Por Maria Carmona
París/AFP
La justicia francesa se pronunció el miércoles a favor de la extradición a Argentina de Mario Alfredo Sandoval, pills acusado en ese país de haber sido torturador del régimen militar (1976-1983).
El juez del tribunal de apelación de París Jean Bartholin se declaró «favorable al pedido argentino pero sólo por la desaparición» del estudiante Hernán Abriata, siguiendo el pedido del fiscal, que había considerado en la anterior audiencia que los otros cargos de los que se acusa a Sandoval en Argentina están prescriptos o no pueden ser imputados a Sandoval a título personal.
Hernán Abriata desapareció el 20 de octubre de 1976, cuando tenía 25 años, tras permanecer detenido en la Escuela Superior Mecánica de la Armada (ESMA).
Si es extraditado, Mario Sandoval, que asistió, impasible, a la audiencia y al veredicto del tribunal, podrá ser juzgado solamente por ese crimen.
Pero Mario Sandoval, de 61 años, que reside en París desde que se restauró la democracia en Argentina y obtuvo la nacionalidad francesa en 1994, tiene un plazo de cinco días para presentar un recurso ante el tribunal de casación.
En caso de confirmación, correspondería al primer ministro francés emitir una orden de extradición, que puede, a su vez, ser objeto de recurso ante el Consejo de Estado.
La justicia argentina reclama a Sandoval por los cargos de «torturas, torturas que causaron muerte, privación ilegal de libertad agravada», cuando era policía.
Al terminar la audiencia, numerosos asistentes enarbolaron retratos de Hernán Abriata gritando «¡Hernán Abriata presente, ahora y siempre!».
Un paso decisivo
Pese a que la decisión no es definitiva, para los que «trabajamos para que la memoria siga viva» y se juzgue a los represores, «es un paso decisivo el que se ha logrado hoy con el pedido de extradición de los jueces que llevan el caso de Sandoval», declaró a la AFP Alicia Krueger, presidenta de la asociación Colectivo Argentino por la Memoria.
«Estamos totalmente satisfechos, pero esperamos que pase el plazo de cinco días para ver si presenta un recurso en casación, y vamos a quedar a la espera» y seguir atentos, agregó.
La abogada del Estado argentino, Sophie Thonon, calificó de «valiente» e «histórica» esta decisión de la justicia francesa.
En la precedente audiencia, realizada el 9 de abril, Thonon había planteado ante el tribunal: «¿Va Francia a convertirse en refugio de los grandes criminales de la segunda mitad del siglo XX?», antes de exhortar a los jueces a autorizar la extradición.
En esa audiencia sobre el fondo del caso, Mario Alfredo Sandoval, que trabaja en Francia como consultor en el dominio de la seguridad, recusó las acusaciones de que es objeto, declarándose «víctima de violación de derechos humanos» y de «persecución política» en Argentina.
«Soy objeto de una caza al hombre cuyo verdadero móvil ignoro», dijo en una confusa intervención, durante la cual evocó un complot contra él y reivindicó sus contactos con todos los grupos armados colombianos, incluyendo las FARC, y una intervención, con mandato de la cancillería francesa, en las discusiones destinadas a liberar a la entonces rehén franco-colombiana Ingrid Betancourt.
Su abogada sostuvo que Mario Alfredo Sandoval no es la persona implicada en los hechos evocados, que de todos modos los delitos en cuestión están prescriptos y no puede retenerse el delito de lesa humanidad.
La abogada del Estado argentino recalcó los testimonios que acusan a Sandoval y que «no hay dudas sobre su identidad». Y recordó que no corresponde a la justicia francesa juzgar los hechos, sino a la argentina.
Los hechos imputados a Sandoval habrían ocurrido entre octubre de 1976 y septiembre de 1979 en la ESMA, centro de detención ilegal por donde transitaron unos 5.000 detenidos-desaparecidos, algunos de los cuales fueron lanzados desde aviones al Río de la Plata.
Según las organizaciones humanitarias, unas 30.000 personas fueron víctimas de la dictadura militar argentina.