Alma Vilches
@AlmaCoLatino
Con la intención de medir qué tanto sufrieron o siguen sufriendo las juventudes como consecuencia de la pandemia por el COVID-19, la Universidad Francisco Gavidia (UFG) y la fundación Friedrich Ebert Stiftung (FES) dieron a conocer los resultados de un estudio, donde los jóvenes señalaron que pese al gran despliegue publicitario del Plan Control Territorial, el problema de inseguridad en general no ha cambiado mucho.
Óscar Luna, jefe editorial de Disruptiva.media de la UFG, explicó que de los jóvenes consultados el 47% opinó que con la pandemia el tema de seguridad sigue igual, 10% dijo que ha empeorado, cuatro de cada diez jóvenes afirmaron sentirse más seguros en las calles. Asimismo, el 47% confía en la PNC y Fuerza Armada, mientras que, el 35.4% no confía en ninguna; además, 47.2% expresó que las pandillas están más calmadas, el 14.3% que han negociado con el gobierno y según el 14.6%, la mayoría de pandilleros están presos. “Ha subido esta percepción de confianza hacia la PNC y Fuerza Armada, esto tiene que ver con la forma en la cual han sido promocionadas por el Ejecutivo desde hace dos años, sin embargo, a pesar de que hay una confianza y algunos se sienten más seguro el 40.9% opinó que los homicidios y desaparecidos siguen lo mismo y no está cambiando mucho la situación. Desde que inició la pandemia han sufrido alguna experiencia negativa con las autoridades policiales, 77.3% dijo que no, el 3% fue maltratado verbalmente y 10% siempre los trataron respetuosamente”, detalló.
Luna señaló que los resultados revelan una situación difícil para los jóvenes entre 18 y 23 años, al ser el grupo más golpeado en el país, inclusive antes de la pandemia ya tenían problemas para estudiar o trabajar, quienes laboran lo hacen por menos de $211 al mes, tampoco son los principales receptores de remesas, pues el 67% no recibe ayuda económica desde el exterior.
Julia Aguilar, coordinadora de programas de FES El Salvador, manifestó que de acuerdo al estudio buena parte de los jóvenes viven en casa propia, pero no por haberla adquiridos ellos, sino porque viven con sus padres, hermanos u otros familiares, asimismo, la encuesta denota que muchos jóvenes no tienen un empleo decente el cual les garantice seguridad de ingresos, salud y acceso a recursos
“La falta de un trabajo decente es un problema estructural que la pandemia ha venido a profundizar gravemente, buena parte de los jóvenes manifiestan que necesita ayuda económica, las instituciones públicas deben poner atención para el diseño de políticas públicas que garanticen la ayuda demandada por esta población. Notamos que 49 mujeres y 30 hombres tuvieron que renunciar a su empleo por atender responsabilidades familiares, 73 mujeres y 114 hombres se vieron afectados, ya sea por reducción de salarios o responsabilidades en sus empleos por la pandemia por COVID-19”, manifestó Aguilar.
El estudio también indicó que el 70% de personas no abandonó sus estudios, aunque la experiencia educativa a distancia o semipresencial no fue satisfactoria, aproximadamente el 23% de los estudiantes dijeron no haber aprendido nada o haber aprendido poco, a casi un 37% le costó, solo el 51% de jóvenes cuentan con internet, de este grupo, el 30% de las personas encuestadas tuvieron problemas con el internet para estudiar, esto quiere decir que solo un 20% de los jóvenes que contaban con internet tenían la velocidad apropiada para poder mantener las clases online.
Asimismo, el 38.1% consideró que la pandemia no afectó negativamente algo de su juventud, el 33% dijo que afectó en aspectos económicos; el 53% de los consultados afirmó que la pandemia no afectó sus proyectos de vida y el 31% que los cambió parcialmente. Las personas con edad entre 31 y 35 años manifestaron que con la pandemia hubo más tensión en sus hogares, este grupo etario es el que respondió haberse contagiado de COVID-19, con lo cual, se puede concluir estadísticamente que el sufrir el contagio, ha generado tensión psicológica en las personas.
Eva Nelles, representante de FES Centroamérica, recalcó que la pandemia del COVID-19 aumentó y sigue aumentando las desigualdades existentes y genere la recesión más profunda de la historia reciente, afectando mayormente a adolescentes y jóvenes, provocando que sus posibilidades de desarrollo sean truncadas, incidiendo negativamente en el disfrute pleno de sus derechos humanos y en igualdad de condiciones.
La encuesta contó con la participación de aproximadamente 1,200 jóvenes entre 18 y 30 años, compuesta por 39 preguntas estructuradas en el área educativa, social, seguridad, empleo, salud y migración. Los datos servirán para trabajar desde la realidad y aportar una herramienta tanto a entes políticos como no gubernamentales para desarrollar estrategias que consideren el sentir de la población joven quien ahora enfrenta los cambios traídos por la pandemia.