José Roberto Osorio
Colaborador
Pasé un buen rato pensando en cómo iba a denominar esta apertura a la propia palabra de Krisma Mancía. Por un momento -solo por un momentito- pensé en “Krisma por ella misma” pero después me reí un poco y modifiqué esa decisión. Pensé en “Algo” contra el viento, advice o, tadalafil “En el centro de la crisis”. Sin embargo como han podido ver la he llamado con su nombre -que además es muy atractivo- con la firme convicción que el asunto no necesita más atavío y ornamento.
¿Cómo surgió la iniciativa? Conocí de Krisma dos realidades separadas que en efecto, constituyen una sola: su persona. La vi, en un sitio que cientos de personas frecuentan para alimentarse o simplemente comer y posteriormente tuve acceso a algo que había escrito. Me recomendaron su blog. Pregunté y afortunadamente me informaron. Así, pude cerrar las brechas y conocer por su obra a la Poeta y al verla, saber quién era. Solo una vez he estrechado su mano para saludarla.
Como sabemos, Krisma Mancía es una joven Poeta que ya pasó la prueba de fuego en materia de creación y reconocimiento. Profesora, egresada de la Universidad de El Salvador (UES), perteneció al Taller de Talentos de la Casa del Escritor. En 2004 publicó “La era del llanto” en la Colección Nueva Palabra editada por la Dirección de Publicaciones e Impresos (DPI). Fue ganadora del I Premio Joven “La Garúa” de Santa Coloma de Gramenet, Barcelona (2006) con el poemario “Viaje al Imperio de las Ventanas Cerradas”. Ha publicado en diversas revistas y periódicos culturales. Y sus trabajos se han animado mediante muchas coreografías llevadas a escena por el Grupo de Danza Contemporánea de El Salvador.
Teniendo en cuenta la importancia y lo sugerente de su obra le consulté si podía participar en una conversación sobre su oficio y su visión sobre determinados temas. Fue muy amable y contestó oportuna y positivamente. Para facilitar la conversación le envié algunas “preguntas”. Ella prefirió responderlas por escrito y ahora, se trasladan a todos con el esplendor, sabor y olor que les otorga su propia autora.
Debo confesar que algunas preguntas no estaban formuladas del todo y esto pudo haber limitado las respuestas. Esa es responsabilidad mía.
Es muy extraño que personas tan particularmente dotadas, se vean a sí mismas con lo que podría entenderse bien, una gran dosis de humildad. Empero, al preguntarse cuántos escritores y poetas hay en el país, que tiene según cifras oficiales una población económicamente activa de 2, 724,754 personas, las dudas comienzan a surgir. A propósito de este tema le pedí a un amigo que me nombrara a los poetas jóvenes que recordara y le sobraron dos dedos de una sola mano. Me cansé de esperar que continuara.
He disfrutado mucho los puntos de vista de Krisma y -sin duda- quienes tengan la dicha de leerlos en este Suplemento Cultural de primer nivel, también habrán de deleitarse con sus apreciaciones.
Tal vez alguien se preguntará si tras estos incidentes y sus conceptos conozco ya a Krisma Mancía y la respuesta es que no. Su riqueza y versatilidad son tan impresionantes que se necesitaría toda una vida para eso.
P-¿Quién es Usted? ¿Cómo se concibe a sí misma? ¿Qué la define?
R-Soy Krisma Mancía. No hay otra identidad que ese nombre en los textos que escribo. Mi oficio es escribir y mi talento es sobrevivir tratando de hacer tareas afines a lo que fui formada.
Me defino como se define en el diccionario al gato y al viento.
P-¿Es Usted solamente una Mujer? ¿Una escritora? ¿Poeta? ¿Maestra? O todo eso…y más…
R-¡Soy mujer! (jajaja) Claro que soy mujer y estoy muy orgullosa de serlo, pero en la literatura puedo ser lo que quiera. Dedico mi vida a la literatura. Soy todo eso que pregunta, sin embargo mi pasión es escribir. Es lo único que mejor sé hacer y que nadie me puede quitar, aunque estuviera en la cárcel haría lo que hago: escribir, como Sade en su celda sin papel ni pluma.
P-¿Por qué y para qué escribe poesía? ¿Para usted misma? ¿Para los demás? ¿Para alguien en particular?
