Por Park Chan-Kyong
Seúl/AFP
El presidente estadounidense Donald Trump consideró que su retórica agresiva hacia Corea del Norte empezó a dar frutos, al tiempo que el líder norcoreano Kim Jong Un ordenaba aumentar la producción de misiles balísticos.
Los dos ensayos de misiles balísticos intercontinentales (ICBM) de Corea del Norte, capaces de alcanzar en principio el territorio continental de Estados Unidos, desencadenó una guerra verbal entre Washington y Pyongyang.
Donald Trump había prometido «el fuego y la ira» a Corea del Norte, que replicó amenazando con disparar cuatro misiles contra la isla de Guam, un territorio ultramarino estadounidense en el océano Pacífico.
«Algunos dicen que fui demasiado fuerte. No es lo suficientemente fuerte», dijo el mandatario durante un discurso ante miles de simpatizantes en Phoenix, estado Arizona.
«Pero Kim Jong-Un (…) creo que está comenzado a respetarnos», dijo Trump.
«Y tal vez, probablemente no, pero puede ser que algo positivo salga de esto», agregó.
Poco antes, el secretario de Estado Rex Tillerson, se había congratulado del «nivel de contención» de Pyongyang que se abstuvo de disparar nuevos misiles desde las sanciones adoptadas por el Consejo de Seguridad de la ONU a comienzos de agosto.
Tillerson expresó su esperanza de que ello sea una señal de que Pyongyang está dispuesto a entablar conversaciones con Estados Unidos «en un futuro cercano».
Al mismo tiempo Estados Unidos imponía nuevas sanciones a empresas chinas y rusas sospechosas de tener negocios con Corea del Norte.
China condenó las sanciones pero destacó también «señales» de que la tensión se reduce en torno a la crisis de Corea del Norte.
«La situación extremadamente tensa» sobre Corea del Norte «presenta señales de disminución, aunque sigue muy complicada y delicada», dijo este miércoles Hua Chunying, portavoz del ministerio chino de Relaciones Exteriores.
Consideró sin embargo que las nuevas sanciones de Washington «no ayudarán a encontrar una solución» ni «facilitarán» la cooperación de China en la crisis.
Proyectos ambiciosos
Responsables estadounidenses explicaron a la AFP que Tillerson no estaba agradeciendo a Corea del Norte.
Washington sigue decidido a frenar los programas militares de Pyongyang y a negociar la desnuclearización de la península.
La retórica de la administración Trump demostró se demasiado cambiante pero la Casa Blanca dijo que estaba abierta a un diálogo si Pyongyang hacía gestos para bajar la tensión.
Pero Corea del Norte, que justifica sus ambiciones nucleares por la necesidad de protegerse de Washington, dio a conocer el miércoles sus avances técnicos en el dominio balístico y sus proyectos para el futuro.
Durante una inspección del Instituto de Materiales Químicos de la Academia de Ciencias de la Defensa, que desarrolla los misiles norcoreanos, Kim Jong-Un ordenó la fabricación de más motores y ojivas de misiles ICBM.
«Le encargó al instituto que produzca más propulsores de cohetes con combustible sólido y cabezas de misil», indicó la agencia oficial de prensa norcoreana KCNA.
Los medios oficiales norcoreanos publicaron en esta ocasión imágenes que, según los analistas, prueban algunos avances.
En una de las fotos, Kim posa junto a un imponente tubo marrón. Para Jeshua Pollack, del Institut Middlebury de estudios internacionales, se trata de un cilindro de fibra enrrollada, que evidentemente proteje un motor de cohete a combustión sólida en curso de fabricación».
Ese tipo de protección, más difícil de fabricar que los envoltorios en metal, son más livianos y permiten aumentar el alcance de los misiles y el peso de la carga transportada.
Otras fotos muestran esquemas de misiles y, al parecer, procesos de producción.
Según los analistas, la mayoría de los elementos mostrados son objetivos más que tecnologías existentes.
Pero, según Jeffrey Lewis, del sitio armscontrolwonk.com, se trata de algo «muy malo».
«Si interpreto bien la propaganda norcoreana, es una forma de decirnos lo que vamos a ver en el aire en los próximos años».