, con una beca otorgada por el gobierno de México, asistió a la Academia de San Carlos en la Ciudad de México, donde permaneció hasta 1927. Durante su estancia también participó en la Escuela de Arte Abierto de Tlalpan con los maestros Alfredo Ramos Martínez, y el japonés Tamiji Kitagawa.

El reconocido artista japonés, Kitagawa, que vivía en México en ese tiempo, le introdujo en la técnica de la impresión y el grabado en madera. Su paso por México fue fundamental en su progreso como artista. Allí conoció el muralismo mexicano, la escuela francesa moderna y el arte japonés.

Su primera exposición en El Salvador fue en 1929, tras regresar de México, Él pretendía mostrar su aprendizaje y lo que vio, pero siempre a su estilo, aquello que le había llegado dentro, su espíritu a partir de eso, reflejó su amor y pasión por las raíces, la tierra, hasta un punto folclorista tal vez, que el modernismo no se metiera en su arte, él, quería dar luz y protagonismo a la gente mostrando en su obra algo más. Pinturas, grabados y esculturas sobre todo de las poblaciones indígenas de Izalco, Nahuizalco y Panchimalco, mostrando un lado más allá como la antropología y la memoria histórica.

En 1933, Salarrué le pide que ilustre la primera edición en libro de sus “Cuentos de Barro”, la cual es publicada en 1934, según se lee en la portada original.

En 1935, en la Gran Exposición de Artes Plásticas en San José Costa Rica, le declaran ganador a José Mejía Vides con un óleo llamado “India de Panchimalco”, entre el jurado se encontraba Salarrué.

Entre 1948 y 49 estudió en el Taller Experimental de Materiales y Prácticas en Muralismo del Instituto Politécnico de México.

En México, conoció y se casó con Clementina Suárez, una poeta hondureña, después vienen a El Salvador y ella mantuvo relaciones con el arte salvadoreño como promotora cultural y una vida agitada en la bohemia, mientras que Mejía Vides, era más silencioso y apartado, ellos posteriormente se quien se divorcian.

Aquí aprendió técnicas utilizando pintura vinílica, que posteriormente sustituyó por óleos en su obra pictórica. De 1940 a 48 fue profesor de dibujo en la Escuela Nacional de Artes Gráficas de El Salvador, donde se desempeñó como director de 1949 a 50.  Ganó un concurso en 1943, presentando el Escudo de Armas de la ciudad de San Salvador. Desconozco si continúa siendo el mismo, creo que no. Posteriormente se desempeñó en la Escuela de Bellas Artes como jefe de Bellas Artes hasta 1960.

Realizó murales en diferentes lugares como en 1964 en la Central Hidroeléctrica del Guajoyo, en el Lago de Güija; y varios más inaugurados en 1968 en el Cine Libertad, los cuales fueron restaurados y trasladados al Museo Nacional de Antropología llamados La Batalla de Acaxual, y Explotación Campesina, había otro, del Prócer cañas y la esclavitud, pero desconozco su paradero.

A lo largo de su vida ganó numerosos premios en El Salvador y América Latina. En su primer concurso, en 1976, ganó el recién creado Premio Nacional de Cultura. Expuso individual y colectivamente en El Salvador, Costa Rica, México, Estados Unidos y España. A finales de la década de 1980, sufrió glaucoma, lo que le hizo perder gradualmente la visión.

A la edad de 90 años falleció en San Salvador el 21 de agosto de 1993. Su tumba, sencilla, permanece en el Cementerio de Los Ilustres en San Salvador.

Por su trayectoria y legado artístico la fecha de su natalicio ha sido denominada Día del Artista Plástico Salvadoreño. En Panchimalco, existe un Parque Acuático que lleva su nombre.

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Murales en el cine Libertad. Ahora puede verse uno en el Museo Nacional de Antropología.
Este mural, fue trasladado y esta en el Museo Nacional de Antropología de El Salvador, colonia San Benito.

 

 

 

 

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