Gloria Silvia Orellana
@DiarioCoLatino
La tala de un área boscosa en Cerro Negro movilizó a pobladores de 25 Juntas Comunitarias de Agua que dependen de sus manantiales, afluentes y ríos que le bordean. Un Plan de Manejo Forestal de la empresa Irene, S.A de C.V, que cuenta con los permisos forestal y ambiental de los ministerios de Agricultura y Ganadería (MAG) y Medio Ambiente (MARN), mantiene en vilo a más de 5 mil personas que residen en ese lugar.
“Las juntas de agua afectadas serían más de 25 y aproximadamente 5 mil personas entre San Fernando, San Francisco Morazán y parte de La Palma, en Chalatenango”, afirmó, Jesús Cortez, de la Junta de Agua Valle de Jesús.
Contrariamente, la Autoridad Salvadoreña del Agua (ASA) emitió en los últimos días un comunicado en el cual llama a dar protección al Cerro Negro por su importancia como “zona de recarga acuífera, sus fuentes de agua, ríos y manantiales”, y reconoce su aporte en la restauración del ciclo hidrológico natural.
Se “Prohíbe modificar el uso del suelo, degradar la capacidad de regulación hídrica del suelo y realizar aprovechamiento maderable, salvo en acciones de conservación o salud forestal”, señala el comunicado de la ASA, luego de una evaluación sobre el Cerro Negro.
Asimismo, la ASA, advierte que de no acatar la “prohibición de talar” podría enfrentar una multa por la cantidad de 1,001 a 10 mil salarios mínimos mensuales del sector comercio y servicios, que equivale a valores que van entre los 365 mil dólares a 3.65 millones de dólares, de acuerdo a la Ley General de Recursos Hídricos, sin embargo, la incertidumbre permanece en la población que reside en sus alrededores.
El municipio de San Fernando, Chalatenango, se en cuenta a una altitud de 1, 073 metros sobre el nivel del mar y entre las elevaciones más altas se encuentra el Cerro Negro (2, 131msnm) cuya zona boscosa resalta por ser área de recarga hídrica, que por ahora es amenazada por la tala de especies de pinos que tendría efectos negativos también sobre la flora y fauna silvestre que se encuentran en esos lugares.
El argumento de los representantes de las 25 Juntas Comunitarias de Agua y pobladores es que dependen del Cerro Negro para abastecerse de agua para consumo humano. Y este Plan de Manejo Forestal podría afectar directamente su derecho humano al agua.
“Aquí vinieron todas las autoridades y los propietarios de esas tierras, que nos afirmaron que era una cuestión totalmente legal -este Plan de Manejo Forestal-, y nosotros no estamos en contra de eso, estamos en contra que marquen un árbol y boten luego 10, bueno esto no es un plan de manejo sostenible, porque derriban árboles pequeños y no es justo”, dijo Cortez.
Los representantes de las 25 Juntas Comunitarias de Agua, que representan a 14 comunidades del Cerro Negro, dan cuenta que en este lugar existen más de 18 vertientes de agua, que cuentan con diferentes puntos de nacimientos y son las que abastecen a Valle de Jesús, San Fernando Centro y San Fernando Nuevo, así como las comunidades Los Llanitos, Los Naranjos, Los Planes y Yerba Buena.
“El Plan de Manejo Forestal, entendemos que va a talar árboles, pero también deben plantarse otros en el mismo terreno para recuperarlo.Y nos dicen que esto va a beneficiar al Cerro Negro, pero no les creemos, porque hay experiencias con lo ocurrido en Las Granadillas y Las Pilas, que ejecutaron un plan de manejo forestal y ahora es un solo plan y todos los árboles cortados”, agregó.
“Hay otros planes de manejo forestal, ejecutados en la zona en donde prácticamente ahora es un desastre. Y no queremos que vaya a suceder eso en Cerro Negro, ni en la cima ni en sus faldas, porque es patrimonio natural, queremos que se declare formalmente Área Protegida”, exigió Cortez.
Cortez, además, compartió la existencia de “restos arqueológicos” asentadas en la zona entre el Cerro Negro y el Cerro Caracol, que comparten lugares y vestigios con evidencia de actividades cultural sucedidas en el pasado remoto, importantes, por lo también piden su protección histórica y sus aportes al medio ambiente al señalar la existencia de las especies de pino como “pinabete y pino nacional”, que eran especies importantes en ese ecosistema.
Mientras, el aún alcalde de San Fernando, Carlos Josué Alvarez, recalcó que era importante que las autoridades estatales respeten la consulta a las comunidades, y mostrar el respeto a las observaciones que los pobladores hagan sobre proyectos de amplia extensión.
“Esperaríamos de las nuevas autoridades mantener el diálogo con la población y que escuchen sus demandas. Ese es el papel de los alcaldes como autoridades locales, se deben construir su gobernanza en la base de la transparencia y confianza con la población que está bajo su responsabilidad”, dijo.
“Como alcaldes podemos hacer un trabajo importante, porque nuestro papel es estar cerca de la gente, escucharlos y acompañando en todas las acciones que desean hacer y principalmente cuando se está frente a una amenaza como al recurso hídrico y, sobre todo, por estos bosques que son fundamentales para el oxígeno que necesitamos para la recarga hídrica de la zona”, externó Alvarez.
Guillermo Navarro, representante de Cáritas El Salvador, coordinador del Proyecto del Derecho Humano al Agua, señaló que a través de la diocésis Cáritas Chalatenango y la Parroquia San Fernando, acompañan el llamado de estas comunidades de Cerro Negro, que denuncian un plan de manejo forestal que podría terminar en un daño irreversible al acuífero de la zona.
“La preocupación de las Juntas Comunitarias de Agua es este plan de manejo forestal, lo comprendemos porque se traduce en talar y deforestar una zona importante del Cerro Negro, que es de recarga acuíera y que garantiza el agua de al menos 5 mil personas que tienen diversos sistemas comunitarios de agua para su consumo humano”, señaló.
“Este plan también terminará por afectar de manera negativa a la diversidad animal y vegetal que habitan el cerro e incrementar la gravedad en el diagnóstico ambiental de nuestro país que todos sabemos, es grave en términos hídricos y en la cobertura boscosa porque El Salvador la está perdiendo y se ha reducido significativamente”, opinó Navarro. También se denunció el inicio de una nueva tala de árboles de un plan de manejo forestal en el lugar conocido como “Entre Nubes”, cerca de la zona de Cerro Negro, por lo que Navarro agregó que como Cáritas El Salvador estarán pendientes, junto a la población de Cerro Negro, para acudir juntos a las diferentes instancias del Estado para argumentar sobre las decisiones que están tomando las instancias de gobierno, sin valorar el consentimiento o no de la población afectada.
“Se debe tomar en cuenta la opinión de los liderazgos comunitarios, no sólo al ente privado que busca desarrollar sus proyectos, porque ni sabemos de las posibles consecuencias que puedan tener este tipo de decisiones”, indicó. “Nosotros, a través de Cáritas, haremos uso de los diversos instrumentos que nos permiten los marcos jurídicos para tratar de revertir o visibilizar lo que está pasando en el Cerro Negro. Porque esta decisión sobre ésta tala debe revisarse por el impacto en las comunidades”, puntualizó.
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