Por Alfons Luna
Madrid/AFP
La justicia española citó a declarar por sedición al jefe de la policía y a dos líderes independentistas de Cataluña, cuyo gobierno, decidido a declarar la independencia, fue acusado de «deslealtad» por el rey Felipe VI en un discurso en el que pidió al Estado defender el orden.
El comandante de los Mossos d’Esquadra, Josep Lluís Trapero, una subalterna, la intendente Teresa Laplana, y los líderes independentistas Jordi Sánchez y Jordi Cuixart, dirigentes de las asociaciones Asamblea Nacional Catalana y Omnium Cultural, respectivamente, declararán el viernes ante la Audiencia Nacional, máxima instancia penal, se anunció este miércoles.
La investigación está relacionada con las manifestaciones del 20 y el 21 de septiembre frente a una dependencia del gobierno catalán en Barcelona, cuando la Guardia Civil la registraba.
Los manifestantes dañaron los vehículos policiales y retrasaron la salida de los agentes hasta la madrugada.
El delito de sedición está castigado en España con una pena máxima de prisión de 10 años en el caso de ciudadanos ordinarios, y de 15 años si se trata de autoridades.
‘Echar gasolina al fuego’
En Barcelona, los independentistas catalanes, encabezados por el presidente del gobierno regional Carles Puigdemont, definirán este miércoles los próximos pasos en su pulso con el gobierno español.
Puigdemont se dirigirá a los catalanes al mediodía y se espera que revele qué hará su gobierno tras el referéndum de independencia del domingo, decretado inconstitucional y reprimido con fuerza por la policía española.
Además, en el Parlamento habrá una reunión de los representantes de partidos para decidir la fecha del pleno en que podría declararse la independencia en cuanto haya concluido el recuento de todos los votos del plebiscito, en el que ya se sabe que el «sí» a la independencia ganó con más del 90% de los votos.
Todo ello al día siguiente de que el rey Felipe VI de España instara a «defender el orden constitucional» de la «deslealtad» de los independentistas, en un mensaje sin concesiones.
El portavoz del gobierno catalán, Jordi Turull, dijo a la televisión pública regional TV3 que lo que hizo el monarca fue «echar gasolina al fuego».
«Fue espantoso y un error desde todos los puntos de vista», añadió el portavoz, acusando al monarca de olvidarse de los catalanes.
En el primer discurso institucional de su reinado, Felipe VI recordó que «es responsabilidad de los legítimos poderes del Estado asegurar el orden constitucional y el normal funcionamiento de las instituciones».
«Determinadas autoridades de Cataluña, de una manera reiterada, consciente y deliberada, han venido incumpliendo la Constitución y su Estatuto de Autonomía».
«Con sus decisiones han vulnerado de manera sistemática las normas aprobadas legal y legítimamente, demostrando una deslealtad inadmisible», abundó el rey sin referirse en ningún momento a la violencia que empañó la jornada del domingo.
La independencia, en días
Turull insistió en reclamar una mediación entre el gobierno catalán y el central, pese a la determinación en declarar la independencia: «No es incompatible decir que es la hora de la mediación. Porque si podemos gestionar las cosas políticamente de manera normal, cívica, no tenemos porque pasar por esto».
«En el momento en que se cierre el recuento se ha de trasladar al Parlamento de Catalunya. A partir de aquí el Parlamento de Cataluña tiene dos días para (…) proclamar la independencia de Cataluña. Nosotros estamos en este calendario».
En una entrevista con la BBC emitida pocas horas antes, Puigdemont ya avanzó que declarará la independencia «en cuestión de días».
«Vamos a declarar la independencia 48 horas después de que se hagan oficiales todos los resultados que se están escrutando. Probablemente esto va a acabar cuando haya los votos del exterior y por tanto nos movemos entre el fin de semana e inicios de la semana que viene», dijo Puigdemont.