Chantilly/Francia/dpa
Ni siquiera el veterano capitán Wayne Rooney se encuentra a salvo del nuevo ambiente que se respira en la selección inglesa de fútbol. Un disparo enviado muy por encima del mini-arco en el entrenamiento a puertas abiertas desata las carcajadas y burlas de sus jóvenes compañeros.
Por momentos parece una escuela secundaria, pero en realidad se trata de una de las candidatas al título en la Eurocopa que comienza el viernes en Francia.
En el entrenamiento en su cuartel central de Chantilly, en las afueras de París, se puede observar a una Inglaterra muy diferente a la habitual.
A cuatro días del debut ante Rusia en Marsella por el Grupo B, el plantel luce relajado y distendido, muy lejos de los rostros serios de otras épocas. Inglaterra buscará en el torneo continental poner fin a décadas de frustraciones, pero el equipo no parece dar muestras de estar sintiendo la presión.
«La sensación es increíble, todo es más relajado que en años anteriores», afirmó hoy tras el entrenamiento el delantero del Liverpool Daniel Sturridge, que con sus 26 años se encuentra ya por encima de la media de edad del seleccionado.
Con un promedio de 25 años y diez meses entre sus 23 convocados, el seleccionado dirigido por Roy Hodgson es el más joven de la Eurocopa. Entre las nuevas joyas relucen jóvenes como Harry Kane, Dele Alli y Marcus Rashford.
«El grupo es más joven y no hay ninguna animosidad. Es el mejor ambiente que he vivido en un equipo nacional», señaló Sturridge. Y eso se refleja en acciones concretas: cada día, por ejemplo, un jugador diferente debe llevar a la práctica un pequeño león de peluche de los que regaló al plantel la federación.
Sólo Rooney queda de la generación dorada de David Beckham, John Terry, Steven Gerrard y compañía, que pese a sus nombres rutilantes acumuló un fracaso tras otro en los grandes torneos.
Rio Ferdinand, otro de los históricos, cree sin embargo que la nueva camada ha hecho varios «click». «Nuesta generación tenía grandes jugadores, pero eran individuos. No eran un colectivo», señaló recientemente.
El cambio de mentalidad abarca también a Rooney, que a sus 30 años asegura estar viviendo de otra manera el certamen. «He estado en torneos que no los he disfrutado como debería haberlo hecho», recordó el atacante del Manchester United. «Así que mi mensaje a los jóvenes sería: ¡Disfrútenlo!».
El disfrute, sin embargo, no implica excesos. A diferencia del Mundial de Brasil hace dos años, cuando los «Three Lions» se hospedaron sobre la populosa Copacabana en Río de Janeiro, ahora el equipo dirigido por Hodgson eligió como búnker la pequeña y tranquila localidad de Chantilly, unos 30 kilómetros al norte de París.
En el entrenamiento a puertas abiertas exigido por la UEFA se pudo escuchar hoy incluso a un angelical coro de niños cantar el himno nacional inglés.
La diversión se concentra puertas adentro. Según el diario «Daily Mirror», la federación inglesa llevó mesas de billar y dardos a la concentración. Todos los jugadores recibieron además una consola de videojuegos y una cuenta propia en un portal de streaming de música.
El propio Rooney es uno de los más fervientes defensores de los nuevos hábitos. «¡Muchas veces es muy aburrido un torneo así! Entrenas, vuelves al hotel y estás el día entero allí», recordó el atacante sus experiencias. «Muchos jugadores probablemente jamás estuvieron con su equipo más de dos semanas fuera de su casa».
Sólo en un punto parece sostenerse el perfeccionismo inglés. La federación llevó a Francia sus propias semillas para el césped. «En Francia sabemos cómo se mantiene un buen campo de juego», protestaron las autoridades de Chantilly. «Pero después de ver lo que son capaces de hacer los ingleses con el césped, tal vez cambiemos de opinión».