Licda. Norma Guevara de Ramirios
@guevara_tuiter
Dos hechos de enorme importancia ocurrieron en la cuarta semana de junio. El 21 de junio, el Presidente Salvador Sánchez Cerén en la Comunidad 22 de Abril de Soyapango lanza el programa de prevención de la violencia; el 22 de Junio en Casa Presidencial recibe del Consejo Nacional de Educación CONED, el resultado de un año de trabajo para diseñar entre todos un camino para la educación en nuestro país, el documento que resume esa visión se titula EL SALVADOR EDUCADO. Ambos acontecimientos ponen la visión en la enorme importancia que como sociedad debemos conferir a la niñez, a nuestros adolescentes y jóvenes para desarrollar nuestro país.
La crítica desinformada y maliciosa se juntó para lanzar todo tipo de improperios al programa de Prevención de la violencia. Curiosamente políticos de oposición y redes reales o de perfiles creados para decir lo que les es incómodo suscribir, han expuesto el verdadero fondo de la marginación y discriminación que por siglos hemos padecido en el país. Le llaman populismo a la política, la critican de electorera, aseguran que se repartirá dinero público a los vagos, reclaman que por que no se les da a todos lo mismo; es realmente impresionante la maldad encerrada en estas críticas.
Hace varios meses se lanzó en Soyapango el “Programa Jóvenes Con Todo”, como parte de una política que desarrolla una visión: la de dar oportunidad de retomar los estudios a quienes los abandonaron, o la de crear con su propia voluntad, condiciones de empleabilidad o emprendimientos económicos a personas entre 15 y 29 años que viven en municipios caracterizados como prioritarios por la incidencia de violencia. El diseño supone que quienes residen en esos municipios, que están en ese rango de edad y que hayan abandonado los centros educativos a causa de la violencia, o por motivos económicos de su familia tengan una oportunidad para retomar la educación bajo modalidades flexibles (bachillerato sabatino por ejemplo), o realizar pasantías, o cursos de capacitación para emprendimientos económicos.
En muchas ocasiones se cuestiona al sistema educativo por la deserción, otras se analizan las razones de la deserción, pero cuando se busca hacer algo para remediarla, entonces se descalifica, o por ignorancia o por maldad, tales iniciativas, y es posible que en algunos casos concurran tanto ignorancia como maldad y con capacidad de hablar en una radio, en un canal de televisión, en un medio escrito, o porque se tiene un teléfono, o computadora desde la cual disparar críticas a quienes no tienen para el pasaje e ir a una fábrica, a una empresa o a una escuela.
El abandono a la niñez, a la adolescencia y a la juventud se paga caro; produce exclusión, marginación, reproduce la pobreza, evita el desarrollo de las potencialidades de nuestra principal riqueza: nuestra gente. Esto es una de las causas de conductas violentas y proclives a incorporarse o dejarse presionar por redes de delincuentes, la cual es aprovechada por quienes están en la escala más alta del crimen organizado y que sin duda han de vivir en condiciones de abundancia.
Afortunadamente somos muchos los que pensamos de otro modo, somos muchos los que creemos en la capacidad del ser humano y en la importancia de crear más oportunidades para su desarrollo. Afortunadamente tenemos un Presidente con vocación social y con voluntad de trabajar por la inclusión de todos, especialmente de todos los jóvenes. El Programa El Salvador Educado encierra una visión de corto mediano y largo plazo, pero no puede existir un país educado dejando de lado a segmentos numerosos de jóvenes.
El País cuenta con la juventud para su desarrollo y ésta debe tener variados espacios para su formación a partir de sus condiciones reales. Que bien que la mayor parte cuenta con acceso sin pago a la escuela pública, que tiene cuadernos, zapatos y uniformes, que cuenta en muchos casos con alimento escolar, que cuenta con maestros y maestras que se preparan para asumir una facilitación del aprendizaje, usando la computadora y la capacidad de acceder a conocimientos y crear conocimientos usando tecnología. Pero nuestra niñez, nuestros adolescentes y jóvenes deben contar también con una valoración social positiva, especialmente de quienes ejercen una función pública, como son los funcionarios y las fuerzas políticas, todas sin excepción.
Un joven me contó una historia con un lindo final: “Mi padre fue asesinado, mi mamá emigró, me crié en un hogar, estudié, soy abogado graduado con altas notas, varias personas me han ayudado y quiero servir a mi país”. Es la autoestima más elevada. Es quizá lo que algunos, ni con las mejores condiciones alcanzan; es lo que mentes mezquinas quisieran que no ocurra.
El país cuenta con todos, por eso invito a que seamos de los que ayudan y no de los que impiden el desarrollo de la juventud.