Rolando Alvarenga
@DiarioCoLatino
Recientemente, el judoca salvadoreño que participó en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 (66 kilos), Carlos Alarcón, estuvo frente a frente ante uno de los grandes maestros integrales que el judo salvadoreño ha tenido a través de los años: Mauricio Sandoval. Ocurrió en la casa que un hijo de Sandoval tiene por los sectores de la Universidad de El Salvador en esta capital.
“Con varios compañeros de judo, entre ellos Ladys Salazar, Jonathan Chávez y Wilson Pichinte, estuvimos a visitarlos para expresarle nuestra solidaridad y transmitirle buenas vibras en estos tiempos tan difíciles cuando él está enfrentando dificultades médicas”, expresa Alarcón.
Revela que con cierta dificultad, por la operación en la espalda, hablamos durante un buen tiempo sobre “nuestro deporte rey” con varios lapsos de filosofía por parte de él y antes de venirnos cenamos pupusas”.
Sobre este emotivo encuentro, el judoca soyapaneco posteó: “De las mejores conversaciones de todos los tiempos. Jamás hablar de judo fue más interesante que hablar con el sensei Sandoval. Gracias por todo el legado, las historias y los valores enseñados. Sin usted, no sería ni la mitad de judoca que soy”.
Manifiesta tener entendido que después de aquel grato encuentro, su familia se llevó para Lourdes, La Libertad, al profesor Sandoval y desde entonces no ha tenido mayor información sobre él, aparte de saber que se encuentra recibiendo las atenciones familiares que su cuadro clínico requiere.
En lo personal -dice Alarcón- yo le vivo muy agradecido al maestro porque entre el 2001 y 2002, siendo yo un atleta CODICADER, él era parte del cuerpo técnico que trabajaba con aquellas selecciones infanto-juveniles. De él aprendí la fundamentación disciplinaria, tan vital y básica para que un atleta se desarrolle con éxito en su trayectoria. Después y como los grandes maestros, se fue retirando poco a poco de sus responsabilidades con el judo hasta que un día se jubiló y se le empezó a ver menos.