R-No sólo escribo poesía. Escribo diferentes clases de textos. Me conocen como poeta, pero mi producción es diversa. Escribo todo lo que yo quiero, creo, siento y pienso. Y si lo que escribo le toca el corazón a alguien, eso es magia. No escribo para otros, para tenerlos contentos. Escribo porque si no escribo me muero.
P-¿Le interesa, le gusta que la lean? O es un asunto que no le interesa.
R-No me interesa que me lean por obligación. No me interesa que les guste o no. Me interesa ser yo y que me dejen ser lo que quiero ser.. Sé que escribir es una responsabilidad, porque la palabra es poder. Escribo para entenderme y entender a los demás. Me interesa que la gente también tenga una propuesta o idea diferente para formar su propia opinión. Me gusta que se interesen por mis textos, pero que no comparen mi vida privada con mis personajes literarios. Los escritores tenemos espejos para cada quien y muchos rompecabezas y laberintos para armar nuestras personalidades.
P-¿Qué influyó en su decisión de hacer poesía, de convertirse en poeta, o comenzar a serlo…?
R-Influyó mi familia. Siempre quise ser escritora, hasta que un día lo tomé en serio y fui por mi destino.
P-¿Siente placer al hacer poesía? ¿Le da felicidad? ¿Otra emoción o sentimiento?
R-La literatura me produce felicidad y emoción. Cada vez que encuentro un poema, una novela o aún otro texto nuevo de otro escritor que se encuentra bien escrito, yo aplaudo.
Ahora bien… A la hora de escribir mis textos hay un momento de conexión con mi yo interno y puedo ser libre. Una conexión íntima y personal donde no cabe nadie más.
P-¿Qué siente y piensa al releer su poesía?
R-Depende en que época escribí el texto. Por lo general los escritores crecemos y evolucionamos, adquirimos trucos, herramientas, técnicas y maduramos nuestro análisis sobre el hecho creador. Leo mis primeros textos publicados y me doy ternura. Están bien escritos, pero ahora no los escribiría igual. A veces me dan vergüenza los poemas del primer libro, pero nacieron así y era la forma de poderme expresar.
P-¿Cómo es posible sobrellevar a los fantasmas, al pasado?
R-No tengo fantasmas ni pasados terribles, pero por si alguno aparece no hay mejor manera de exorcizarlos que escribiéndolos. El papel soporta con todo.
P-¿La combinación de burocracia y poesía afecta a esta última?
R-No sé a qué se refiere con burocracia, pero si habla de la realización de publicación, eso es otro tema.
P-¿Su poesía tiene arraigo social, hay denuncia en su palabra?
R-Todo lo que se escribe, aunque se quiera negar la dosis de la denuncia o en la realidad social, es social. Somos parte de la sociedad y somos reflejo de ello. Algún escritor puede decir que escribe literatura evasiva, pero eso es parte de un sentimiento social en una posición social donde la literatura es una herramienta para fugarse de la realidad, pero no deja ser parte de ella.
P-¿Para usted hay alguna relación entre amor y poesía?
R-Sí y no. Depende en qué sentido va esa pregunta. Un poema no solo se alimenta del sentimiento del amor. Un poema se crea sintiendo y siguiendo las emociones que producen ciertas situaciones y hasta cierto punto se crea el mismo. Un poema de amor no necesariamente es un poema amoroso como lo supimos con Roque Dalton en su famoso Poema de amor. En mi caso, los textos surgen de una idea que se fija en mi mente hasta que la escribo y desarrollo.
P-¿Qué comentarios ha escuchado sobre su poesía, en particular de personas que no pertenecen al mundo artístico?
R-Desde halagadores hasta de los más destrozadores. La crítica mala o buena hace que el escritor crezca.
P-¿Ha escrito alguna poesía para Valeria? ¿Qué lugar ocupa ella en su oficio de poeta?
R-Sí, hay poemas para mi hija. Sin embargo, ella no influye en mi oficio de escritora. Soy su mamá y no la imagen que proyecto como poeta. Qué duro sería ver siempre a la poeta en su casa. Tener a la diva en su comedor o posando para la foto en la sala. Suficiente con aquella que escribe horas y horas frente a la computadora, la que lee en voz alta algún verso, la que le exige que vea lo bello de la vida.
P-¿Cómo hace para escribir poesía? ¿Es cierto que hay “momentos de inspiración” o, “lugares que inspiren”?
