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Redacción Nacionales
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El Juzgado Especializado de Sentencia para una Vida Libre de Violencia y Discriminación para las Mujeres, de San Salvador, condenó a 30 años de prisión a José Marcelino López López por el feminicidio simple de su esposa, quien era de 46 años, y a 15 años de prisión por el homicidio simple de Rufino Leiva.
La jueza dijo que se acreditó la participación del acusado en las dos muertes con la prueba testimonial, balística y documental.
Los hechos por los cuales Marcelino López recibió la pena ocurrieron el 31 de octubre de 2022, en el Cantón La Vega, de Ilobasco, Cabañas, cuando cegado por los celos, atacó con arma de fuego a su esposa, que se encontraba en compañía del señor Rufino a quien también le disparó.
Esto ocurrió mientras las dos víctimas se encontraban en un terreno rústico cercano a la vivienda del imputado y su esposa. Se detalla que la esposa falleció en el lugar a causa de los múltiples disparos y el hombre murió días después en un hospital.
Instrucción contra motorista de una ambulancia por homicidio
En otro caso judicial, se ordenó institución formal para imputados señalados de homicidio culposo. El pasado 15 de febrero, un grave accidente vial en el kilómetro 4 del bulevar del Ejército Nacional resultó en la muerte de José Luis P. L., de 26 años, quien viajaba como pasajero en la motocicleta conducida por Fernando Dagoberto M.
Al intentar ceder paso a una ambulancia del ISSS con la sirena encendida, la motocicleta colisionó contra un separador de cemento, causando la caída de la víctima y su posterior arrastre por la ambulancia.
El motorista de la ambulancia, Carlos Antonio C. B., enfrentará instrucción formal con la restricción de no abandonar el país, según lo decretado por el Juzgado Cuarto de Paz de Soyapango en una audiencia inicial.
Fernando Dagoberto, al no presentarse a la diligencia, también recibió instrucción formal. El caso será transferido a un juzgado de tránsito en San Salvador para esclarecer responsabilidades.
La autoridad judicial enfatizó la irresponsabilidad de manejar la ambulancia sin una emergencia vital, señalando que, aunque el paciente necesitaba atención, no había riesgo de vida inminente, sino que se dirigía a una curación.
