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Alma Vilches
@AlmaCoLatino
Cristosal y Educo presentaron la investigación “Desplazamiento interno y COVID-19: su impacto humanitario en la vida de niños, niñas, adolescentes y sus familias”, la cual reveló que los jóvenes y adolescentes víctimas de desplazamiento forzado interno están en una situación de invisibilización, muchas veces se ven obligados a renunciar a sus aspiraciones, para apoyar económicamente a sus familias.
El propósito del estudio es visibilizar el efecto de la crisis por el COVID-19, sobre la vida de la niñez, adolescencia y sus familias en condición de desplazamiento forzado interno, a fin de brindar insumos para mejorar los servicios de protección y asistencia humanitaria a esta población.
El estudio evidenció la necesidad de fortalecer y facilitar el acceso a los servicios de salud, educación y alimentación, en casos de atención médica urgente y especializada, las víctimas se ven obligadas a movilizarse de un centro al otro, a veces sin encontrar una solución para su salud. Esto provoca una carga económica y psicológica adicional significativa en las familias desplazadas.
La pandemia del COVID-19 ha afectado la ya inestable situación de los jóvenes, quienes aprovecharon el cierre de las escuelas para entrar en un mercado laboral informal y poco remunerado, para la sobrevivencia de los familiares.
El desplazamiento acelera el proceso de maduración emocional y de crecimiento de adolescentes y jóvenes que perciben la responsabilidad de apoyar sus familias nucleares, se sienten en deber de dejar a un lado sus aspiraciones, su formación y desarrollo integral. A nivel educativo se evidencia la necesidad de una adecuada atención a los casos de adolescencia desplazada, que aún incluidos en el sistema educativo, se encuentran en una posición de desigualdad a nivel de oportunidades, el cambio de escuela puede generar dificultad de acceso, adaptación, frustración y sobreedad; el riesgo de deserción debido a la condición de vulnerabilidad a nivel tanto social como económico.
Esta difícil situación se agudizó en los últimos dos años, agravando la condición económica familiar y poniendo en evidencia la gran brecha digital que, en varias ocasiones, ha obstaculizado el acceso a las clases en época de pandemia.
En el aspecto económico de estos jóvenes, se destaca la necesidad de apoyar a las familias en sus actividades laborales, por el sentido de responsabilidad hacia los componentes de la familia nuclear. La violencia social y las amenazas por parte de grupos pandilleriles continúan como las principales causas de desplazamiento interno forzado, todavía no se cuenta con una ruta de protección integral dirigida a esta población que se encuentra en situaciones de inseguridad e inestabilidad.
En cuanto a la adopción de protocolos de seguridad y protección, las instituciones locales se identificaron con un rol de puente entre organizaciones de la sociedad civil y comunidades, sin poder contar con una forma de protección única a nivel central.
La investigación se desarrolló con jóvenes y adolescentes desplazados, entre 12 y 18 años, de los municipios de San Francisco Gotera, San Miguel, Zacatecoluca, San Vicente, Cuscatancingo, Usulután, La Libertad y con actores de las instancias locales de la misma área geográfica.
