Roma/AFP
La «agroecología», es decir el desarrollo agrícola ecológico y sostenible, es considerado clave para el futuro de la humanidad, que debe preservar el planeta y a la vez garantizar alimentos sanos para todos, según los expertos convocados esta semana en Roma por la FAO.
«Necesitamos promover un cambio transformador en la forma en que producimos y consumimos alimentos», aseguró el director general de la FAO, el brasileño José Graziano da Silva, al abrir este martes en la sede central del Organización de Naciones Unidas para el Desarrollo de la Agricultura y la Alimentación (FAO) el segundo simposio internacional sobre agroecología.
«Tenemos que proponer sistemas alimentarios sostenibles que ofrezcan alimentos saludables y nutritivos, y también preservar el medio ambiente», agregó.
El evento reúne hasta el 5 de abril a cerca de 400 especialistas en agroecología, académicos y representantes gubernamentales, de la sociedad civil y organismos de la ONU, para discutir sobre las políticas e iniciativas para incrementar ese nuevo concepto de producción agrícola.
«La estrategia de aumentar la producción a cualquier precio no ha sido suficiente para erradicar el hambre y además asistimos a una epidemia global de obesidad», reconoció da Silva.
La tendencia, sobre todo en algunas regiones del mundo, a aplicar conceptos ecológicos a la producción agrícola se ha convertido en un ejemplo a seguir, ya que ofrece soluciones viables y según cada caso.
Abandonar la agricultura intensiva
Para los expertos hay que abandonar la idea de que la producción de alimentos debe ser intensiva, con maquinarias y productos químicos y pasar a una agricultura sostenible, para lo cual la información y el conocimiento son fundamentales.
«Transformar nuestros sistemas alimentarios para que sean sostenibles significa realizar cambios tanto económicos, como sociales y culturales», advirtió Gilbert Houngbo, presidente del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), el llamado «banco» de Naciones Unidas para la agricultura, que apoya ese nuevo modelo de producción diversificada.
Entre los ejemplos citados por los expertos figura el de los campesinos chinos que utilizan hojas de moreras para alimentar a gusanos de seda cuyos desechos corporales se usan a su vez para los peces.
«Estamos en un momento decisivo en la historia de la humanidad y depende de nosotros tomar decisiones que serán esenciales para nuestro futuro colectivo», reconoció Stéphane Le Foll, exministro francés de Agricultura, al llamar a una «doble revolución verde», agrícola y ecológica.
Para ello es necesario implementar un diálogo mundial, que impulse el conocimiento y la innovación en sectores claves.
«Invertir en conocimiento e innovación es clave para aprovechar el potencial de la agroecología», reconocieron los expertos que esperan con ello abrir el camino para un desarrollo sostenible, que proteja la biodiversidad, contribuya a frenar el cambio climático y además produzca alimentos saludables y nutritivos que combaten el hambre y la malnutrición.
Una exposición en la sede de la FAO ilustra las mayores innovaciones hechas en el sector de la agroecología en todo el mundo.
Entre ellas, la creación de una plataforma en línea para compartir información ecológica así como la producción proveniente de campos agrícolas africanos a cargo de mujeres sin uso de herbicidas.
Unos 30 países, entre ellos la mayoría de los países de América Latina, junto con Corea del Sur, China, Costa de Marfil así como Austria, Alemania, Dinamarca, Francia, Suiza e Italia, han adoptado ya un marco legislativo o más bien una serie de reglamentos para facilitar el desarrollo de la agroecología.
«Hay mucho por hacer» para convencer a la mayoría de los agricultores convencionales de que el sistema es viable y rentable, comentó Le Foll.
«Algo está cambiando, debemos continuar la batalla», afirmó.
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