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Varios jóvenes tomaron cita para conocer y tener una experiencia en un invernadero donde se tiene diferentes cultivos entre ellos tomate, chile, chipilín, pepino y mora, esa es una primera experiencia, pero luego visitan la finca donde hay naranja, mango y otros cultivos. Foto Diario Co Latino/Saúl Martínez

Jóvenes intercambian experiencias agroecológicas

Alma Vilches
@AlmaCoLatino

Un grupo de veinte jóvenes de diferentes centros educativos del municipio de San Marcos, visitaron la comunidad Rosario Tablón, en Tenancingo, Cuscatlán, donde conocieron la experiencia de un líder de la zona que cuenta con una casa Maya, cuyos cultivos son libres de químicos y plaguicidas.

Según Laura Mejía, representante del CESTA, el objetivo de la visita de campo es que jóvenes de 3 centros educativos y un grupo integrado de diferentes colonias y comunidades del municipio de San Marcos quienes trabajan un huerto demostrativo, conozcan de primera mano la experiencia agroecológica de insumos orgánicos, el manejo y control de plagas y enfermedades, y que ellos también puedan replicar ese conocimiento en sus territorios.

“Son niñez y juventud comprometida con la soberanía alimentaria en sus lugares, que cuentan con la experiencia de los huertos urbanos, donde cultivan tomate, chile, y otras hortalizas importantes para la dieta nutricional de las familias. Algunos jóvenes tienen espacios pequeños, pero otros cuentan con terrenos donde cultivan hortalizas de manera diversificada en huertos nutricionales, y además han incorporado plantas medicinales”, externó Mejía.

Ruth Rivas, quien forma parte de los grupos ecológicos, aprendió a cultivar diversas hortalizas, así como a preparar el apichi para espantar las moscas blancas; además, tomó conciencia a no tirar los desechos en las calles, sino separarlos para el compostaje.

Sostuvo que durante la pandemia ha sido un poco difícil porque no todos tienen el acceso a un lugar para poder crear un huerto, sin embargo, hicieron todo lo posible por hacer los compostajes con desechos orgánicos, ya sea con cáscaras de aguacate, plátanos o huevo, ya que con eso se puede hacer compostaje para seguir dándole mantenimiento a los huertos.

“A las personas que estén interesados en cultivar un huerto les invito a que lo hagan, porque es muy divertido e interesante cultivar tomate, perejil, cilantro y diferentes cosas que ocupamos cotidianamente en nuestros hogares y es mejor que los cultivemos a que lo vayamos a comprar a un supermercado”, afirmó la joven.

Los huertos naturales es una experiencia única, ya que se aprende a sembrar cualquier tipo de cultivo y llevar los alimentos hasta la mesa de nuestras casas. Foto Diario Co Latino/Saúl Martínez

Mientras tanto, Génesis Vides, que también participó en la experiencia de las parcelas agroecológicas, manifestó que en su centro educativo ha cultivado tomates rábano, lechuga, sandía y pipián; y en hogar por tener más espacio y tener un huerto ha podido agregar tomate, frijol, güisquil y otros.

A criterio de Vides, es importante inculcar en los niños a no tirar basura en la calle, cuidar el planeta y no seguirlo deteriorando, así como enseñarles a hacer huertos en casa, a fin de cultivar los propios alimentos y no utilizar químicos en las plantaciones.

Roberto Enríquez, guía espiritual de pueblos indígenas; conocido como “Apantumac”, agricultor del municipio de Tenancingo, departamento de Cuscatlán, comentó que en 1999 inició el trabajo agrícola porque fue despedido de su anterior empleo y adquirió una parcela de tierra para convertirla en una finca diversificada, donde comenzó a sembrar limón pérsico, naranja, mango y coco.

“El lugar era un potrero o un guatal como decimos los pueblos indígenas, ahora es una finca muy bonita y sustentable que le da albergue a las personas que nos visitan y al mismo tiempo a las especies silvestres como pájaros, incluyendo chachas, talapos, pijuyos, además, de animales terrestres como cotuzas, tepezcuintles, venados y cusucos”, destacó Enríquez.

La idea originalmente no surgió como agroecología, sino una finca tradicional, con la novedad de tener diferentes clases de cultivos, donde utilizaban algunos productos químicos para el levantamiento de la planta, pero a medida que “Apantumac” fue conociendo más sobre el daño de los químicos decidió eliminarlos de sus plantaciones.

“Fui reconociendo que la agroecología es el camino, porque es una forma de vida para los pueblos, y de vivir bien para llegar a mayores, con los agroquímicos nos estamos envenenando, nos estamos matando; el llamado a la juventud es que si no tienen grandes parcelas que lo intenten y sigan el ejemplo aunque sea con cinco matas de chile, cinco de tomate, cinco de pepino, en bolsas negras o en macetas, así podrán tener sus alimentos sanos”, exhortó.

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