Por Galina Korba/Lilia Boudjouroba
Kiev/Simferopol/AFP
Ucrania acusó este jueves a Rusia de acantonar 4.000 soldados en la frontera entre Ucrania y la península de Crimea, doctor integrada en marzo al territorio ruso, remedy horas antes de un encuentro entre los presidentes ucraniano, Petro Poroshenko, y estadounidense, Barack Obama, en Washington.
Las acusaciones de Ucrania se producen después de que Rusia mostrara su apoyo a las primeras concesiones políticas concretas de Poroshenko a los separatistas prorrusos para intentar solucionar el conflicto en el este de Ucrania.
«Según nuestra información, casi todas las unidades militares de la Federación Rusa estacionadas en el norte de la Crimea ocupada, alrededor de 4.000 soldados, han sido concentradas en la frontera administrativa con Ucrania con sus equipos y municiones», dijo a la prensa el portavoz del Consejo Nacional de Seguridad y Defensa, Andrei Lysenko.
El ministro ruso de Defensa, Serguei Shoigu, había anunciado previamente que Moscú planeaba reforzar su dispositivo militar en «la zona de Crimea» debido a la agravación de la crisis en Ucrania y al incremento de fuerzas extranjeras cerca de la frontera rusa.
Kiev teme la creación de una zona bajo control de los separatistas prorrusos desde la frontera entre Rusia y Ucrania, al este, hasta la frontera con Crimea, al sur. Según la OTAN, Rusia acantonaría 20.000 soldados en su frontera con Ucrania y contaría también con 1.000 militares más en el este del país.
Los países occidentales, que han adoptado sanciones especialmente contra el sector energético y bancario ruso, acusan a Rusia de apoyar militarmente a los separatistas prorrusos, acusaciones que Moscú desmiente.
En este sentido, el presidente ruso, Vladimir Putin, indicó este jueves que estas sanciones violan los principios de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Acercamiento a Occidente
Tras su elección como presidente hace cinco meses, Poroshenko multiplica los gestos simbólicos y políticos para anclar a Kiev en Europa y para intentar poner fin a un conflicto con los separatistas prorrusos en el este de Ucrania, donde han muerto más de 2.900 personas en cinco meses.
En Estados Unidos, el presidente ucraniano busca obtener un «estatuto especial» de aliado no miembro de la Alianza Atlántica, una perspectiva vista con malos ojos por Moscú. La víspera, en Canadá, el primer ministro, Stephen Harper, se mostró favorable a que Ucrania establezca lazos sólidos con la OTAN.
Este crucial encuentro con Obama, que representa un nuevo gesto de acercamiento de esta ex república soviética a Occidente, tiene lugar después de la ratificación el martes por el parlamento ucraniano del Acuerdo de Asociación con la Unión Europea.
Las leyes adoptadas el martes, alabadas por la UE, Estados Unidos, la OSCE y Moscú, también concretaron lo establecido en el protocolo de Minsk, cerrado el 5 de septiembre, entre los separatistas y Kiev.
Los parlamentarios ucranianos acordaron un «estatuto especial» para las regiones separatistas de Donetsk y Lugansk, así como la celebración de elecciones el 7 de diciembre y una ley de amnistía con condiciones para los combatientes.
Por el momento, los separatistas parecen haber ignorado la mano tendida de las autoridades ucranianas, pese a haber ratificado el acuerdo de Minsk.
El líder prorruso de la autoproclamada «República Popular de Donetsk», Alexandre Zajarchenko, afirmó que los separatistas rechazaban la organización de elecciones por parte de Kiev.
«Tenemos nuestro propio consejo supremo y decidiremos qué elecciones organizar y en qué fecha», afirmó.
La reacción mitigada de los separatistas prorrusos cuestiona la influencia que tiene sobre estos Moscú, que siempre ha negado formar parte del conflicto.
A pesar del alto el fuego alcanzado el 5 de septiembre, los enfrentamientos esporádicos continuaban este jueves. Tres salvas de cohetes Grad, lanzadas aparentemente por el ejército ucraniano contra posiciones rebeldes, cayeron en la localidad de Zuivka, al este de Donetsk.
La Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) anunció por su parte la duplicación de sus observadores desplegados en Ucrania, hasta un total de 500.