Gloria Silvia Orellana
@SilviaCoLatino
Los peces flotan con sus vientres al aire, el hedor solo lo supera el emanado por las aguas mieles que descargan los ingenios cafeteros aguas arriba en Guatemala.
En la aldea Piñuelas, municipio de Santa Fe, departamento de Ocotepeque, Honduras, aguas abajo, las comunidades se enfrentan de nuevo a la pesadilla reiterada de contaminación que genera hambre y muerte.
“Aquí, en este lugar exacto le llamamos el Pico de la Peña, La Posa del Remolino, y estamos nuevamente tristes, nos sentimos impotentes ante esto que nos está agobiando, como productores en pequeño”, dijo Edwin Rodolfo Padilla, mientras observa a los zopilotes que no desaprovechan la comida de oportunidad fácil y pueden tomar los peces que se apilan en las riberas del cuerpo de agua. La falta de oxígeno por las aguas mieles en el agua provocó la muerte colectiva de los peces.
“Estamos desesperados, todos los años vivimos esta pesadilla que daña la vida del río y sus especies, nuestro mayor contaminante es el país vecino de Guatemala. Desde hace diez años vivimos la misma historia, se han muerto cangrejos, camarones y una gran variedad de peces, el sábalo era una especie grande, pero ya no existe en el río”, confirmó.
Asimismo, lamentó la falta de un trabajo concertado para evitar este tipo de contaminación a la que se suman las heces fecales por destinar a los ríos como cloacas y otros químicos de la agroindustria.
“Nosotros somos agricultores y nos afectan en el riego de los cultivos por goteo, dañan exageradamente los sistemas de riego al tapar las mangueras y el cultivo se seca y se nos hace más difícil producir. Nunca se ha reportado que haya muerte de ganado, y no podemos usarla de riego porque les da hongo. Mucho menos tomarla, bañarnos o pescar”, lamentó.
Un grupo de reses atraviesan el río, el reflejo instintivo es hundir sus hocicos para tomar agua, de inmediato su cuidador las azota con una vara y trata de sacarlas del lecho de las aguas, al pasar solo comenta “si ellas toman esa agua se enferman, les da diarrea”, dijo mientras prosigue su camino. La Mancomunidad Trinacional Fronteriza Río Lempa que trabaja junto a un grupo de gobiernos municipales en la “Región Trifinio” han unido esfuerzos junto a las comunidades para buscar una solución concertada de los gobiernos centrales de Guatemala, El Salvador y Honduras.
Héctor Aguirre, gerente general de la Mancomunidad Trinacional Fronteriza Río Lempa, es de la opinión que las “responsabilidades deben ser compartidas”. “Aquí el problema es que se procesa el café en húmedo, ahí encontramos una serie de empresas que están sobre estas montañas de Esquipulas (Guatemala), lo que provoca contaminación. Hay cuatro puntos de descargas de aguas mieles en la ruta del río Lempa y es una situación que está provocando año con año este fenómeno, que es insostenible para la vida de las especies acuáticas y las comunidades”, explicó.
“Las aguas mieles del café y el impacto en la red hídrica no es ajena a los gobiernos centroamericanos, desde Esquipulas, Guatemala inicia la contaminación, luego pasa a Honduras que también realiza descargas y termina en el municipio de La Palma, Chalatenango, en El Salvador. Por tanto, Héctor Aguirre consideró que trabajar en conjunto entre la empresa privada y los gobiernos puede ser la diferencia para que la red hídrica de aguas transfronterizas o nacionales puedan realmente rescatar los ecosistemas y medioambiente de los tres países.
“Hacemos un llamado a las autoridades competentes que no miren como poco lo que sucede en río Lempa porque de ahí nos mantenemos muchas familias. Actualmente, hay menor cantidad de peces grandes y ahora son los pequeños, están acabando con las especies y llevando a la inseguridad alimentaria a las comunidades de la zona y están precipitando un próximo conflicto social por el agua”, puntualizó.
Debe estar conectado para enviar un comentario.