R-Escribo siempre literatura y no literatura. Siempre estoy escribiendo. No hay momentos de inspiración. Hay temas, ideas o situaciones y la necesidad urgente de escribirlos y ampliarlos. Escribir es un oficio, es un trabajo. No una asignación divina. El lugar frecuente para escribir es mi estudio donde me siento cómoda rodeada de libros, humo de cigarrillo, el gato en el regazo, el café en mi taza favorita, la ventana abierta y música que me gusta.
P-¿Escribe de una vez o va esculpiendo la obra hasta llegar a un producto que a usted le guste?
R-Depende. Hay poemas que se escriben solos. Nacen ya adultos y esculpidos. Otros necesitan más atención para crecer. El producto final depende mucho de la estructura del libro.
P-¿Qué es para usted el infierno? ¿Y el cielo, si en su concepción existe?
R-El cielo y el infierno lo creamos nosotros aquí en la tierra. Vivimos de lo que creamos.
P-¿Cree en Dios? ¿Se considera una persona “espiritual”?
R-No creo en ese Dios que nos enseñan en la iglesia. Soy espiritual, creo en la belleza y maldad de gente. Creo que una causa hace un efecto. Creo en la reencarnación, en que todo se paga y se recibe.
P-¿Está escribiendo algo actualmente? ¿Sobre qué?
R-Sí, escribo. Siempre escribo. Lo que estoy armando es un secreto.
P-¿Se fija tiempos, planifica el hacer poesía, dedica algunas horas del día a este sagrado oficio?
R-Siempre escribo. No importa la hora. No importa dónde estoy. Tengo textos hasta en mi celular. Eso sí, soy muy nocturna. La noche es perfecta para escribir.
P-¿Tiene temas preferidos o hace poesía sobre todo?
R-Los temas de la literatura son tres: amor, muerte y locura. Todo se resume en eso y pare de contar. Si me fijo en qué tema voy a tocar nunca escribiría porque me enmarcaría en un cuadrado.
P-Cuando ha publicado un conjunto de poemas ¿están relacionados entre sí, se estructuran, tienen un hilo conductor o son “independientes”?
R-Los libros bien escritos tienen estructura y un hilo conductor. Siempre.
P-¿Qué opina de David Escobar Galindo y de su obra?
R-No lo conozco mucho en persona, pero me parece un personaje polifacético y misterioso. Tiene libros excelentes y maneja la técnica poética y tradicional impecablemente.
P-¿Y de Claudia Lars?
R-Me causa ternura y admiración. Es una de las mujeres escritoras que les abrió el camino a otros escritores. Única. Con un temple fuerte de carácter en el mundo de la literatura dominada por hombres del siglo XX, pero aun así logró forjar su propia voz. Uno lee a Claudia y reconoce su voz al instante.
P-¿De Neruda?
R-Mi querido Neruda… De él aprendí tanto, pero no es mi poeta favorito. Me empalaga con tanta ternura.
P-¿De Rubén Darío?
R-Oh, grandes ligas. El primer libro que me regaló mi padre como la iniciación de la adultez fue “Azul”, desde entonces quise escribir algún día como él. Darío, el gran poeta. Uno de mis dioses del Palermo de los poetas.
P-¿Alguna poeta contemporánea cuya obra le guste? ¿Por qué?
R-No diré nombres para no arruinarles y subirles el ego. Pero, sí, hay poetas, compañeros, que me encantan lo que escriben.
P-¿Cómo cree que la gente la ve? ¿La tratan de manera especial? ¿Qué le dice la gente?
R-No tengo ni la mínima idea. Si me paro a preguntarles, no viviría. Lo único que espero de la gente es que me respeten como persona. Y no soy especial. Soy, nada más, una tipa que escribe, que tiene talento para eso.
P-¿Es importante que los poetas publiquen, den a conocer sus obras o basta con el acto intimista?
R-Es importante compartir. Es la culminación de lo que somos.
P-¿Qué opina sobre el amor? ¿Existe?
R-Existe, como todas las manifestaciones puras del hombre.
P-¿Está el país en crisis? ¿Esto afecta en algún sentido a los poetas y a la poesía?
R-Siempre hemos estado en crisis en El Salvador y la situación de nuestra literatura es producto de la crisis.
Debe estar conectado para enviar un comentario.